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Prestatario

por Software DELSOL

Definimos al prestatario como la persona física o jurídica que, en una operación de préstamo, recibe una cantidad determinada de dinero, la cual se compromete a devolver en unos plazos estipulados y acordados con la otra parte del contrato. En otras palabras, es un individuo o agente económico que recibe financiación, ya sea por parte de un banco, una empresa u otra persona, obteniendo una cantidad que tendrá que devolver posteriormente y antes de la fecha de vencimiento acordada.

Al prestatario también lo conocemos como deudor, y es la figura opuesta al prestamista o acreedor, siendo esta última la persona o entidad que presta su dinero. En este tipo de operaciones, el acreedor le exige al prestatario devolver el dinero con ciertos intereses, buscando obtener un beneficio económico de la operación.

Pese a que no es algo tan habitual, existe otro escenario en el que también se utiliza el término prestatario. Por ejemplo, en el mundo de la telefonía móvil y el internet, a veces nos referimos a la persona que contrata un servicio (por ejemplo, dos líneas de móvil y fibra óptica) como un prestatario de la empresa de telecomunicaciones.

Obligaciones del prestatario

  1. Devolver al prestamista el crédito concedido en los plazos estipulados, antes de que pase la fecha de vencimiento del contrato.
  2. Abonar todos los intereses y comisiones sin demora.
  3. Utilizar los fondos recibidos para la causa por la que se han solicitado (por ejemplo, si se pide un préstamo al banco para comprar un electrodoméstico, no utilizarlo para hacer un viaje).
  4. Antes de negociar las condiciones, el prestatario debe informar de su situación financiera real al acreedor, con el fin de que este último pueda valorar el riesgo de manera adecuada.

Derechos del prestatario

  1. Dentro de las condiciones pactadas, tiene derecho a disponer del crédito solicitado.
  2. Recibir cualquier tipo de documento relacionado con el contrato, la liquidación del préstamo o los pagos realizados para devolverlo (justificantes de pago).
  3. Consultar cualquier base de datos como la CIRBE para comprobar sus deudas con entidades bancarias y de crédito.

¿Qué tipos de prestamistas pueden conceder crédito a los prestatarios?

  • Entidades bancarias tradicionales. Suele ser la opción más habitual a la que acuden los prestatarios, ya que los bancos disponen de buenas ofertas y condiciones bastante interesantes para sus clientes. Muchos de los préstamos se solicitan a las entidades bancarias: hipotecas, vehículos, electrodomésticos…
  • Entidades públicas. Es más común que actúen como intermediarios en la concesión de préstamos, pero las entidades y bancos públicos como el Instituto de Crédito Oficial también tienen la capacidad de ofrecer crédito a los prestatarios.
  • Establecimientos Financieros de Crédito (EFC). Su gran diferencia con los bancos tradicionales consiste en que los EFC no pueden recibir depósitos de sus clientes, pero sí ofrecerles financiación y crédito, siempre bajo la supervisión del Banco de España.
  • Empresas de lending online. En los últimos años se ha popularizado este concepto: son compañías bastante ágiles y rápidas que ofrecen crédito online. Normalmente, disponen de ofertas muy interesantes con opciones mucho más flexibles, algo que las ha convertido en una de las opciones más utilizadas por los prestamistas en los últimos años.
  • Prestamistas particulares. Una persona física y particular también tiene la capacidad para ofrecer financiación. Suelen ser individuos con mucho capital ahorrado, utilizándolo como forma de inversión a través de la concesión de créditos a otras personas o entidades. El problema con este tipo de prestamistas lo encontramos en las condiciones de los préstamos, que suelen presentar intereses más elevados. Además, al ser personas que operan por cuenta propia y no seguir ningún tipo de regulación, el prestatario corre el riesgo de ser estafado.

¿Para qué sirve el contrato realizado en los préstamos?

Siempre que se realiza un préstamo, ambas partes deben negociar unas condiciones que, posteriormente, plasmarán en un documento escrito. Este contrato será fundamental y beneficioso para ambas partes, ya que, en caso de que alguna de las dos incumpla sus obligaciones, la otra podrá hacer una reclamación de manera legal, que terminará ganando en caso de que se confirme la infracción.

Básicamente, redactar un documento de este tipo tiene dos funciones clave: registrar que ambas partes se comprometen a pactar todo lo escrito en el propio contrato y ejercer como una prueba de que la relación comercial entre ambas personas ha existido y con tales condiciones. Las entidades bancarias, por ejemplo, siempre emitirán un documento de este tipo para evitar problemas legales en el futuro. Sin embargo, es posible que un prestamista particular no lo haga, algo que puede causarle problemas al prestatario en caso de que el acreedor incumpla con su palabra inicial.

En definitiva, en una operación de financiación, el prestatario es la persona física o jurídica que recibe el dinero y lo utiliza, mientras que el prestamista es la persona o entidad que le presta ese dinero y, como contraprestación, le cobra unos intereses a la hora de devolverlo, con la finalidad de obtener rentabilidad.

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