Vacante

Comenzamos esta entrada con el concepto de vacante, que según la Real Academia Española posee varias acepciones: 

1. Que está sin ocupar.
2. Dicho de un cargo, un empleo o una dignidad: que está sin proveer.
3. Renta caída [...] que permanece sin proveerse un beneficio.

De acuerdo con el latín, terminamos de conformar su significado: vacare es el verbo utilizado para decir que algo se encuentra desocupado o vacío (palabra que, por cierto, comparte etimología con la que estamos estudiando).

Existen diferentes expresiones que sintetizan su significado, como bien pueden ser bienes vacantes para aquellos bienes cuyo dueño se desconoce, o sede vacante, en este caso cuando un alto cargo (incluso el Papa) abandona o cede su puesto. No obstante, en este post vamos a centrarnos en qué es vacante respecto al mundo laboral.

Vacante de trabajo

Una o varias vacantes de trabajo aluden a la situación acontecida cuando los puestos laborales o bien acaban de ser creados, o han quedado sin cubrir, ya sea por despido, cesión o incapacitación temporal, o bien se plantea que haya nuevos disponibles en un futuro próximo y ya calculado. Esto quiere decir que un puesto vacante es todo aquel puesto laboral sin ocupar. 

Hablamos de creación cuando una empresa se encuentra en expansión y está directamente creando las vacantes a fin de desarrollar sus competencias laborales; pueden quedan sin cubrir cuando la oferta y la demanda, por cualquier razón, se encuentra en términos de desigualdad, y por lo tanto no se encuentra aquello que se busca; respecto a la cesión o incapacitación, puede haber diversos motivos como pueden ser el traspaso de empleados entre sedes o los periodos más delicados de la maternidad y paternidad. 

Entre las opciones de creación de estas vacantes también se encuentran aquellas consecuencias de una jubilación o del abandono voluntario del puesto de trabajo, que contribuye a la propia dinámica del mercado laboral (desempleo friccional); e, incluso, sucede con un ascenso dentro de la misma empresa, por lo tanto no hay un empleado menos, pero alguien ha de suplantar la vacante disponible del cargo que ejercía previamente.

La gestión de la empresa

Independientemente del origen de creación de la vacante, supone una situación que ha de ser gestionada y dirigida desde la empresa, de tal manera que se activen los mecanismos para que otros trabajadores terminen convirtiendo la vacante en un puesto laboral. Con esto queremos decir que la visibilidad de la vacante, la búsqueda de un candidato y las gestiones afines a estos procesos proviene de la gestión empresarial (con un buen peso del departamento de recursos humanos), mas el otro proceso activo se encuentra en los que se dirigen a cubrir una vacante. Respecto a esto, existen dos formas principales:

• Cubrirla externamente: a través de un proceso abierto se busca a interesados que no pertenecen a la corporación. Este sistema utiliza todos los medios comunicativos que dispone para anunciar la vacante, por lo que recibe ofertas desde cualquier perfil, y mediante varias fases de selección se procede a ir adaptando las condiciones y los requisitos a un perfil exógeno en pos de su incorporación. 
• Cubrirla internamente: el empleado se propone desde la empresa. El candidato más apropiado ya se encuentra dentro de la maquinaria empresarial, y es quien recibe el puesto. Esta solución puede ser concebida desde las recomendaciones hasta los procesos de evaluación generales.

El trabajador respecto a la vacante

Como hemos estado viendo, los trabajadores también son una parte activa del concepto de vacante, ya que han debido de realizar un esfuerzo previo (y documentado) para llegar a establecerse en una empresa y, así, cubrir la vacante expuesta.

Si bien es cierto que puede haber divergencias entre los procesos según la promoción sea interna o externa, lo cierto es que el trabajador y la empresa en este instante guardan una relación mucho más que superficial. La empresa ha de conceder a dominio público los requisitos de obligado cumplimiento si se quiere optar a la vacante, pero ha de ser juiciosa, legal y, de cierta manera, adaptada tanto a sus necesidades como a las del trabajador. 

Por otra parte, el trabajador ha de conocer bien estas características a fin de prepararse de la mejor manera posible ante la oportunidad. Esto conlleva desde crear un buen perfil profesional y conocer bien las capacidades que se le exigen en la oferta, hasta tener un estudio previo del campo antes de invertir en su educación sobre el mismo. De esta forma, se dará un equilibrio que finalice con la captación en la empresa del candidato más idóneo, según todo este proceso.

Algo parecido sucede en las bolsas de trabajo, aunque está dirigido a organismos públicos y los requisitos suelen ser más generales, y los procesos de selección menos individualizados.

Ya vemos que conocer el concepto de vacante, tanto como trabajador (o incluso posible socio) como empresario es una buena manera de crear una red efectiva y de confianza en el ámbito empresarial. Las relaciones entre trabajadores y su labor son esenciales, y merece la pena conocer a fondo todas las opciones.