Lobbie

Un lobbie o grupo de presión es un organismo creado y mantenido por la agrupación de determinadas personas, empresas o instituciones con intereses comunes y con el fin de influir, a su favor, en las decisiones que toma el poder político.

La existencia de los lobbies no es ilegal, lo que sí podría llegar a ser ilegal sería si su actividad consistiera en extorsionar, chantajear o sobornar a funcionarios públicos; se debe esperar de estos organismos que representen los intereses de sus patrocinados de manera correcta y no hagan eso.

Se tiene una imagen muy negativa de los lobbies pero esto no tiene por que ser siempre así, por un lado también existen con fines altruistas (como la defensa del medio ambiente o de intereses culturales) y, por otro lado, que empresas de determinado sector se unan para defender sus intereses no tiene por qué ser, necesariamente, algo negativo si lo que hacen se realiza de manera decente y honorable.

Una clave importante es que los lobbies realicen su actividad de manera pública y transparente: los problemas pueden venir, sobre todo, cuando las reuniones con políticos se hacen en secreto, en lugares inapropiados y sin que los ciudadanos y los medios de comunicación puedan conocer esas reuniones o, dentro de ciertos límites, conocer su contenido.

Existen dos ámbitos donde los lobbies tienen mucha importancia, Washington DC y Bruselas.

Los lobbies en Washington DC

La idea original de estos grupos de presión surgió alrededor del Gobierno Federal de los Estados Unidos y, hoy en día, es el lugar donde la su presencia es más numerosa e importante, realizando su actuación tanto frente a los funcionarios del gobierno como ante las cámaras legislativas.

De hecho la palabra lobby que, en Inglés, significa vestíbulo se aplica a estos grupos de presión porque, durante la Guerra de Secesión, el General Grant estuvo instalado en el vestíbulo (lobby) de un hotel de Washington que estaba permanentemente lleno de personas que defendían intereses de distintos grupos.

Hoy en día, estos grupos de presión trabajan de manera absolutamente pública a través de las agencias de Government Affairs que son despachos a los que recurren empresas y grupos de empresas para que representen sus intereses.

Estas agencias están muy segmentadas y especializadas, trabajando en exclusiva con determinados grupos reducidos de funcionarios, congresistas o senadores.

También existen los PAC (Political Action Committee) que son agrupaciones de personas o empresas que reúnen fondos y los donan para financiar campañas en elecciones federales a favor o en contra de determinados candidatos o en otras iniciativas legislativas; tienen que estar registrados en la Comisión Federal de Elecciones y, claro está, después de financiar una campaña a un político y, ante la perspectiva de que vuelvan a hacerlo en las próximas elecciones, tienen influencia sobre él. Esto se admite en Estados Unidos siempre que se haga de manera pública y transparente.

Los medios económicos y políticos de que disponen allí este tipo de organizaciones en América son impresionantes y su influencia es enorme.

Los Lobbies en Bruselas

Bruselas, como capital administrativa de la Unión Europea, es el segundo lugar del mundo donde la existencia de estos lobbies es más numerosa e importante.

Aunque las legislaciones europeas son mucho más restrictivas en lo que se refiere a la financiación de los partidos políticos y de los políticos en sus gastos electorales y sería impensable, aquí, la existencia de algo parecido a los PAC, de los que hablamos en el punto anterior, si existen oficinas de representación de intereses, sobre todo de grandes empresas y grupos de empresas unidas por sectores industriales, se calcula que en Bruselas hay entre quince mil y treinta mil personas que trabajan directamente para este tipo de grupos de presión.

Una parte importante de esta presencia son los lobbies del sector financiero que están presentes en la misma Bruselas y, también, en la City londinense, agrupando instituciones financieras (sobre todo bancos) para defender sus intereses.

La Comisión Europea ha creado (por el acuerdo institucional de 2014) un ">registro de transparencia donde estas oficinas deben inscribirse y que es público y accesible a todos los ciudadanos. Se exige a este tipo de organizaciones que sigan un código de conducta:

• Deben indicar siempre su nombre, número de registro y para que entidades trabajan o representan.
• Se prohíbe que obtengan información o influyan en decisiones de manera deshonesta o abusiva.
• No pueden utilizar el nombre de la UE ni de sus instituciones para dar a entender que forman parte de su gobierno engañando a particulares o funcionarios.
• Deben facilitar, en el registro, información que sea correcta y actualizada y aceptar su revisión y atenderán los requerimientos de las autoridades de información complementaria.
• No venderán a otros copias de documentos que reciban de la UE.
• Respetarán y no impedirán la aplicación de las normas de buen gobierno de la UE.
• No incitarán a los funcionarios de la UE a que incumplan las normas de comportamiento que deban cumplir.
• Si han sido funcionarios o becarios de la UE anteriormente, respetarán el derecho de confidencialidad.
• Para contratar con una persona del entorno de un diputado europeo deben, previamente, tener la autorización de dicho diputado.
• Respetarán las normas sobre derechos y responsabilidades de antiguos diputados y antiguos miembros de la Comisión.
• Informarán a sus representados de sus obligaciones con la UE.
• Si se les ha dado una tarjeta de acceso al Parlamento Europeo, deberán llevarla visible cuando estén allí, respetarán las normas reglamentarias del Parlamento.

La sola inscripción en el Registro no da derecho a acceso al Parlamento, el entregar estas tarjetas de acceso es competencia exclusiva del propio Parlamento.