Excedente del consumidor
En el presente artículo vamos a exponer uno de los conceptos que constituyen el fundamento de la economía del bienestar y del análisis coste-beneficio: el excedente de consumidor.
Concepto desarrollado por los economistas J. Dupuit (1844) y posteriormente por A. Marshall (1890), definimos el excedente de consumidor como la diferencia entre la cantidad máxima de dinero que un consumidor está dispuesto a pagar por un bien o servicio y el precio que realmente paga. En este sentido, siempre hay un precio objetivo, de mercado, y un precio que el consumidor está dispuesto a pagar por un determinado bien. Es un concepto directamente relacionado con la utilidad que un determinado bien reporta al consumidor, de manera que cuando consumimos un bien en sucesivas ocasiones, las primeras veces la utilidad que nos reporta es alta, sin embargo, esa utilidad va decreciendo a medida que lo vamos adquiriendo, consumiendo, más veces, aun cuando el precio que vamos pagando por ese bien es siempre el mismo, el precio de mercado.
El excedente del consumidor es un concepto que se apoya en la Ley de la oferta y la demanda y se cifra en el beneficio monetario que los consumidores obtienen al adquirir un bien o servicio a un precio inferior al que en un principio estarían dispuestos a pagar.
Entender mejor este concepto requiere definir, por una parte la utilidad como la medida de satisfacción que se obtiene por el uso o disfrute de un bien o servicio en concreto. Por su parte, el precio de mercado es el punto donde confluye la cantidad de dinero que como consumidores estamos dispuestos a pagar por un bien o servicio con la cantidad de dinero por la que están dispuestos a comercializar ese bien o servicio los productores; en definitiva, el precio de mercado es el importe al que un bien o servicio puede adquirirse en un mercado concreto.
Podemos resumir la idea del excedente del consumidor en la siguiente fórmula:
E= UTC – PM
Sin embargo, quienes participan en un mercado concreto, los consumidores por un lado y los productores por el otro, normalmente tienen diferentes expectativas respecto al precio de un determinado bien o servicio. De esta forma y aunque en el momento de intervenir en el mercado, el consumidor pueda estar dispuesto a pagar una determinada cantidad de dinero por dicho bien si finalmente a la hora de comprar el bien el precio es menor, esta diferencia entre el precio que se estaba dispuesto a pagar y el que realmente se paga (el precio de mercado) es lo que se denomina “excedente del consumidor”.
Ilustramos todo esto con un sencillo ejemplo: Supongamos que una persona camina en un día soleado, siente mucha sed y decide comprarse un refresco. El primer refresco que compra lo valora, debido a la sed que tiene, en la cantidad de 6,00€, es decir, estaría dispuesto a pagar hasta 6,00 € por el refresco. El segundo refresco ya lo valoraría en 5,00€, pues ya ha calmado la sed. El tercer refresco lo valora en 4,00€ y el último en 3,00€, resultando que el precio de venta del refresco es precisamente 3,00€. El excedente de esta persona como consumidora será el resultado de restarle 3,00€ (valor o precio de mercado del refresco) a su disposición a pagar por cada refresco lo que en cada momento que hemos visto (6,00; 5,00; 4,00; 3,00€), es decir, 6,00€.
Con este ejemplo enlazamos con otra idea importante dentro de este concepto del excedente del consumidor y que antes hemos apuntado: la ley de la utilidad marginal decreciente, según la cual, la primera unidad (el primer refresco) que adquirimos la valoramos muy alto pero a base de ir adquiriendo más unidades (más refrescos), nuestra valoración o utilidad hacia ese bien va decreciendo y ello aunque el precio que estamos pagando por cualquier unidad de ese bien siempre es el mismo, el precio de mercado. Así, obtenemos un excedente positivo en las primeras unidades que adquirimos hasta llegar a la última, en la cual, ciertamente el excedente (interés o utilidad) será cero. Es lo que hemos visto en nuestro anterior ejemplo en el que el primer refresco el excedente fue de 3,00€ y fue disminuyendo hasta que el último refresco llegó a 0 al coincidir el precio que estábamos dispuestos a pagar (3,00€) con el precio de mercado (3,00€).
El excedente del consumidor es un parámetro importante a considerar en la relación costo – beneficio de programas o propuestas regulatorias del Estado. Por ejemplo el impacto que tendría el proyecto de construcción de un viaducto o un centro de salud. En este sentido, ese proyecto será deseable (útil en términos económicos) si el beneficio supera el costo. También esta aplicación o este análisis de la relación costo-beneficio se da en el caso del sector privado.
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