Existencias
Las existencias hacen referencia a los bienes que una empresa tiene a su disposición para la incorporación de la misma al proceso productivo o al proceso de venta. No obstante, también se puede entender por existencias el stock de un determinado producto de una empresa.
En cualquier caso, el concepto de existencias está integrado dentro del activo corriente o circulante, el cual adquiere este nombre porque se renueva constantemente, de una entidad. A diferencia del activo inmovilizado, el activo corriente o circulante está concebido para ser vendido en menos de un año y no forman parte de los activos que intervienen en el desarrollo estructural de la compañía. Así, cualquier compañía está obligada a tener una serie de productos para poder prestar sus servicios y llevar a cabo la producción, de manera que las empresas han de tener elementos referentes al inmovilizado técnico y a las existencias. Mientras que las existencias se venden continuamente y, por ende, se renuevan de forma constante, el inmovilizado técnico va a permanecer durante un período de tiempo mucho más prolongado dentro del proceso de producción.
¿Qué tipos de existencias podemos encontrar?
Dentro de las existencias nos vamos a encontrar con diferentes tipos de ellas. Son las siguientes:
- Materias primas: son mercancías que requieren transformación y que serán utilizadas en el proceso de producción.
- Productos acabados: son los productos y bienes creados por la compañía y que se venderán al cliente final. No obstante, también puede suceder que la propia empresa use estos bienes acabados.
- Productos semielaborados: estos productos son bienes fabricados por la propia empresa y que, para llegar al cliente final, necesitan de otro paso en el proceso de elaboración.
- Existencias comerciales: hacen referencia a los materiales adquiridos por la empresa y que están orientados a la venta posterior sin ningún tipo de manipulación por parte de la compañía.
¿Cómo controlar las existencias?
Con el objetivo de controlar las existencias de una empresa se lleva a cabo la gestión de inventarios, de manera que el empresario coordina y mejora, en la medida de lo posible, la administración de las existencias. No obstante, existen distintos modos de descubrir el coste final de las existencias en inventario. Hay multitud de métodos para calcular este extremo, siendo las más comunes las siguientes:
- FIFO (de sus siglas en inglés First in First Out): con este método se valoran las existencias de inventarios de acuerdo con el precio de coste a la salida de la primera existencia, es decir, respecto del precio más antiguo.
- LIFO (de sus siglas en inglés Last in First Out): con este método se valoran las existencias de inventarios de acuerdo con el precio de coste más reciente, el de la última existencia que formó parte del inventario.
- PMP (de sus siglas Precio Medio Ponderado): con este método se calcula el precio medio de los distintos precios de entrada.
Desde luego, la gestión de inventarios y el control del precio de coste de las existencias es ciertamente relevante a la hora de obtener los resultados de la compañía.
Plazo de almacenamiento de las existencias
El plazo de almacenamiento de las existencias variará en función del sector económico en que nos encontremos. No obstante, se estima que el tiempo de almacenamiento es de entre uno y cinco meses, ya que un plazo de almacenamiento de existencias superior podría provocar la obsolescencia de la mercancía y su posterior pérdida de valor.
Es por ello por lo que las empresas que se dedican a la fabricación, producción, y compras de productos para su comercialización posterior, no acumulan estos productos, sino que los venden con toda la prontitud que pueden. Esto no sólo es debido a que los productos pierden valor para su comercialización si pasan mucho tiempo almacenadas, sino que también supone un coste para las empresas el almacenamiento de los productos, sobre todo si la compañía no dispone del espacio necesario para ello.
No obstante, en muchos casos, la retención de las existencias durante largos periodos de tiempo ante una posible o probable subida de su valor en el mercado. Así, la compañía espera a que el precio del producto suba en el mercado para venderlo. En cualquier caso, es recomendable conocer toda la información que nos dan los inventarios para controlar el almacenamiento de las existencias de la empresa.
Criterios de valoración de las existencias
Como norma general, las existencias se valoran por el precio de adquisición si no se han sometido a ninguna transformación, y por el coste de producción, cuando son introducidas en el proceso productivo. No obstante, hay un tercer criterio, el valor de mercado, que va a prevalecer.
- Precio de Adquisición: éste está integrado por el importe facturado por el proveedor, además de los gastos adicionales inherentes a la compra, como el transporte, los fletes, el depósito, o los seguros, entre muchos otros.
- Coste de Producción: este coste incluye el precio de adquisición de las materias primas y otras materias consumibles, el de los factores de producción directamente imputables al activo y la fracción que razonablemente corresponda de los costes de producción indirectamente relacionados con el activo.
- Valor de Mercado: es el criterio que va a prevalecer sobre los otros y hace referencia al precio que tiene un producto en el mercado.
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