Litigio

Un litigio indica la existencia de una disputa legal entre dos partes (personas físicas o jurídicas) surgida de una incompatibilidad de intereses entre ellas: se resuelve mediante procedimientos legales que involucran a abogados y jueces.

Definición de litigio

Para entender qué es un litigio (también llamado conflicto judicial), simplemente imaginemos una situación en la que una persona física o jurídica pretenda condicionar a otra a través de algún acto u omisión.

En este escenario, hay dos factores: la parte que quiere imponer o condicionar, y la parte que reclama sus derechos: se da por hecho y constatado un conflicto de intereses, con el consiguiente perjuicio en potencia para ambas partes.

Es imposible que de esta disputa salga un desenlace satisfactorio, por lo que la única vía de solución es acudir a los órganos de justicia pertinentes, donde un juez aplicará la ley para fallar en favor de una u otra parte, o para aplicar una sentencia lo más justa posible.

Para que pueda procederse de esta manera, ambas partes deben contar con la debida representación jurídica en la persona de unos abogados que expongan las causas de la controversia frente al tribunal, y aporten pruebas que puedan decantar la balanza de la justicia hacia uno u otro sentido.

Concepto de legitimidad

El motivo por el que las partes protagonistas de un litigio deciden emprender este proceso para defender sus intereses, es porque creen firmemente en la legitimidad de sus reclamaciones o, al menos, así pretenden acreditarla.

Se dice que algo es legítimo cuando está amparado por la ley: así, una persona legitimada puede reclamar sus derechos ante la autoridad judicial cuando actúa en calidad de demandante.

Elementos de un litigio

Los puntos litigiosos

Son el objeto constituyente de la disputa entre ambas partes: ha de constatarse que existe un conflicto jurídico sobre uno o varios aspectos en concreto, de tal modo que el procedimiento judicial incidirá exclusivamente sobre el objeto del litigio.

Las partes

Las partes (o litigantes) hacen referencia a los sujetos que presentan posiciones o pretensiones enfrentadas. Por lo general los litigios los conforman dos partes, pero puede darse el caso de que sean varias las partes que entren en conflicto con otra, y a este hecho se le conoce como litisconsorcio.

Las pretensiones contradictorias

Son, en sí mismas, las posturas que defienden las partes para justificar su posición: comprenden el conjunto de motivos que cada parte arguye para reclamar sus derechos.

La autoridad judicial

Comprende al órgano de justicia encargado de llevar el procedimiento litigioso, que es el juez o tribunal que tiene atribuidas las competencias sobre el caso (juzgados de primera instancia, de instrucción, entre otros).

El proceso judicial

Se refiere a los aspectos procesales que determinan la forma en la que el litigio ha de llevarse a cabo: según la naturaleza del litigio, estarán recogidos en uno u otro reglamento legal.

La Litis en derecho

El concepto Litis es un tecnicismo jurídico utilizado para que las partes (litigantes) formalicen su demanda ante los tribunales pertinentes, y consta de tres fases diferenciadas: lo que ocurre antes, durante y después de un litigio.

Traba de Litis

La traba de litis son las diligencias que se dan previamente a que el litigio acabe en los tribunales: se redacta la demanda y se hace llegar a la parte demandada, la cual dispone de un plazo (normalmente corto) para contestar.

Litisconsorcio

Un litisconsorcio acontece una vez que la demanda ha sido presentada, siempre y cuando se acredite un señalamiento de varios litigantes en el proceso: los litisconsorcios no se pueden aplicar en casos de litigantes individuales.

El litisconsorcio procede cuando varias partes litigan entre sí, distinguiéndose entre el litisconsorcio activo (pluralidad de demandantes) y el litisconsorcio pasivo (pluralidad de demandados); si la pluralidad se acredita en ambas partes, estamos ante un litisconsorcio mixto.

Litispendencia

Cuando un litigio no finaliza con una sentencia definitiva, se crea un efecto jurídico denominado litispendencia (litigio pendiente); se utiliza como medida de excepción que pospone la discusión del caso en el futuro.

Además, la litispendencia origina que no se pueda iniciar en otro juzgado distinto otro procedimiento por el mismo conflicto, porque ya está siendo resuelto en otro tribunal.

Si recae sentencia firme sobre el litigio y se dicta su resolución, se da como procedimiento finalizado (cosa juzgada), y tal conflicto no puede volver a ser elevado a juicio nuevamente.

En un hipotético escenario de repetición del mismo litigio con los mismos litigantes como protagonistas, la parte demandada puede apelar por este efecto jurídico: en este caso, el juez tendrá que dictar acto de sobreseimiento, lo que deja sin efectos la demanda e impide la celebración del juicio oral.

Procesalmente, los litigios son el método que la ley prevé para que varias partes enfrentadas resuelvan sus conflictos ante un tribunal, argumentando y justificando como legítimas sus posiciones tanto en la demanda como en la defensa.