Gasto público
El PIB (Producto Interior Bruto) conforma el valor de los bienes y servicios finales producidos dentro de un territorio en un período, generalmente un año. Los componentes del PIB en una economía cerrada y con sector público, son: consumo, inversión y gasto público.
Los tres componentes nombrados son de suma importancia para la economía de un país, pero en este caso nos vamos a centrar en el gasto público.
¿Qué es el gasto público?
Son los bienes y servicios comprados por el Estado en todas sus instancias.
La contabilidad nacional considera que el Estado compra los servicios suministrados por los empleados públicos para, más tarde, prestarlos al público de manera gratuita.
El gasto público, junto con los impuestos, describe la política fiscal, es decir, la elección de los impuestos y del gasto por parte del gobierno. El gasto se considera una variable exógena, lo cual se debe a dos razones:
- Los gobiernos no se comportan igual que los consumidores o las empresas, por lo que no se puede formar una regla segura para el gasto.
- La variable del gasto público la elige el gobierno.
En este concepto no se incluyen las transferencias del Estado ni los intereses pagados por la deuda pública.
El gasto público como instrumento de la política fiscal
La producción de equilibrio satisface la demanda y la producción de pleno empleo corresponde a la economía que tiene todos sus recursos en uso. Se puede estar en una situación de equilibrio sin estar necesariamente en pleno empleo.
Bien, una vez explicado lo anterior, veremos de qué manera se puede usar el gasto público para cumplir los objetivos macroeconómicos:
En primer lugar, si la producción de equilibrio se encuentra por debajo a la de pleno empleo, quiere decir que no le estamos dando uso a algunos recursos, por lo que el gobierno podría poner en marcha una política económica expansiva, es decir, un aumento del gasto público, provocando una subida de la demanda, que, a su vez, conllevaría un nuevo equilibrio para una producción y un empleo superiores a los del inicio.
En segundo lugar, si se da al contrario, la producción de equilibrio se encuentra por encima a la de pleno empleo, estamos ante una situación donde la demanda exige a la oferta más de lo que puede dar. En estos casos, lo mejor sería llevar a cabo una política económica contractiva para reducir el gasto público, haciendo disminuir la demanda, dándose el nuevo equilibrio para una producción y un empleo por debajo de los del principio.
Presupuesto del sector público
Dicho presupuesto debe cerrarse para cada ejercicio, y puede darse de tres formas: equilibrado, con superávit o con déficit.
El equilibrio presupuestario se da cuando la cuantía de los impuestos es igual a la del gasto público. Para ello, el Estado deberá ingresar la misma cantidad que gasta o viceversa. Es deseable guardar cierto equilibrio, ya que un desajuste continuado puede conllevar a un mal futuro económico.
El superávit presupuestario es posible cuando los impuestos superan al gasto público. Ello implica que el ahorro público, es decir, el ahorro de los consumidores es positivo.
El déficit presupuestario se produce cuando el gasto público supera a los impuestos. Lo cual implica que el ahorro público es negativo, pudiendo llegar a provocar una gran deuda pública.
Por lo tanto, es preferible mantenerse en equilibrio, velando así por la correcta relación entre ingresos y gasto público. El uso que le demos a la política fiscal va a repercutir los presupuestos del sector público.
Gasto público en una economía abierta
Una economía abierta incluye las relaciones comerciales internacionales, o lo que es lo mismo, las exportaciones e importaciones de un país.
¿Cómo afecta un aumento del gasto público en la política fiscal de una economía abierta?
Un aumento hará incrementar la producción de equilibrio. De mismo modo, al elevarse la renta, nuestro consumo e inversión se verán aumentados.
Las exportaciones netas se verán reducidas debido al aumento del gasto público que provoca que las importaciones crezcan en mayor proporción que las exportaciones, por lo que estaríamos ante un déficit comercial.
Ejemplo: ¿cómo afectó la crisis del 2008 al gasto público?
En ese mismo año, el gasto público representó, en promedio, un 20,9 % del PIB de la UE 15, excepto en Alemania, donde el gasto público fue relativamente más bajo. Aun así, la mayoría de los países europeos estaban cerca de la media. Es destacable la alta proporción de gasto público en los países del norte de Europa, como pueden ser Finlandia, Bélgica, Países Bajos, Suecia y Dinamarca.
Finalmente, debemos tener en cuenta que el gasto público es una herramienta que el Estado usa para distribuir ayuda a sus ciudadanos, aunque no debemos abusar de él, ya que tendría unas consecuencias muy negativas a medio y largo plazo para la fiscalidad del país.
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