Patrimonio
En el mundo de la economía, el patrimonio se conoce como los bienes, derechos y obligaciones que tienen una persona, un grupo de personas o una sociedad. Puede definirse como los recursos que se tienen y el uso que se les da. A través del patrimonio, una persona o una empresa llevará a cabo los objetivos que tenga fijados.
¿Qué es Patrimonio?
Los elementos que constituyen al patrimonio pueden tener carácter propio o heredado. Nos proporcionan una ligera idea sobre el estado en función de la riqueza o el bienestar de los individuos o el colectivo.
Generalmente, el concepto de patrimonio se suele identificar como la riqueza o hacienda, ya sea de una persona física o una jurídica y con procedencia de sectores tanto públicos como privados, incluyendo a empresas, organizaciones sin ánimo de lucro o países.
Desde el punto de vista contable, el patrimonio se define como la diferencia entre el activo (recursos con los que se obtiene beneficio) y el pasivo (obligaciones y deudas de una persona o una empresa).
A las masas del pasivo, ya sean propias o ajenas, se las conoce como fuentes de financiación. Además, son las encargadas de configurar la estructura financiera patrimonial. De igual forma, a las masas del activo se las conoce con el nombre de aplicaciones y su función es la de configurar la estructura económica patrimonial.
El patrimonio puede estimarse y calcularse económicamente. En contabilidad, el patrimonio neto son los recursos financieros que posee una empresa; y el patrimonio social son el conjunto de bienes, derechos y obligaciones de esa misma empresa:
- Bienes: elementos materiales e inmateriales que posee una empresa (maquinaria, dinero en caja, productos, etc.).
- Derechos: posibilita a una empresa a llevar a cabo una facultad (préstamos concedidos o las deudas de sus clientes).
- Obligaciones: son responsabilidades a las que la empresa debe hacer frente (deudas de la empresa con las entidades financieras, con sus empleados o con la Administración Pública).
Es frecuente que se presenten patrimonios en los sectores financieros o en los empresariales. Por eso, se entiende que el valor del patrimonio da una buena imagen a una sociedad y la capacidad de sus recursos frente a nuevos objetivos.
En el caso de las personas, el patrimonio tiene la función de indicar la calidad de vida. De esta forma, los empleados públicos presentan sus bienes propios tanto antes como después de empezar a trabajar en puestos que requieren responsabilidad.
¿Cómo se gestiona el patrimonio?
El patrimonio de una persona determina su calidad de vida y de una empresa es un elemento fundamental para poder sobrevivir. Como consecuencia de ello, se precisa una realización adecuada de la gestión patrimonial, teniendo conocimiento de nuestra finalidad de patrimonio y nuestras restricciones para ello.
Por un lado, al gestionar el patrimonio, los dos objetivos fundamentales a tener en cuenta siempre son: rentabilidad y riesgo. Por otro lado, encontramos algunas restricciones: tiempo, legalidad, impuestos, liquidez necesaria y la singularidad de cada persona.
Para gestionar el patrimonio correctamente, debe tenerse en cuenta el capital humano, pues es el dinero que obtiene una persona durante toda su vida, y el capital financiero, es decir, el patrimonio que le corresponde a una persona en el momento actual.
Será necesario elaborar una planificación patrimonial para la gestión del patrimonio tratando una serie de puntos: balance del cliente, objetivos y plan financiero.
Balance del cliente
Constituye la primera fase, consiste en conseguir la mayor información posible acerca del cliente con el objetivo de realizar una proyección sobre sus futuros ingresos y gastos.
El gestor patrimonial deberá tener todos los datos personales y datos de los activos del cliente, además de tener conocimiento del dinero que el cliente desea invertir.
Los datos financieros fiscales van a depender del país. En la eurozona se utiliza el IPC esperado.
Objetivos del cliente
La finalidad del cliente se establece en las primeras reuniones que se tienen con el gestor. En algunos casos, el objetivo establecido es tan ambicioso que ni efectuando un plan financiero se puede lograr.
Lo anterior se da con frecuencia en clientes con beneficios muy elevados en períodos de tiempo demasiado cortos (como puede ser un futbolista) y con un nivel de gastos bastante superior al normal.
Plan financiero personalizado
Para lograr los objetivos del cliente, será necesario elaborar un plan que recoloque los activos, ya sea invirtiendo o desinvirtiendo en los distintos activos que posee el cliente.
Por eso, en diversas situaciones se efectúa un plan que enajene los activos inmuebles, pudiendo así hacer las inversiones que sean oportunas, que lo más previsible sea que rentabilice más que en la actualidad.
En resumen, el patrimonio se integra por la totalidad de unos bienes, derechos y obligaciones que son propios de una persona física o jurídica en un determinado momento, y que componen los medios financieros y económicos para alcanzar unos objetivos. La gestión del patrimonio debe efectuarse a través de una planificación patrimonial previa, teniendo en cuenta el balance, los objetivos y el plan financiero del cliente.
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