VAT
El VAT o Value Added Tax es un número de identificación tributaria que las empresas deben solicitar para poder operar en el territorio de la Unión Europea. Cada país tiene su propio formato de VAT, pero su tramitación es obligatoria y supone una reducción en la carga fiscal entre las partes.
La reunión en la administración de empresas
El número VAT es un identificador único de acreedor fiscal que permite facturar en la Unión Europea. En el caso de España, con la tramitación del VAT las empresas son habilitadas para operar en el territorio según el sistema tributario vigente. Se trata de un paso obligatorio para realizar facturación y comerciar de manera legal.
El VAT se diferencia del número de identificación fiscal o NIF en tanto que este último solo se utiliza para la tributación en España, mientras que el VAT corresponde a la totalidad del territorio europeo.
Este número tiene el objetivo de reducir la carga del Impuesto al Valor Añadido —y, en los casos que corresponda, deducirlo— entre las empresas comunitarias de la misma índole, lo que les provee una ventaja fiscal dentro del continente. La UE dispone que no debe soportarse este impuesto al facturar en origen, registrándolo por medio de una fórmula de compensación y un modelo de declaración que se dispone para que la empresa declare su facturación:
- Modelo 303: es un formato de declaración general en el que se indican los importes y el IVA se declara como repercutido, por lo que su carga fiscal compensa por la agencia tributaria.
- Modelo 390: declaración anual en la que se presentan todos los importes que hayan sido declarados mediante el Modelo 303.
- Modelo 349: se trata de la declaración que recapitula la facturación de las empresas intercomunitarias mediante el VAT, en función del volumen de operaciones realizadas.
La obtención del número VAT como requisito operativo y fiscal se ve acompañado por el Sistema Único de Pagos Europeo (SEPA). Para darse de alta en este sistema y utilizarlo es necesario ingresar con el número VAT correspondiente.
Tramitación
Para solicitarlo es necesario, por un lado, certificar que se dispone de la capacidad e intención de facturar dentro del territorio con un tercero que disponga de la misma capacidad. Dicha certificación depende de la Comunidad Autónoma en que se inscriba la actividad, pero en la mayoría de los casos basta con la presentación de:
- correos electrónicos y mensajería que evidencie intención, y
- la documentación de capital invertido, balances u otros documentos que demuestren la capacidad de prestar el servicio.
Por otro lado, se exige la presentación de un Modelo 036 con los siguientes requerimientos:
- el número de identificación fiscal o NIF.
- alta en el Registro de Operadores Intracomunitarios o ROI*.
*Uno puede disponer del NIF sin haberse dado de alta en el ROI
Una vez realizada esta presentación, el solicitante deberá esperar a que la Agencia Tributaria procese su solicitud, lo que puede tardar hasta quince días, y le notifique su decisión de otorgar el VAT. El Ministerio de Hacienda es responsable de comunicar el resultado de la solicitud, tanto si esta fue aprobada como si no.
En el primer caso, el solicitante debería aparecer inscripto con su número VAT en el Sistema de Intercambio de Información o VIES (por sus siglas en inglés) para las empresas registradas en la Unión Europea. Dicho número se compone de por dos dígitos que corresponden al país donde se inscribe la actividad; en el caso de España, es ES.
Declaración fiscal mediante VAT
Una vez dado de alta el número, el VAT permite operar en todo el territorio de la Unión Europea. Esto quiere decir que deben realizarse las declaraciones fiscales correspondientes a todas las operaciones y transacciones con estos clientes y proveedores que se encuentran fuera de España, lo que incluye a los importes del IVA.
Si bien en la mayoría de los casos debe ser incluido este impuesto, existen dos excepciones que lo dejan exento:
- Si ambas empresas se encuentran registradas en el VIES y en países distintos.
- Cuando rige la regla de carga inversa, la cual dicta que la contabilización de las transacciones pasa del vendedor al comprador y es este último quien debe registrar el impuesto IVA —de esta manera, el impuesto se cancela—.
En caso de que corresponda declarar el IVA, debe adjuntarse un sumario que incluya todas las transacciones que correspondan. Según las disposiciones establecidas en el marco de la Unión Europea, se recomienda a los países miembros que este procedimiento se realice mensualmente. Sin embargo, cada país tiene potestad sobre los plazos —algunos optan por los informes trimestrales o anuales— y requerimientos formales que la declaración adopte en el propio territorio.
El VAT es un código de tributación específico del territorio de la Unión Europea que sirve para que las empresas y prestadores de servicios puedan realizar su facturación y declaraciones fiscales. Por su naturaleza, este debe ser solicitado presentando los datos fiscales correspondientes al país de origen.
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