Sobreponderar
Un término usado habitualmente en economía es sobreponderar. Consiste en valorar un bien o servicio por encima de su valor de mercado, ya sea en base a criterios económicos o no económicos. Esta expresión es especialmente utilizada en el mercado de valores, especialmente en el trading, para la valoración de un activo financiero.
Sin embargo, un término no es necesariamente conocido y comprendido por ser muy utilizado. Por ello, a continuación, vamos a hacer un recorrido por los puntos más relevantes de la sobreponderación económica.
¿Qué es sobreponderar?
Como ya adelantábamos, cuando hablamos de sobreponderar, hablamos de dar un valor a un bien, tangible o intangible, superior al valor que tienen los otros bienes o servicios de características similares. Esta sobreponderación puede deberse a razones económicas o no económicas.
Además, si atendemos exclusivamente a los mercados financieros, estamos ante un término muy utilizado en el argot propio de este sector, especialmente, en el trading para valorar un activo financiero.
El motivo de la sobreponderación es siempre la creencia de que su valor de retorno estará por encima del valor de referencia. De esta manera, un gestor de inversiones basará sus acciones, a través de maniobras, en dar mayor peso a estos valores, motivo por el que los sobrepondera, y otorgando menor peso a los valores de los que espera obtener un menor rendimiento. Dentro de esta jerga, se entiende que los activos financieros que ostenten un valor superior al de su sector durante 12 meses, están sobrevalorados.
¿Cómo realizar una sobreponderación?
En ningún caso se sobrepondera un bien de manera aleatoria. El hecho de que una empresa sobrevalore un activo o un bien, siempre tiene detrás un análisis pormenorizado del mismo, fruto del cual, concluye que ese bien tiene un valor superior al actual. Este es el motivo por el que lanzará una oferta o realizará una compra, con la finalidad de conseguir que el bien sea más atractivo y, consecuentemente, se revalorice en el futuro.
Por ello, hemos de ser rigurosos. Estas operaciones no se corresponden con meras corazonadas, ni con el azar, sino que se trata de estudios rigurosos y basados en algún criterio, que, como hemos dicho, no tiene por qué ser económico, pero el criterio debe existir. De este análisis depende la rentabilidad o no de la operación.
Uso de la sobreponderación
Aunque su uso no está circunscrito a los mercados financieros, es en el trading donde más se utiliza, y, en general, en el ámbito de los mercados financieros, normalmente, con vistas de aumento del valor a largo plazo. No estamos ante una operación de resultados inmediatos. Esto se debe a que algunas casas publican sus estimaciones respecto a un valor, indicando que hay que valorarlo a mayor precio. Así, los inversores emplean posiciones alcistas hasta alcanzar el precio de esa valoración más alta.
El uso de la sobreponderación no implica una ventaja, sino que en ocasiones supone una desventaja competitiva en comparación a las condiciones del mercado. Sin embargo, esta desventaja tampoco tiene por qué ser perjudicial en todo caso, puesto que el precio del bien puede terminar orientándose favorablemente hacia el precio estimado.
Competencia, publicidad y marketing
Es en cierto modo previsible que la sobrevaloración de un bien o activo pueda incidir sobre la demanda. En este sentido, puede inducir al consumidor a pensar que el bien está sobrevalorado por la existencia de características positivas, provocando que su utilidad marginal no decrezca en la misma medida que la utilidad marginal de otros productos con propiedades similares, provocando un aumento de la demanda.
Se trata de la competencia, la cual es uno de los factores a tener en cuenta, ya que puede alterar completamente el mercado influyendo en la demanda de un bien, motivada por factores como la diferenciación, la durabilidad, la utilidad, la calidad…
Pero no es el único factor capaz de influir en el éxito de la sobreponderación. Así, en el caso de los activos financieros, parece obvio que dependerá de las perspectivas financieras y del estado de la economía en su conjunto. Pero también el estado de la economía puede afectar al valor de los bienes tangibles. Podemos verlo de una forma más gráfica, a título de ejemplo, con el precio de los bienes inmuebles en España, el cual descendió notablemente durante los años de la crisis, al existir una gran oferta y una reducida demanda, todo ello provocado por el estado de la economía en general.
Otros factores que pueden influir en el valor de los productos son el marketing y la publicidad, que permiten a las empresas jugar con las modas e incluso crear necesidades a los consumidores. Casi cualquier producto es susceptible de un aumento de valor, si detrás de él se trabaja con las herramientas adecuadas. Todo ello implica que la demanda de un bien raramente será regular.
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