Merma
Si la cantidad de existencias reales en un almacén no coincide con las existencias teóricas contabilizadas, y esta diferencia es difícil de ser percibida (o no resulta obvio advertirla), estamos ante una situación de merma. Además, las existencias mermadas no pueden ser aprovechadas, en el sentido estricto de la palabra, por haber quedado inservibles.
¿Qué es una merma?
Se entiende como merma a aquella pérdida de valor que experimentan las existencias (stock) de una organización, consistente no su devaluación, sino en la inconsistencia generada por diferencias en las cantidades reales y contabilizadas.
En palabras más sencillas, la merma está constituida por la diferencia entre el inventario contable y el inventario real: si el valor real del inventario de una empresa es, por ejemplo, de 30 000 euros, y contablemente la cifra es de 31 000 euros, diríamos que esta empresa tiene una merma de 1000 euros.
¿Por qué se produce una merma?
Una merma, por ejemplo, puede ser causada a raíz de unas humedades, un incendio o un robo, o también por culpa de errores de manipulación, logística o almacenaje, o incluso en la propia recepción de las mercancías, aceptando entregas de productos defectuosos y, por lo tanto, inservibles para la venta o el proceso de producción.
También es posible que el error resida en la propia contabilidad, en cuyo caso la solución a la merma es la misma: no siempre el error tiene por qué estar en el conteo de las existencias reales, aunque realmente esta sea la causa más plausible.
Otros factores causantes de mermas pueden ser el vencimiento de los productos con fecha de caducidad, inventario facturado y no entregado, o inventario retornado y no contabilizado; por último, también hablaríamos de merma cuando existan discrepancias en el valor de las existencias, aunque el conteo de ambas cifras coincida (por haber aceptado unos precios más altos que los convenidos, sin ir más lejos).
¿Existen distintos tipos de mermas?
Sí, porque el hecho de que las existencias contables no coincidan con las reales puede ocurrir en múltiples ocasiones a lo largo del día a día: sin ir más lejos, a la hora de incorporar existencias a la producción, dado que el producto final todavía no está terminado (se encuentra en proceso de estarlo, por lo que aún no se puede contabilizar). A estas mermas se las conoce como mermas normales.
En cambio, cuando la merma ha sido ocasionada por accidentes, eventos fortuitos o imprevistos, se la conoce como merma anormal: en general, son las mermas producidas fuera del flujo de trabajo habitual (las que describíamos en el apartado anterior).
Rasgos característicos de las mermas
El concepto de merma, realmente, lleva implícita una idea de no restitución de las existencias, ya que no son aptas para la venta: en la merma normal, las existencias siguen su proceso para ser incorporadas al inventario, pero en la merma anormal su único destino es ser desechadas.
También hay que establecer una diferencia entre merma y desperdicio: mientras que las mermas impiden aprovechar el inventario, los desperdicios afectan a existencias que sí pueden incorporar un valor de reventa a un precio más reducido. Un ejemplo para entender esta diferencia son los productos reacondicionados.
Por otro lado, la merma también posee el atributo de ser difícilmente detectable, es decir, que una pérdida muy cuantiosa o significativa ya no se considera una merma sino un deterioro o una pérdida definitiva.
¿Cómo se detectan las mermas?
Establecer el valor contable de las existencias teóricas es un proceso muy sencillo, porque solo se requiere consultar los apuntes de contabilidad de la empresa, que normalmente están dentro de algún tipo de software de gestión.
Conscientes de la importancia de que coincidan las existencias contables y reales, las empresas normalmente acometen revisiones periódicas de su inventario, conocidas como conteos: es un proceso laborioso, que consiste en contar manualmente todas las existencias del almacén.
El siguiente paso lógico es comparar ambos datos: el stock real con el stock contabilizado. Como fruto de esta comparación, la empresa podrá detectar si está sufriendo alguna merma en su inventario.
Estas situaciones pueden ser detectadas, además de en el transcurso de procedimientos rutinarios de control de stock, en procesos de auditoría, ya que en este contexto se verifican multitud de aspectos de la empresa.
¿Cómo se solucionan las mermas?
Si la diferencia entre el inventario teórico y el real ha revelado una situación de merma, la empresa tendrá que realizar un ajuste contable, de cara a hacer coincidir ambas cifras: ya que el valor perdido del stock real no puede ser restituido, la única solución es reajustar las cuentas de la empresa para eliminar la diferencia entre ambos valores.
Las inconsistencias entre el valor teórico de las existencias y su valor real pueden desvirtuar sistemáticamente los registros contables de una empresa: si bien a corto plazo su impacto es moderado, de no solucionarse la merma la empresa podría arrastrarla durante años sin darse cuenta.
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