ISO 9000
La normalización de la actividad de las empresas, de sus procesos productivos de bienes y servicios, es una necesidad que apareció desde el principio de las empresas modernas, desde la Revolución Industrial.
En la Primera Guerra Mundial se vió e impulsó esta necesidad de normalización para la producción de guerra: era necesario crear unos estándares de producción para evitar que las empresas privadas que producían armamento y bienes de equipo realizaran productos no compatibles entre sí.
Por esto fueron apareciendo en cada país organismos nacionales de estandarización y normalización. Con el tiempo surgió la necesidad de que todos esos organismos se coordinaran entre sí.
En 1926 se creó la «Federación Internacional de Asociaciones de Estandarización Nacionales», pero su funcionamiento se suspendió en 1942 debido a la Segunda Guerra Mundial.
La organización ISO
En 1946 se reunieron en Londres delegados de 25 países y se acordó la creación de la International Organization for Standardization (Organización Internacional de Normalización, ISO) para “facilitar la coordinación internacional y la unificación de estándares industriales”, el comienzo oficial de la actividad tuvo lugar el 23 de febrero de 1947.
ISO es una organización no gubernamental, en la que hoy día participan, como miembros, 164 organismos nacionales de normalización; su sede está radicada en Ginebra (Suiza).
Su actividad, que realiza a través de sus miembros, consiste en la reunión de expertos para compartir conocimientos con el objeto de crear estándares internacionales de calidad, que sean relevantes para el mercado, basados en el consenso y voluntarios.
Consecuencia de esta actividad ISO pública estos estándares donde aparecen los requisitos, especificaciones, pautas y características a aplicar para garantizar la calidad de los productos y servicios, sus procesos y materiales.
A día de hoy han publicado 22.503 normas internacionales y demás documentación anexa en los más diversos ámbitos de la producción empresarial: la tecnología, agricultura, medicina, seguridad alimentaria, etc.
Los estándares de calidad
Los estándares de calidad son un respaldo a la aplicación de la tecnología y aseguran la calidad esperable. Por ello aportan beneficios que son reales y medibles en casi todos los sectores productivos que podamos imaginar.
Facilitan el comercio internacional al fijar especificaciones de calidad a nivel mundial de los productos, servicios y sistemas a que se aplican, garantizando no solo su calidad, sino también su seguridad y eficiencia.
El proceso para fijar cada estándar de calidad dura unos tres años: ISO dice de sí misma que es como un director de orquesta, son los expertos que concurren (los músicos) los que realizan el trabajo y análisis y la Organización lo único que hace es coordinarlos.
Para cada proyecto de norma, se crea y reúne un comité técnico de expertos en el área concreta (existen más de 250 comités constituidos) y elaboran un borrador con la norma que entienden que satisface las necesidades específicas del mercado.
Este borrador se comparte entre los miembros de ISO y se seguirá discutiendo y haciendo comentarios y aportaciones.
Terminado este proceso de información, se vota el borrador.
Si, en la votación, no se llega a un acuerdo se seguirá debatiendo y modificando el borrador y se producirán otra u otras votaciones.
Estructura de ISO
Como hemos dicho ya, tiene su sede en Ginebra.
Está gestionado y gobernado por un consejo que lo forman 20 de sus miembros, de manera rotativa, que tiene asimismo la responsabilidad de elaborar sus presupuestos anuales.
Como también hemos dicho, hay más de 250 comités constituidos para las diferentes áreas.
Se han creado, además, comités conjuntos con la Comisión Electrotécnica Internacional (IEC) para los estándares de calidad en materia de tecnología eléctrica y electrónica.
Normas ISO
Las normas ISO 9000 se elaboran enfocadas a los clientes, con la participación de todo el personal de las empresas, se basan en los procesos productivos para una mejora continua de sus resultados (productos y servicios).
Se enfocan a partir de los sistemas de gestión y en la información existente, para la toma de decisiones.
Suponen una relación normalizada con los proveedores que es beneficiosa para todos.
Certificación
La supervisión del cumplimiento de la norma ISO se realiza por una entidad de certificación, que es una entidad privada que tiene este cometido, debe ser totalmente independiente de la empresa que pide la certificación y no haber realizado trabajos para ella anteriormente.
Para certificar realizará una auditoría en los distintos campos a certificar: calidad, gestión ambiental, etc.
Las entidades de certificación son autorizadas y supervisadas por los respectivos comités nacionales de calidad.
La empresa a certificar suele contratar a una consultora externa para preparar esta evaluación.
Una vez superada la primera evaluación, para mantener la certificación la empresa debe someterse a controles anuales.
Si el auditor encuentra incumplimientos de la norma dará un plazo a la empresa para que los subsane sin perder la certificación que ya tenía o sin rechazar la certificación solicitada si todavía no la tiene.
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