Testaferro
A menudo hemos escuchado hablar de la figura del testaferro como una persona que comete actos ilícitos y de poca confianza. Es un término asociado a operaciones fraudulentas o blanqueo de capitales. Vamos a ver en qué consiste realmente ser un testaferro y las limitaciones legales que esto conlleva.
¿Qué es un testaferro?
Se define como la persona que cede su nombre a un contrato, transacción o negocio que es de otra persona. En principio, el hecho de aportar su identidad no es un acto ilícito. El delito se comete cuando a través de ello se persigue el objetivo de cometer un fraude, un falseo de documentos o cualquier conducta tipificada en el Código Penal.
En general, el testaferro suele ser un familiar o un allegado a la persona interesada. En algunos casos, pueden ser personas acostumbradas a estos negocios o gerentes de empresas que desean vender sociedades que posteriormente se usan para ocultar delitos fiscales.
Si estamos ante un blanqueo de capitales, lo normal será que el interesado use a un testaferro con un domicilio desconocido y que no tenga ninguna relación con el negocio que quiere ocultar. Este testaferro será nombrado administrador o socio único de una sociedad raíz, con un objetivo social extenso y preparada para actuar.
La sociedad raíz va a comprar el accionariado de sociedades pantalla con domicilio en territorios donde las jurisdicciones poseen baja o nula tributación y no hay un intercambio automático de información tributaria (territorios offshore), pues estos benefician el secreto bancario y favorecen una fiscalidad provechosa.
Por último, se concede poder de representación a agentes fiduciarios o despachos que están especializados y reciben órdenes del interesado para realizar operaciones con estos capitales.
Requisitos para ser un testaferro
Las principales características que se requieren para ser un testaferro son:
- Ser una persona física con plena capacidad de obrar.
- Operar en el tráfico jurídico.
A pesar de ser aconsejable confiar este puesto a una persona allegada, también puedes contratar a profesionales que se dedican a prestar su nombre para efectuar contratos con el objetivo de encubrir la verdadera identidad del interesado.
¿Es legal usar un testaferro?
El Código Penal es contundente cuando establece que, si el testaferro comete acciones ilegales, está incurriendo en un delito. Pero, esta figura es legal hasta que se demuestre lo contrario según el ordenamiento jurídico español. Cuando la transmisión de bienes o de negocios al interesado se efectúa mediante la vía legal, no habrá ningún problema. Para ello habrá que hacer uso de escrituras públicas o contratos de compraventa.
Para que el testaferro actúe de manera legal, lo normal es que se comporte como un mandatario con representación. De esta forma, el mandante podrá otorgar poderes al mandatario para realizar operaciones en su nombre, evitando cualquier ilegalidad.
A veces, es viable operar dentro del margen legal logrando unos mejores precios o condiciones en un negocio o contrato cuando el mandante no interviene de forma directa. Dichas ventajas se recogen en la ley, lo cual no sucede con la obtención de beneficios fiscales o económicos derivados de la vía ilegal.
Cuando se trate de un negocio ilegal, el testaferro sí estará cometiendo acciones ilícitas, por lo que ambos, tanto mandante como mandatario deberán declarar ante la ley. El caso más frecuente es la evasión de impuestos.
También es importante mencionar que el Código Penal comprende que cualquier simulación que se efectúe con testaferros es ilegal. Se entiende como aún más grave cuando se causen daños o perjuicios a terceros o se busque un fin ilegal. La intervención de un testaferro en un negocio ilegal tendrá como consecuencia directa la declaración de nulidad del contrato jurídico y la restitución de bienes o, en ocasiones, la indemnización por daños y perjuicios.
¿Qué consecuencias tiene ser un testaferro?
El testaferro tan solo acata las órdenes que da el mandante que le ha contratado. Si ejerce bajo unas condiciones legales, será remunerado con los beneficios, el precio o la promesa que el interesado le haya asegurado.
En caso de cometer acciones ilícitas, el testaferro también es responsable de manera penal por la conducta efectuada. Aunque esta figura no sea consciente de que las operaciones llevadas a cabo sean ilegales, no se acepta como eximente en tales casos.
Aun así, la Ley establece una distinción entre los testaferros profesionales y los que no tienen conocimiento completo de la situación en la que se les introduce por pura ignorancia, pues operan por extrema necesidad, estos casos suelen darse en ancianos, drogadictos o mendigos. En función del caso, la responsabilidad penal podría pasar al mandante.
En definitiva, la figura del testaferro no es en sí ilegal, pues el Código Penal lo establece como una figura lícita si se siguen las normas del ordenamiento jurídico para la actuación de esta persona. El testaferro o mandatario está bajo las órdenes del mandante. Si se persiguiera cometer un acto ilegal, ambos tienen que responder ante la Ley.
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