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Informe

por Software DELSOL

Todos, en algún momento de nuestra vida personal o profesional, hemos redactado o consultado un informe para obtener o trasladar información relevante sobre determinadas cuestiones. Pese a que puede parecer un concepto bastante obvio, es importante conocer la definición, la estructura y los tipos de informe.

Qué es un informe

Denominamos informe a todo aquel documento cuyo objetivo consiste en transmitir información sobre uno o varios temas, la cual ha sido tratada y analizada previamente en función de ciertos criterios. El autor de un informe es la persona encargada de recopilar y estudiar los datos, con el fin de verificarlos y garantizar una información fiable para el lector.

Los informes tienen un carácter informativo, y su tipología es bastante amplia, puesto que no existe ningún tipo de normativa globalizada que reglamente su estructura. Cada individuo puede redactar un informe en función de sus necesidades y conocimientos, adaptando y transmitiendo la información con total libertad.

Un buen informe se caracteriza por haberse desarrollado con una planificación previa, donde se tenga en cuenta el tipo de lector al que se va a dirigir, el contenido a incluir y las fuentes de información a utilizar. La redacción y la presentación del contenido son puntos clave para que el documento sea profesional y eficaz.

Por otro lado, los gráficos y las imágenes pueden servir de gran ayuda para complementar y dinamizar el contenido. Además, la revisión de la bibliografía y de la propia redacción del documento son elementos diferenciales para garantizar que la información a transmitir sea veraz, fiable y útil para el lector.

Estructura de un informe

Como hemos visto anteriormente, no existe ningún tipo de norma que regule algún tipo de estructura obligatoria que deban seguir los informes a la hora de desarrollarse. Sin embargo, podemos identificar tres fases imprescindibles en cada uno de ellos, así como otros apartados que pueden ser de gran ayuda en ciertos casos. Veamos las tres etapas que todo informe debería tener:

  1. Introducción. El apartado introductorio se utiliza para comunicar, de una forma generalizada, el tema que se va a tratar en el informe, así como los métodos utilizados para recopilar los datos y las principales conclusiones obtenidas con la investigación. Además, también debemos dejar claros los principales objetivos del informe.
  2. Cuerpo o desarrollo del informe. Engloba todos los subapartados en los que se transmiten los datos recopilados y la información obtenida gracias al proceso de investigación. Es, sin duda alguna, la parte más larga y voluminosa de todo informe.
  3. Conclusión. Es un apartado donde se concentran las principales conclusiones obtenidas tras todo el desarrollo. Aquí se dejan claros los resultados del proceso, comunicando si se han cumplido con los objetivos planteados desde el inicio.

Como complemento a estas tres fases, podemos incorporar otras que harán del informe un documento mucho más completo:

  • Metodología. Si se trata de un informe donde la recopilación de datos ha jugado un papel importante, un apartado de metodología es perfecto para que el lector pueda comprender las fuentes de estos datos, así como los métodos utilizados para obtenerlos.
  • Bibliografía. Es necesario en trabajos de investigación donde se obtengan datos y conclusiones de otros estudios. Sin embargo, existen ocasiones donde puede evitarse incluir la bibliografía (por ejemplo, si los datos trabajados en el informe se sacan, exclusivamente, de una base de datos interna de la empresa).
  • Resultados. En los informes donde se hayan realizado experimentos o puesto en marcha proyectos, podemos incorporar un apartado previo a las conclusiones donde se comenten los resultados obtenidos, con el fin de mostrar el rendimiento del proyecto en la práctica.

Tipos de informes

Realmente, cada individuo puede enmarcar sus informes dentro de la tipología que desee, puesto que estos documentos pueden tener diversos orígenes u objetivos. Sin embargo, podemos utilizar tres clasificaciones bastante generales para identificar los tipos de informe.

En función del contenido

  • Técnico. Cubre las necesidades específicas de una empresa, grupo de empresas o sector de actividad determinado.
  • Científico. Recoge toda la información rigurosa obtenida tras una investigación de carácter científico.
  • Divulgativo. Está redactado para que el público global pueda acceder a la información.

En función de la redacción

  • Persuasivo. Su redacción está destinada a convencer al lector a realizar una acción o tomar una decisión determinada.
  • Analítico. Basa su contenido en el análisis objetivo de la información.
  • Expositivo. Muestra determinada información y la expone al público.

En función de la longitud del contenido

  • Largo. Se puede considerar un informe largo a todo aquel que supere las 10 páginas de extensión.
  • Ejecutivo. Suelen ser informes de menos de 10 páginas, destinados a mostrar únicamente la información relevante sobre algún tema.

El informe es, sin duda alguna, uno de los tipos de documento más utilizados en el día a día, dentro de la sociedad actual. Por ello, es importante conocer su tipología y su estructura, con el fin de que interpretarlos y desarrollarlos se convierta en una tarea mucho más sencilla.

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