Valor neto realizable

El valor neto realizable es el precio que podemos obtener por un elemento de nuestro activo, es decir, a qué precio podemos venderlo.

Lo diferenciamos del valor razonable en que mientras éste se refiere al valor en el mercado de un producto financiero en el valor realizable no hace referencia al precio en un mercado sino al precio que somos capaces de obtener si lo ponemos a la venta.

Sin embargo, cuando el valor neto realizable sea diferente del valor razonable debemos explicar en la memoria los motivos de esta diferencia.

Para el cálculo del valor neto realizable debemos tener en cuenta, también, los costes de todo tipo de su venta (impuestos, comisiones, utilización de recursos para su venta, etc).

Debe tenerse en cuenta que esta diferencia de valor se produce teniendo en cuenta las circunstancias de la empresa, es decir, la capacidad o no de la empresa de imponer precios en el mercado o la fuerza que tenga o no tenga para la negociación con terceros.

El deterioro contable

Por ello el valor realizable, que es aplicable a todo tipo de elementos de activo (fijo, circulante, inmaterial, materias primas, incluso servicios contratados) es un instrumento de análisis sobre la valoración de activos en nuestra contabilidad.

Lo más habitual es que nuestros activos estén valorados contablemente, al menos en origen, por su precio de adquisición.

Utilizamos, como hemos dicho, el valor neto realizable para saber si hay o no deterioro contable.

Si, por ejemplo, tenemos como inmovilizado una máquina que hemos adquirido o fabricado con un coste de 400€ y la podemos vender a otra empresa por 500€ y la persona que se ocupa de gestionar su venta se queda un 10% del precio final para el cálculo del deterioro la operación será:

Valor neto realizable 500€ - 50€ = 450€ > 400€

En este caso no hay deterioro porque el precio que obtenemos es superior a su valor contable. Aquí por tanto no tenemos que hacer nada ya que el beneficio aparecerá en nuestra contabilidad cuando se produzca la venta efectiva.

Si, en el mismo ejemplo anterior, han bajado los precios de venta al público y la máquina no se puede vender por 500€ sino por 450€ con los demás datos igual (recordemos, coste 400€ y margen del vendedor del 10%) entonces la cuenta sería:

Valor neto realizable 400€ - 40€ = 360€ < 400€

Aquí el valor neto realizable es cuarenta euros inferior al valor contable y, por tanto, nos encontramos ante un deterioro que debemos contabilizar. El asiento será:

Sobre esto debemos hacer dos consideraciones.

En primer lugar que para el cálculo de un posible deterioro en elementos de inmovilizado debemos tener en cuenta la parte del valor de dicho elemento que ya haya sido amortizada ya que su valor contable es el valor original menos sus amortizaciones.

En segundo lugar que, al estar computando las pérdidas por deterioro como un gasto, será necesario que dicho cálculo esté bien acreditado y documentado para poder considerarlo como tal gasto a efectos fiscales. En tal sentido dictamina el ICAC que los criterios deben ser “razonables, realistas y que tengan una base empírica contrastada” y habrá que verificar que el plan de negocios de la empresa es adecuado a la realidad del mercado y las características de la empresa.

Por supuesto, si varían las circunstancias (por ejemplo suben los precios) y, como consecuencia, deja de existir el deterioro que hemos contabilizado habrá que computar la desaparición del mismo como un ingreso en nuestra cuenta de resultados.

Valor neto realizable de materias primas y productos semiterminados.

En el caso de las materias primas es un poco más complicado hallar el valor neto realizable porque su destino no es ser vendidas como tales sino que las utilizamos, por definición, para fabricar otros elementos.

Con un ejemplo, si tenemos:

• Paneles de madera que nos han costado 10€ pero que sólo podríamos vender por 7€.
• Tornillos que nos han costado 2€ y que sólo podríamos vender por 1€.

No encontramos con que tenemos en el almacén elementos que nos han costado, en total, 12€ pero que su posible venta nos daría 9€, en este caso habría un deterioro de 3€ pero no es así ya que con los paneles de madera y los tornillos vamos a fabricar una estantería para libros que, suponiendo que tenga unos costes de fabricación de 20€, tiene con todo lo anterior un coste total de:

10 + 2 + 20 = 32

Si la librería la podemos vender por 50€ con unos gastos de venta del 10% la operación resultaría:

32 + 5 = 37 < 50

Es decir, aunque parecía existir deterioro en las materias primas no lo hay en el producto terminado por lo que aquí no tenemos que computar ningún tipo de deterioro.

Por supuesto, si no vamos a continuar con la fabricación de la mesa ahí sí que se deberá computar el precio de venta de estas materias primas.

Por último, según criterio del ICAC el mejor método de valoración de las materias primas es tomar su coste de adquisición.