Ratio de tesotería
Las ratios financieras (o razones financieras) son operaciones matemáticas (fórmulas) que se han creado para comparar y relacionar distintas realidades de la contabilidad con el objeto de darnos determinada información. Se expresan en porcentajes o en sistema decimal.
En este artículo tratamos de la ratio de tesorería (también llamado ratio de liquidez en primer grado o prueba ácida) que nos informa de las cantidades de dinero líquido o de las posibilidades de obtener dinero líquido en un plazo corto (en este caso se suele hablar de treinta días), importante información para poder hacer frente a los pagos comprometidos.
Su fórmula sería la división entre el dinero efectivo disponible y los activos totalmente líquidos y realizables a muy corto plazo en el numerador y, en el denominador, los pagos comprometidos a corto plazo (el pasivo corriente)
En la actividad empresarial (tanto en la productiva como en la comercial) las empresas tienen cobros y pagos comprometidos a diferentes plazos.
Esto es así porque suelen acudir a financiación ajena y, por ello, deben afrontar los pagos que supone dicha financiación (por ejemplo, si han recibido un préstamo bancario tienen que pagar los recibos, normalmente mensuales, donde amortizan una parte del dinero prestado y pagan los intereses y comisiones que conlleva).
Además de lo anterior, en el tráfico mercantil los pagos y cobros de factura se realizan, de manera muy habitual aplazados o, incluso, fraccionados en varios pagos/cobros representados de diferentes maneras, desde un compromiso de pago en una o varias facturas o recibos hasta la aceptación de efectos comerciales (por ejemplo, letras o pagarés) que representan dichos movimientos de caja.
Por lo tanto, cualquier empresa tiene, por delante, un calendario de cobros pendientes y de pagos también pendientes de todo tipo.
Este calendario de cobros y de pagos se califica por los plazos a los que están previstos; a los efectos de lo que estamos hablando debemos diferenciar
- Corto plazo: los pagos y cobros previstos a menos de un año. Figuran en el activo y el pasivo circulante.
- Largo plazo los previstos a más de un año. Figuran en el activo y el pasivo no corrientes.
Por ello es importante para la empresa tener un control de los cobros que espera recibir a corto plazo y de los pagos que tienen que afrontar también a corto plazo para saber que va a tener el dinero líquido necesario para la realización de tales pagos.
La diferencia entre esta ratio de tesorería con la ratio de solvencia es que esta última lo que nos dice es si el total del patrimonio empresarial, los bienes y derechos que tiene en su activo del balance, es suficiente para atender las obligaciones que tiene contraídas en su pasivo, es decir, si dispone de fondos propios suficientes para cubrir las deudas que tiene con tercero, tanto presentes como futuras o, lo que es lo mismo, a cualquier plazo.
Por lo tanto la de solvencia nos habla del respaldo económico que tiene la empresa para afrontar sus obligaciones pero no de la posibilidad de disponer de efectivo para hacerlo.
Por otro lado, la diferencia entre la ratio de tesorería y la ratio de liquidez es que esta última no tiene en cuenta los activos realizables a corto plazo sino solamente el dinero líquido disponible y no prevé las deudas a corto que no hay que pagar de inmediato sino sólo estas últimas.
Valores óptimos de la ratio de tesorería
Aplicando la fórmula de la ratio de tesorería que hemos dicho antes:
Se considera que el valor ideal de dicha ratio es 1.
Si la ratio de tesorería nos da un resultado inferior a uno significa que no tenemos disponibilidad de dinero efectivo para hacer frente a nuestras obligaciones y que, por ello, deberemos tomar medidas para poder afrontar estos pagos como aportaciones de dinero o búsqueda de financiación.
Esto no tiene por qué significar que la empresa tiene un problema de solvencia porque lo que estamos midiendo es la disposición de efectivo, nuestra empresa puede tener un patrimonio neto más que suficiente para hacer frente a nuestras obligaciones, pero no disponer de liquidez en el momento necesario que es lo que nos indica este resultado.
Por el contrario, si la ratio es muy superior a uno lo que significa es que estamos desaprovechando recursos productivos porque tenemos una liquidez que no nos aporta nada y que podría haberse empleado de otro modo en la actividad productiva.
Los periodos de pago medio a proveedores
Además de que existe una obligación legal de respetar determinados plazos de pago (en la Ley 15/2010 de 5 de julio de lucha contra la morosidad) también existe una obligación contable de tener un control de los plazos en los que estamos atendiendo las obligaciones de pago con terceros que sean proveedores.
En este sentido, la resolución del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas de fecha 29 de enero de 2016 (BOE 4/2/2016 página 9356 y ss) establece la obligación de confeccionar y analizar en la memoria contable una ratio de plazos de pago de este tipo.
Por lo tanto, la ratio de tesorería no sólo es conveniente porque el hecho de atender nuestros pagos en plazo nos facilite nuestra relación con los proveedores sino también porque debemos cumplir estas obligaciones legales y explicarlo en nuestra memoria contable.
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