Inmueble
Consideramos bienes inmuebles a todos aquellos que no pueden ser transportados desde su localización actual hasta otra distinta, sin tener que ser destruidos o notablemente deteriorados en el proceso. Tienen una posición fija, y también se les conoce como bienes raíces porque no pueden moverse de su lugar de origen.
Impuestos aplicados a bienes inmuebles
El principal impuesto que se aplica sobre los inmuebles en nuestro país es el Impuesto sobre Bienes Inmuebles o IBI, una cantidad que tendrán que pagar todos aquellos que hayan adquirido un bien inmueble, la cual se calcula en función del valor del bien, permitiendo al comprador adquirir los derechos de la titularidad del mismo. El IBI se gestiona con la información del padrón catastral y los documentos de la propiedad.
Además, también existen otros impuestos que se pueden aplicar a los bienes inmuebles, como el Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana (aumenta a medida que suba el valor de la tierra), el Impuesto sobre el Patrimonio (el bien inmueble afecta al patrimonio de su dueño) o el Impuesto sobre la Renta.
Tipos de bienes inmuebles
Podemos realizar una amplia clasificación de los bienes inmuebles, ya sea por su localización o por otros factores que veremos a continuación.
Por localización
En función de su localización y, a veces, por su función, identificamos dos tipos de bienes inmuebles:
- Urbanos. Se encuentran en zonas de ciudad y rodeados por casas, naves, locales comerciales, edificios públicos… Básicamente son todos los bienes inmuebles localizados en zonas metropolitanas, y aquí podríamos englobar a la gran mayoría de ellos.
- Rústicos. Son construcciones situadas en terrenos rústicos, y su finalidad consiste en permitir o ayudar al desarrollo de actividades del campo y del sector primario (agricultura, ganadería, actividades forestales, entre otros). También podemos considerar los embarcaderos y las minas como bienes inmuebles rústicos.
Por destino
Son todos los bienes que el propietario del bien inmueble ha colocado en este último para su uso o explotación, es decir, son bienes muebles que se han puesto en un inmueble posteriormente a su construcción. El artículo 334 del Código Civil español señala los siguientes bienes como inmuebles por destino:
- Tierras y suplementos de cultivo.
- Objetos colocados en el propio bien inmueble, independientemente de que su finalidad sea su uso o la decoración (armarios empotrados, puertas, cuadros, estatuas, etc.).
- Bienes destinados al manejo de agua, como fuentes de agua, diques, construcciones instaladas en un río…
- Maquinaria e instrumentos destinados a la explotación.
- Criaderos de especies vivas, siempre y cuando sean instalados con el fin de que se establezcan permanentemente en el bien inmueble.
Por naturaleza
Son todos los bienes inherentes al suelo, es una derivación de los bienes raíces, y el Código Civil español los denomina tierras. Aquí encontramos algunos bienes como canteras y minas (siempre que los minerales estén unidos al yacimiento) o aguas vivas y estancadas.
Por analogía
Aquí encontramos las concesiones administrativas, ya sean servidumbres o de obras públicas. Por ejemplo, se considera como un bien inmueble una concesión administrativa para utilizar el suelo de un cementerio municipal, o bien el derecho a instalar carteles en una terraza, el derecho de luces o las de vistas sobre un fondo ajeno.
Por incorporación
El último tipo de bien inmueble es el denominado por incorporación, es decir, son patrimonios que se incorporan directamente a un bien inmueble ya establecido:
- Cualquier bien unido a un inmueble de manera permanente, y que no tenga la posibilidad de separarse del mismo sin causar alguna variación o deterioro en la estructura del primero. Aquí entran bastantes bienes, como pueden ser tuberías, bañeras o lavabos.
- Construcciones adheridas al propio suelo: puentes, edificios, caminos, entre otros.
- Árboles, plantas o frutos que hayan crecido dentro del propio bien inmueble, como pueden ser los limones que crecen en una limonera que se encuentra en el patio de una casa.
Inversión en los bienes inmuebles
Los bienes inmuebles o bienes raíces presentan una gran oportunidad de inversión, la cual consiste en la compra de terrenos, locales comerciales o viviendas para su posterior arrendamiento o venta. En el primer caso, es una inversión a largo plazo en la que el propietario empezaría a generar ingresos mensuales de manera inmediata, mientras que en la venta se pretende revalorizar el bien inmueble para venderlo por una cantidad mayor, generalmente realizando una reforma en el mismo.
En los terrenos, es habitual que se compren para explotarlos profesionalmente, para venderlo en otra época donde se revalorizan, o bien construir sobre ellos y alquilar o vender el terreno en el futuro. Actualmente, la inversión en bienes raíces es una de las maneras más utilizadas para generar rentabilidad, gracias a las diversas opciones que tiene el propietario para gestionar el futuro de su propiedad.
Vistos los tipos de bienes inmuebles que existen, ahora sabemos que, dependiendo de la situación y las circunstancias, muchos bienes muebles pueden pasar a ser inmuebles a efectos legales, algo bastante importante a considerar por todo propietario.
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