Stock
El stock (o estocaje) abarca la totalidad de las mercancías que una empresa almacena en su inventario, incluyendo tanto las materias primas como los productos terminados. A continuación, analizaremos cómo se clasifica y cómo se controla el stock de una empresa, y su relación con el nivel esperado de demanda.
El stock y la demanda
Cualquier empresa que entregue mercancías suele disponer de un almacén, en el que mantiene existencias disponibles para ser entregadas con relativa celeridad; esta circunstancia contrasta con la venta “sobre catálogo”, en la cual el vendedor ofrece todo su porfolio, independientemente de si tiene disponibles todas las existencias o no en su almacén.
Sin embargo, el mantenimiento de stock es una apuesta tan necesaria como arriesgada para los negocios: el stock que no se vende penaliza las arcas de la empresa, y el plazo de entrega de los productos que no están en el almacén se puede disparar, penalizando en este caso la capacidad de la empresa de satisfacer las demandas de los clientes.
Sea como fuere, la determinación de los distintos niveles de stock debe hacerse siempre con un ojo puesto en las previsiones de demanda: aprovisionarse para cubrir con el stock disponible, en la medida de lo posible, los pedidos de venta que reciba la empresa.
Clasificación del stock
Teniendo en cuenta la definición de stock, este puede ser clasificado según distintos criterios; por ejemplo, se puede dividir el stock atendiendo al precio entre stock alto, mediano y bajo, entendiendo esta variable como el precio medio de las existencias que tenga cada empresa.
Por otro lado, el stock puede clasificarse en función de la antigüedad, es decir, de la fecha en la que las existencias se compraron o produjeron. El motivo de clasificar el stock por antigüedad es determinar el tiempo de rotación óptimo de cada artículo, que no es más que el periodo de tiempo que transcurre desde que se adquieren las existencias hasta que son vendidas.
La importancia de la rotación reside en el tiempo que pasa desde que se paga la mercancía adquirida o producida, hasta que se cobra su venta: si la empresa paga las existencias antes de haberlas vendido, tendrá inevitablemente que soportar un coste financiero adicional.
Stock estándar
Se entiende por stock estándar a aquel que la empresa mantiene de forma habitual según dicten las previsiones normales de demanda (run-rate); cada producto o conjunto de productos tiene su propio movimiento, fácilmente calculable a través del histórico de ventas.
Stock de seguridad
El stock de seguridad es aquel que la empresa mantiene para cubrir demandas especiales que no entran en el cómputo de las previsiones habituales: su cálculo no se puede estimar en función de los datos anteriores de ventas, sino que entran en juego otros parámetros adicionales.
Stock mínimo
El stock mínimo es la cantidad mínima de inventario que una empresa debe mantener para no quedarse sin existencias; mantener una política de aprovisionamiento basada en el stock mínimo reduce significativamente los costes de almacenaje, pero se corre el riesgo de quedarse sin stock disponible ante picos de demanda u otras situaciones inesperadas.
Stock máximo
Por su parte y análogamente, el stock máximo es la cantidad máxima de inventario que una empresa puede mantener, ponderando a la vez la capacidad de sus finanzas, de su almacén y de su línea de producción.
Aunque los aprovisionamientos basados en el stock máximo suelen prevenir la rotura de stock (quedarse sin existencias), ponen el riesgo tanto la liquidez de la empresa como la producción y el almacenaje de los productos, ya que todos estos parámetros funcionarían al límite, pudiendo fácilmente incurrir en excedentes de stock si no se cumplen las previsiones de demanda.
Políticas de gestión de stock
Método empírico
Corresponde a la gestión del stock en función del histórico de ventas; para elegir cuántas existencias se adquirirán o producirán, se analizan las cifras de ventas anteriores y se ajustan los pedidos y/o la producción al promedio de las ventas.
Método de previsión
El método de previsión da un paso más sobre el histórico de ventas, y también considera variables adicionales como la estacionalidad, el contexto económico, la existencia de promociones o la escasez de suministro.
Método JIT (Just In Time)
El método Just In Time se basa en un ajuste al máximo entre la demanda y el aprovisionamiento, de tal forma que se espera a recibir la solicitud de ventas para comenzar la producción o adquisición.
Método Kanban
La idea del Kanban es como la del JIT, pero añadiendo un stock mínimo para dar cobertura a posibles roturas de stock o interrupciones de producción.
El stock es una de las partes indispensables que debe manejar toda empresa que almacene y/o produzca mercancías: dar con el nivel de stock óptimo es clave para velar por el saneamiento financiero de la organización, y para mantener el ritmo de ventas.
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