Inmovilizado
Se llama inmovilizado o capital inmovilizado al conjunto de activos no movibles que forman parte del patrimonio común de la empresa, el cual permite desarrollar la actividad de la misma de manera efectiva. La definición presenta algunos problemas, pero suele incluir a todos aquellos activos fijos o no consumibles durante la ejecución de operaciones comunes.
Definición y alcance del término
El término hace referencia a aquel activo o conjunto de activos cuyo valor, ya sea producido o adquirido por la empresa, se encuentra disponible para su uso, pero no para realizar sobre él una operación de compraventa significativa. Dependiendo de la envergadura de la empresa y el tipo de actividad que desarrolle, un producto puede ser considerado un activo inmovilizado o no; por ejemplo, un vehículo de carga puede ser un bien inmovilizado o un producto de venta en el caso de una empresa que los fabrique.
Generalmente, el concepto hace referencia a todos aquellos elementos, sin importar su tamaño o coste, que son utilizados como bienes de uso. Esta clasificación engloba desde el mobiliario, los vehículos y la maquinaria disponible hasta las instalaciones y terrenos involucrados en la actividad. Lo mismo ocurre con los gastos amortizables, los créditos a largo plazo y elementos inmateriales como patentes, licencias, derechos de autor y otros bienes.
El activo inmovilizado tiene la capacidad de agregar valor a los productos manufacturados, permitir que se desarrolle la actividad de la empresa y producir, en algunos casos, algún tipo de renta. Suele tratarse de activos estructurales que no tienen como objetivo ser vendidos.
Las características fundamentales del activo inmovilizado son las siguientes:
- Por un lado, no se liquida de forma inmediata, su permanencia es de largo plazo y suele ser útil para el desarrollo corriente de la actividad.
- Por otro lado, su finalidad dentro de la empresa no es la reventa del bien. Esto es lo que ocurre cuando se compra un tractor o un terreno: el objetivo de la compra no es la liquidación inmediata del bien en una segunda operación comercial.
- Finalmente, los activos y bienes inmovilizados que hacen al patrimonio de la empresa pueden ser traducidos en términos de valor monetario. Por lo tanto, son capital que debe ser debidamente declarado según el régimen tributario
Clasificación del capital inmovilizado
Los activos inmovilizados pueden ser de dos tipos característicos, en función de su naturaleza física: material (tangible) o inmaterial (intangible).
Inmovilizado material
En este caso el inmovilizado responde a los bienes físicos involucrados en las operaciones y necesario para desarrollar la actividad de la empresa durante largos periodos de tiempo —al menos un durante un balance contable completo—. Si bien pueden ser vendidos, su función principal no es esa, sino permitir las operaciones normales del negocio.
Como se mencionó más arriba, la clasificación del activo como inmovilizado se realizará en función de su propósito, siempre y cuando esta no sea la venta o alquiler del mismo. Se pueden mencionar, entre otros:
- Maquinaria
- Terreno
- Mobiliario
- Vehículos y elementos de transporte
- Instalaciones y equipos mecánicos e informáticos
Inmovilizado inmaterial
En este caso, el inmovilizado incluye a aquellos bienes y activos que no tienen forma física pero que representan un valor de uso intangible para la empresa: por ejemplo, las licencias, patentes o incluso los servidores de alojamiento de datos.
Estos activos intangibles responden a las mismas características fundamentales que los materiales, en tanto se mantienen en posesión de la empresa durante largos periodos de tiempo y no cumplen una función comercial de contraprestación económica. Entre los bienes más comunes, se pueden mencionar:
- La inversión en investigación y desarrollo
- Propiedad intelectual y patentes
- concesiones y licencias de uso
- Fondos de comercio
- Derechos de renta y bienes arrendamiento financiero
- Aplicaciones, programas y software
Amortización y deterioro de valor del inmovilizado
Una de las características fundamentales del inmovilizado es la caída de su valor con el paso del tiempo. Esto es así tanto para los bienes materiales como los no materiales. Dicho deterioro en el valor del bien se puede reflejar en las siguientes figuras contables:
Por un lado, la amortización refleja la pérdida de valor por la utilización común del bien en función del tiempo transcurrido desde su adquisición y el tipo de actividad al que sea sometido. Esta caída de valor implica, sin embargo, un usufructo de su utilización.
Por otro lado, la depreciación no cumple con este criterio e implica un desgaste sin beneficio para la actividad. Se trata de un tipo de disminución asociado con el mal uso o la obsolescencia anticipada del bien en cuestión.
Por último, el deterioro de valor implica la pérdida de valor con base en una utilización no habitual del bien en cuestión. La gran diferencia con las dos figuras anteriores es, sin embargo, la capacidad del deterioro de ser revertido por una intervención o restauración futura.
El concepto de inmovilizado hace referencia a un tipo de valor que se congela en un bien determinado a largo plazo y cuyo objetivo no es la venta ni el intercambio. Se trata de un tipo de activo que suele utilizarse como existencia disponible para el común desarrollo de las actividades de una determinada empresa.
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