Gestión de activos

Si hablamos de gestión de activos, debemos saber que es un concepto que abarca dos disciplinas, por lo que su definición difiere en función de cada una de ellas. En primer lugar está la gestión de activos más conocida internacionalmente: la gestión de activos financieros o “Asset Management”, relacionada con los mercados financieros y la banca. Además, en los últimos años, también se ha visto este concepto en el mundo empresarial, donde la gestión de activos se ha convertido en una disciplina fundamental para el éxito y la actividad de las grandes compañías.

Gestión de activos financieros

El Asset Management es una disciplina que busca obtener la mayor rentabilidad posible en inversiones de activos financieros. Pese a que cada persona es libre de llevarla a cabo por cuenta propia, lo más habitual es que se realice a través de entidades bancarias o compañías especializadas, es decir, profesionales que se dedican a ello y tienen un conocimiento de los mercados mucho más amplio y profundo.

Realizar una gestión de activos no consiste exclusivamente en estudiar qué activos comprar y cuáles vender, sino que es un procedimiento que va mucho más allá. Para hacerla de forma eficiente también es necesaria una valoración del riesgo dispuesto a asumir y la rentabilidad mínima que nos proponemos obtener, además de marcar unos parámetros en relación con el capital que queremos mantener y el que deseamos retirar en cada momento.

¿Quién se encarga de gestionar los activos financieros?

Gestionar el patrimonio por cuenta propia es una tarea muy complicada. Probablemente, si la persona que lo hace no es experta en esta materia y no tiene ningún tipo de experiencia, no conseguirá generar ningún tipo de rentabilidad. Si hablamos de gestión del patrimonio personal, la gran mayoría de personas tienden a hacerlo a través de la banca privada, la cual se encargará de realizar una planificación patrimonial completa en función de los objetivos y las condiciones del cliente.

En cambio, si nos enfocamos en la gestión de activos en bolsa, las ESI o Empresas de Servicios de Inversión son las entidades encargadas de ofrecer servicios de inversión a terceros, junto a las Sociedades Gestoras de Instituciones de Inversión Colectivas. Estas entidades, que deben estar autorizadas por el Banco de España para prestar sus servicios, son la gran competencia de las entidades de crédito a la hora de gestionar carteras de inversión de los ciudadanos, ya que se trata de un negocio totalmente especializado en esta materia. Existen cuatro tipos de ESI:

1. Sociedades de valores (SV).
2. Agencias de valores (AV).
3. Empresas de Asesoramiento Financiero (EAFI).
4. Sociedades Gestoras de Carteras (SGC).

Gestión de activos empresariales

Dentro del ámbito empresarial, la gestión de activos trata de maximizar el valor de los activos de una compañía (maquinaria, equipos, instalaciones, entre otros), con el fin de reducir en costes, evitar inconvenientes, mejorar su rendimiento en la actividad empresarial y mejorar el retorno de la inversión en los mismos. Se trata de una práctica cada vez más extendida, y es utilizada, sobre todo, por las grandes empresas que cuentan con un elevado número de activos.

Este tipo de grandes compañías han pasado de un modelo en el que se limitaban a reparar o solucionar las averías cuando ocurriesen, a otro completamente diferente en el que se tiene en cuenta todo el ciclo de vida de los activos, añadiendo nuevas prácticas y preocupándose por su mantenimiento constante. Además, dado el rendimiento que están dando las Tecnologías de la Información (TI) en las empresas, también se tiende a realizar la gestión de activos en hardware y software, con el fin de gestionar de manera eficaz y eficiente su desarrollo y mantenimiento a lo largo del tiempo.

Al fin y al cabo, las empresas gestionan sus activos con la finalidad de mejorar los procesos y ser más competitivas. Sacar el máximo provecho de sus activos y mantenerlos operativos en todo momento es clave para mantenerse en el mercado, ya que, de no hacerlo, podrían incurrir en graves costes de reparación, pérdidas de producción o problemas a la hora de mantener el stock.

Objetivos y propósitos de la gestión de activos

La gestión de activos es un proceso complejo pero necesario en muchos casos, en el que podemos distinguir los siguientes objetivos y propósitos como los principales:

• Valorar los activos en función de su potencial rentabilidad.
• Identificar, evaluar y actuar en consecuencia del riesgo que implica mantener, utilizar y/u operar con esos activos.
• Establecer un plan de actuación financiero en el medio-largo plazo, consiguiendo información valiosa sobre las opciones de financiación, gastos a realizar y posibles rendimientos a obtener.
• Tener en cuenta el ciclo de vida de los activos a la hora de desarrollar los planes estratégicos y/o financieros.

La gestión de activos, ya sea financiera o empresarial, se ha convertido en una herramienta clave para administrar inversiones y valores en propiedad, dada la competitividad en el mercado y la gran labor que realizan los profesionales especializados en este ámbito.