Externalidades
Podemos definir las externalidades como aquellos efectos secundarios que causa la actividad de una persona o empresa, la cual no se hace cargo de todas las consecuencias que tiene esta actividad en la sociedad o el entorno.
Generalmente, las externalidades se clasifican en dos tipos, positivas y negativas, los cuales desarrollaremos a continuación. Para entenderlo mejor: un claro ejemplo de externalidad positiva es la contaminación que genera una industria hacia el medio ambiente al producir un coche. Esta empresa se hace cargo de la compra de los materiales, la transformación de los mismos al vehículo y de su venta, pero puede que en el proceso productivo haya utilizado maquinaria muy contaminante que producen severas consecuencias al entorno, considerándose estas una externalidad negativa de la actividad.
Externalidades positivas
Las externalidades positivas son todos aquellos efectos positivos que las actividades de los miembros de la sociedad generen, sin estar implícitos en los costes o beneficios de estas actividades. La definición de externalidad positiva no se limita a ningún campo o ciencia en concreto, recoge todos aquellos pequeños y grandes efectos positivos que las acciones de cualquier persona o empresa pueda tener en nuestra sociedad.
Hablamos de consecuencias positivas que no están incluidas en el coste de producción ni en los precios de compra, pero que pueden tener un resultado muy beneficioso para la sociedad en su conjunto. Un buen ejemplo lo podemos encontrar en la inversión que realizan hospitales y laboratorios para encontrar la cura de ciertas enfermedades. De primeras, es posible llegar a pensar que esta apuesta por la investigación y desarrollo puede llegar a causar muchas pérdidas si los investigadores no logran dar con la cura de manera rápida. La realidad nos dice lo contrario, este tipo de actividad es altamente necesaria para el bienestar y la salud de la población, ya que tarde o temprano se encontrará un medicamento que logre paliar los efectos de la enfermedad en cuestión. Esta medicina, que se ha tardado un tiempo en obtener, sumado a una gran inversión económica, va a generar una externalidad muy positiva a la sociedad al salvar miles de vidas, pero esta no se refleja en el coste de haber realizado una investigación tan larga y cara.
De igual manera, hay más actividades que generan una externalidad positiva a la sociedad y que, a su vez, son esenciales para su correcto funcionamiento:
- Inversión en el mantenimiento de los bienes públicos (carreteras, edificios, parques, complejos deportivos, hospitales).
- Educación (mantenimiento de los colegios, profesores cualificados, planes de estudio adecuados).
- Investigación médica (vacunas, medicamentos, tratamientos innovadores).
Externalidades negativas
Al contrario que las positivas, las externalidades negativas son aquellas consecuencias de realizar cualquier actividad que causen daño a la sociedad, sin estar implícitas en los costes de la misma. Pese a que estamos tratando los conceptos en el campo económico, estos se pueden extrapolar a cualquier ámbito de la vida cotidiana.
El principal ejemplo de externalidad negativa lo encontramos en la contaminación que generan las grandes empresas al medio ambiente, sobre todo las industrias. Imaginemos el caso de una gran empresa minera especializada en extraer y trabajar con el carbón. A la hora de medir el coste de realizar su actividad, no tendrán en cuenta la elevada contaminación que esta va a provocar al medio ambiente. Esto se considera una externalidad negativa, fruto del proceso productivo de la compañía, la cual no se ve reflejada en el precio de venta ni en el coste de producción del carbón.
Si nos paramos a pensar, casi todas las acciones pueden llegar a generar una externalidad negativa para la sociedad. Por ejemplo, el consumo de tabaco provoca efectos secundarios perjudiciales para la salud del usuario, pero puede generar externalidades negativas como la depreciación de las infraestructuras (si una persona fuma dentro de una habitación, las paredes se pueden decolorar y estropear por el humo) e, incluso, consecuencias negativas para la salud de alguien (personas asmáticas que respiren el humo del cigarrillo).
¿Cómo se controlan las externalidades negativas y se potencian las positivas?
Los Gobiernos disponen de medidas para controlar y reducir la generación de externalidades negativas, como pueden ser las siguientes:
- Impuestos para las empresas más contaminantes, fomentando el uso de energías renovables y procesos productivos sostenibles.
- Regulación de ciertas actividades (fumar, circulación en grandes ciudades, por ejemplo).
- Programas de educación y concienciación social.
Por otro lado, también existen mecanismos que potencien y aumenten la cantidad de externalidades positivas generadas por empresas y personas:
- Subvenciones a centros educativos (guarderías, colegios, entre otros).
- Financiación a investigación y desarrollo, sobre todo en ámbitos científicos y médicos.
Las externalidades, tanto positivas como negativas, no solo están presentes en el campo económico de la sociedad. Cualquier tipo de acción, como fumar un cigarrillo o tirar un plástico en la acera, puede tener consecuencias a corto/largo plazo en la sociedad, las cuales pueden ser negativas o positivas, dependiendo de la acción.
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