Stop loss
Si hacemos una traducción directa al castellano de stop loss tendremos algo así como parar pérdidas. Pues bien, esa es ni más ni menos la idea principal de esta orden que se utiliza durante las transacciones de bolsa con el objetivo de limitar las posibles pérdidas.
En otras palabras, se trata de una orden de venta automática que se activa cuando un activo llega a una cotización que hayamos determinado como tope inferior. Así pues, le estamos diciendo a nuestro broker que emita una orden de venta cuando el precio descienda de nuestro límite.
Riesgo controlado
Una de las premisas que todo trader debe tener en cuenta a la hora de operar en bolsa es que debe poner límites al riesgo, asimilando la posibilidad de tener pérdidas dentro de ciertos parámetros. Tiene que ver con el autocontrol a la hora de tomar decisiones de comprar o vender sin dejarse llevar por las emociones.
Hay que tener en cuenta que los activos que se negocian en la bolsa por lo general tienen mucha volatilidad, es decir los precios suben y bajan con mucha facilidad pudiéndose dar descensos muy pronunciados de las cotizaciones, generando muchas pérdidas si no actuamos a tiempo.
Es por esto que existen órdenes como el stop loss mediante las cuales establecer de antemano nuestros límites de pérdidas. Así pues, no es para nada aconsejable dejar una operación abierta sin poner un límite de seguridad pues el mercado puede moverse con mucha rapidez.
Ganar perdiendo
Hay que tener en cuenta que hacer un buen uso del stop loss en una estrategia de inversión a largo plazo que dará más valor a nuestras ganancias, ya que no se verán mermadas por grandes pérdidas.
Pero es que además este oxímoron cobra sentido cuando al limitar una pérdida en realidad estamos afianzando un beneficio. Si por ejemplo compramos un activo por un valor de 100 puntos y este se revaloriza alcanzando la cuota de 120 puntos nosotros recolocamos el stop loss en 110. De esta manera si la cotización baja hasta los 110 en realidad hemos ganado 10 puntos por acción.
Tipos de Stop loss
Esencialmente existen dos tipos de stop loss con los que podemos operar en bolsa o que podemos pasar a nuestro broker para que actúe en consecuencia.
Stop loss estándar
Este es el tipo de stop loss clásico también denominado fijo en el que el inversor establece el punto de la cotización más bajo en el que se deben vender las acciones. En el caso de que el inversor decida mover este punto tiene que volver a lanzar la orden para cambiarlo.
Stop loss dinámico
En este caso la línea donde se coloca la orden de stop loss va a ir acompañando las subidas de la cotización de manera automática, pero se mantendrá fija cuando estas desciendan. Por lo tanto, no se sitúa en una cotización mínima fija, sino que la orden de venta se coloca automáticamente con un margen relativo unos puntos porcentuales por debajo de la cotización.
Precio garantizado
A la hora de lanzar nuestra orden stop loss esta puede estar garantizada o no por nuestro broker. En caso de que no esté garantizada en cuanto la cotización alcance nuestro mínimo se lanzará una orden de venta al mercado, lo que quiere decir que se venderán por la mejor oferta que aparezca en ese momento.
Sin embargo, si se trata de una orden garantizada o limitada nuestro broker solo venderá las acciones por el precio exacto que teníamos marcado. Claro que para este tipo de garantías se hace necesario pagar comisiones extra que dependerán de cada operador.
Donde poner el Stop loss
Definir el punto en el que colocar esta orden para salir de la operación depende en gran medida de las pérdidas que estemos dispuestos a soportar. Así pues, va en función de lo que hará sentir más seguro al inversor que puede ser más conservador o por el contrario preferiría tener mayor margen de movimiento.
Una buena estrategia para usar el stop loss es situarlo en una posición que no sea solo delimite las pérdidas, sino que a su vez sea un punto que confirme que el movimiento de las cotizaciones va en nuestra contra.
Por otro lado, dejar poco margen puede ser contraproducente, ya que hay que tener en cuenta la volatilidad de los precios y podemos salirnos de la operación demasiado pronto. La clave está en situar nuestra orden en un punto en el que no pensamos que pueda situarse la cotización.
Sea como fuere lo más importante es decidir dónde colocamos la orden de stop loss antes de empezar a operar y hacer el análisis adecuado con tiempo suficiente para colocarlo en un punto que nos dé tranquilidad.
En definitiva, operar en la bolsa sin utilizar la orden stop loss conlleva asumir un gran riesgo y con ello grandes pérdidas económicas. Saber utilizarlas de forma correcta no solo es una medida de seguridad también es parte de una estrategia ganadora. Además, ayudan a controlar nuestras emociones al operar y, todo hay que decirlo, son gratuitas.
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