Revolución industrial
La historia mundial ha tenido grandes momentos que han cambiado drásticamente la forma de funcionar de las sociedades. Uno de ellos fue la Revolución Industrial, fenómeno ocurrido a partir del año 1760, y que supuso un antes y un después en el funcionamiento de las economías y la forma de vida de las naciones. Vamos a ver en qué consistió esta revolución, además de sus claves, características y curiosidades.
La Primera Revolución Industrial
Cuando hablamos de Revolución Industrial, hacemos referencia al proceso en el que la producción de los bienes cambió radicalmente a nivel global, donde las economías se basaban en el sector primario y se enfrentaron a la aparición de una nueva forma de fabricar: la industria. Para ser más exactos, esto ocurrió en la Primera Revolución Industrial, ya que existen varias etapas en las que el mundo sufrió grandes cambios a la hora de producir.
La Primera Revolución Industrial comenzó en el Reino Unido, concretamente en el año 1760, gracias a los avances científicos que se unieron a una búsqueda de nuevos métodos de producción, extendiéndose posteriormente por el resto de Europa y los Estados Unidos. Las condiciones económicas y políticas de los británicos permitieron la aparición de este fenómeno, a lo que también contribuyó su no participación en guerras y el buen sistema financiero que tenían en esa época.
Esta etapa no solo trajo consigo cambios en la manera de producir, sino también en las economías, la política, la geografía y la cultura. Gracias a las materias primas que poseían los ingleses, sobre todo el carbón, consiguieron introducir la máquina de vapor, la cual se considera “motor” de la Primera Revolución Industrial, junto a los altos hornos de la siderurgia. A partir de aquí surgieron diferentes innovaciones que cambiarían el mundo: máquinas de hilar y tejer, técnicas de especialización para la mano de obra, energía eléctrica y motores de combustión son solo algunos ejemplos.
Cambios políticos, sociales y económicos
Este boom industrial trajo consigo una gran cantidad de cambios en todos los países desarrollados. En primer lugar y siendo un factor muy importante, el sistema feudal terminó gracias a la revolución burguesa y la entrada del sistema monárquico al Reino Unido, el cual supuso una etapa próspera, libre de conflictos y llena de estabilidad.
Por otro lado, el Reino Unido entró en una etapa donde su potencia comercial era máxima, encontrándose en una posición mucho más elevada que cualquier país gracias a sus avances e innovación industrial. Por este motivo, era la nación líder en comercio internacional, y fue capaz de generar mucho capital y riqueza durante esta etapa.
Además, en esta época se dio un importante aumento de la mano de obra y la productividad, gracias a los innumerables avances que se consiguieron en ambos conceptos. Mucha de la mano de obra del campo dejó de ser productiva dados los nuevos avances, lo que trajo consigo un importante éxodo rural y, consecuentemente, un aumento muy importante de la población en las ciudades.
Consecuencias y expansión de la industria alrededor del mundo
En sus primeros años, la Revolución Industrial supuso un cambio radical en la forma de vida y de producción británica, lo cual se extendió con el paso del tiempo hacia el resto de Europa y Estados Unidos. El uso del carbón como recurso fomentó el sector de la minería, y se produjo un desarrollo industrial en el que se mejoró la productividad, se aumentó enormemente la capacidad productiva y se crearon economías mucho más diversas, potentes y prósperas.
El comercio internacional entró en auge, lo cual produjo un aumento demográfico muy importante y su consecuente aumento de la tasa de natalidad. Pese a ello, es importante remarcar que existían muy pocas facilidades en cuanto a comunicación se refiere, algo que atrasó el proceso de adaptación del resto de países. En concreto, España mantuvo durante muchos años una producción muy artesanal y una población mayoritariamente rural, pero poco a poco fue adaptando los nuevos métodos y generando nuevas oportunidades.
Etapas de la Revolución Industrial
La Primera Revolución Industrial fue la que más impacto tuvo en nuestras economías, pero el concepto de Revolución Industrial incluye otras tres etapas con cambios e innovaciones muy importantes para el desarrollo de las sociedades:
- Segunda Revolución Industrial (1850-Primera Guerra Mundial). En esta etapa se dio un salto muy importante en cuanto a la materia prima utilizada para producir (cobre, aluminio, acero, zinc). Además, se diversificó el uso de la energía, se empezaron a utilizar productos químicos en la producción y se innovó en métodos como la cadena de montaje o la producción en masa.
- Tercera Revolución Industrial (mediados del siglo XX). A mediados del siglo XX comenzó la tercera etapa de esta revolución, gracias a las innovaciones en informática y tecnología. Se mejoraron drásticamente las comunicaciones, entraron en escena las TIC y se produjo una importante automatización en los procesos productivos.
- Cuarta Revolución Industrial (2011-). Desde el año 2011, podemos considerar que nos encontramos en la cuarta etapa de la Revolución Industrial. Este proceso está aún en auge, y trae avances impensables entre los que encontramos la robótica, el desarrollo de internet, la autoproducción o las “industrias inteligentes”.
La Primera Revolución Industrial supuso una nueva era en las economías europeas, generando avances e innovaciones de los que aún nos aprovechamos en las industrias modernas. Por ese motivo, esta etapa se considera uno de los momentos más importantes e influyentes en la historia de la sociedad.
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