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Retenciones IRPF

por Software DELSOL

En lo que respecta a la actividad tributaria en España, las retenciones IRPF son un tipo de anticipo en concepto de impuesto sobre la renta que Hacienda retiene a las personas físicas cuya actividad económica presente ciertas condiciones.

¿Qué es la retención de IRPF?

Cualquier retención implica la adjudicación de una cierta suma de dinero por un organismo en concepto de un determinado gravamen, pero de manera anticipada. En el caso de Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas o IRPF, se trata de un anticipo que la agencia tributaria percibe por un monto liquidado de la renta; por ejemplo, en el caso de una renta de alquiler.

Estas “retenciones” son consideradas en función del tipo de renta que la persona perciba. El ingreso de este puede realizarse de manera personal o puede delegarse —esto último es lo que ocurre en el caso de los emprendedores, profesionales y autónomos—.

Las rentas que se rigen por este régimen son:

  • La renta de trabajadores por cuenta propia.
  • Actividad profesional independiente (autónomos).
  • Renta por cesión de derecho de imagen.
  • Ganancias patrimoniales.
  • Renta de capital mobiliario e inmobiliario.

Como se mencionó más arriba, las retenciones de este tipo se aplican sobre el IRPF.

¿Qué es el IRPF?

Se trata del impuesto a la renta anual de personas físicas que residen en España. Este impuesto es uno de los más importantes para Hacienda, ya que su recaudación financia un porcentaje muy importante del sistema tributario. Cuenta con un carácter progresivo y directo, lo que quiere decir que su porcentaje es mayor a medida que el ingreso aumenta.

Este impuesto se encuentra formado por una base imponible que contempla las distintas rentas que una persona física puede percibir. Esto se debe a que, para la mayoría de los habitantes, el trabajo directo y su rendimiento es su fuente de ingreso principal. Sin embargo, no comprende todos los ingresos que la persona perciba, sino que se produce sobre aquellos que se ganan como empleado de una compañía.

Los trabajadores que trabajan en relación de dependencia perciben esta retención sobre la nómina, mientras que los autónomos lo hacen sobre las facturas emitidas. El criterio de aplicación depende del nivel de salario y la situación familiar particular del trabajador. Existen tramos de retención que definen el porcentaje sobre el ingreso mensual que se debe aportar. Estos porcentajes varían según la cuantía de los montos y la situación familiar; casado o soltero, con o sin hijos menores de 25 años o a cargo de mayores de 65 años.

La renta producto del rendimiento del capital mobiliario también se encuentra sujeta a este impuesto; por ejemplo, los dividendos y participaciones sobre la actividad de una entidad cualquiera —siempre y cuando se trate de una actividad con fines de lucro—. Por otro lado, el capital inmobiliario también se encuentra gravado; es el caso de alquileres de locales comerciales o subalquileres.

Por último, los ingresos que provienen de la actividad empresarial y su rendimiento económico son alcanzados por este impuesto, lo que incluye trabajo y capital de manera conjunta. Sin embargo, la base imponible permite la deducción de los costes asociados a la actividad en cuestión. Las excepciones, por otro lado, deben considerarse en función de la actividad misma.

¿Cómo se calcula la retención de IRPF?

El cálculo de la retención dependerá del tipo de renta que la persona perciba. El Ministerio de Hacienda pone a disposición del público una plataforma que permite realizar el cálculo de manera automática.

Retención en la nómina

En este caso, los trabajadores que trabajan para terceros están sometidos a las retenciones según los tramos mencionados más arriba; a mayor renta, mayor será el porcentaje a abonar. En algunos casos estos pueden percibir un impuesto mínimo si se encuentran contratados temporalmente o en prácticas o pasantías.

Retención para autónomos

En este deben realizarse las retenciones en las facturas emitidas. El porcentaje a aplicar en estos casos es del 15 %, aunque los recién iniciados en la actividad pueden aplicar el 7 % durante los primeros tres años a modo de incentivo.

Sin embargo, no todos los autónomos necesitan aplicar retenciones en las facturas que emitan. Quedan exentos de esta tarea aquellos que no estén incluidos en las secciones segunda y tercera del Impuesto de Actividades Económicas. Por otro lado, también debe darse la condición de que el cliente sea particular, puesto que, si se trata de una empresa u otro autónomo, el impuesto aplica.

Dicho impuesto debe aplicarse sobre la base imponible mencionada más arriba, y supone ciertas obligaciones fiscales que deben ser consideradas a la hora de presentar la declaración. Estas obligaciones incluyen el declarar las retenciones mediante el Modelo 130 para quienes tributan según el régimen de estimación directa o el Modelo 131 para quienes lo hacen según módulos —en ambos casos, debe realizarse la declaración cada tres meses—.

Las retenciones IRPF son aquellas que se aplican al Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas de manera anticipada, ya que la renta gravada por este se puede conocer de manera anticipada para el periodo de la declaración.

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