Estándar
Cuando se pretende invertir en una empresa es fundamental conocer algunos parámetros que nos darán a conocer la rentabilidad y eficiencia de una empresa y de la actividad que lleva a cabo. Uno de estos parámetros que es fundamental conocer es el estándar. Además, conocer el estándar en el mercado o en un sector concreto es primordial para poder planificar la actividad de la entidad y los resultados que se esperan de la misma.
¿Qué es estándar?
El estándar es un patrón que sigue algunas de las variables a través de las cuales se determina cuál es el beneficio de una empresa por llevar a cabo una actividad económica. Así, gracias al patrón estándar se puede conocer si una empresa es eficiente o rentable o no lo es.
En resumen: el estándar es un nivel de referencia de algún factor de producción que redundará en los beneficios obtenidos por la empresa con el desarrollo de su actividad, estableciendo las características ideales de un producto, servicio o actividad empresarial. Por ejemplo, el precio de las materias primas. Resulta evidente que, si el precio de las materias primas aumenta, el beneficio de la empresa será menor al ser más caro producir los bienes que se comercializan. No obstante, el estándar no solo mide una variable, sino que mide cada una de las variables que influyen en el proceso de producción y que, por tanto, influirán en los beneficios que obtenga la entidad en cuestión.
Ejemplo de estándar
Imaginemos que queremos invertir en una empresa de producción de chocolate y debemos informarnos sobre la eficiencia y rentabilidad de las diferentes empresas que forman parte del proceso de producción del chocolate para saber bien dónde invertir, desde empresas chocolateras hasta productoras de cacao. Las empresas que producen chocolate descartan para la venta al público el 5 % del chocolate producido por ser de calidad insuficiente para su consumo. Este porcentaje, este 5 % de chocolate descartado, constituye un estándar.
Por otro lado, una empresa que cosecha granos de cacao (fundamentales para poder hacer chocolate) descarta el 7 % de la cosecha. En este caso, el porcentaje descartado de esta empresa en cuestión es mayor que el porcentaje descartado de las empresas que forman parte del proceso de producción del chocolate.
En otras palabras: esta empresa está por encima del estándar mundial, lo que nos indica que no es eficiente ni competitiva y que deberá mejorar sus procesos de producción para ganar en competitividad. Teniendo el estándar en cuenta, podríamos decir que invertir en esta empresa de cosecha de granos de cacao no es del todo rentable, ya que esta no consigue todos los beneficios que podría obtener por no ser suficientemente eficiente en su producción.
Tipos de estándares
Existen diferentes tipos de estándares. Son los siguientes:
- Estándar de cantidad: el estándar de cantidad es el patrón que marca el volumen de producción, la cantidad de existencias o la cantidad de materias primas. Siguiendo con el ejemplo al que nos hemos referido con anterioridad, el estándar de cantidad haría referencia al volumen de producción del chocolate, por ejemplo, 40 toneladas en un año.
- Estándar de calidad: el estándar de calidad ha de verificar las buenas condiciones de los productos y las materias primas que intervienen en los procesos de producción. Siguiendo con el ejemplo anterior, y como ya se ha apuntado, el estándar es que se descarte para la venta al público por su baja calidad un 5 % de la producción de cacao. Así, el estándar de calidad es el 95 % de la producción de cacao, ya que es el porcentaje de producto con la calidad suficiente para ser vendido.
- Estándar de tiempo: el estándar de tiempo determina el tiempo que se tarda en producir los productos o bienes a que se dedica la empresa. Por ejemplo, y continuando con la industria chocolatera, el estándar de tiempo haría referencia al tiempo que se tarda en hacer las tabletas de chocolates: 250 tabletas de chocolate en 1 hora, por ejemplo.
- Estándar de costes: el estándar de costes hace referencia a los costes de producción y de administración, es decir, lo que debe costar hacer cada uno de los productos que comercializa la empresa. Continuando con la industria chocolatera, un estándar de costes sería, por ejemplo, que el coste de producción de las tabletas de chocolate negro han de ser un 5 % menos que el de las tabletas de chocolate con leche.
Beneficios de los estándares
Existen diferentes normas que recogen ciertos estándares de calidad, tales como las normas de calidad ISO, que deberán cumplir las empresas para poder comercializar sus productos. No obstante, también es fundamental que las empresas atiendan al resto de estándares para conseguir algunos de sus beneficios:
- Cumplir con los estándares aumenta la eficiencia de la empresa, lo que redunda positivamente en los beneficios obtenidos y en su rentabilidad.
- Aumenta el nivel de satisfacción de los consumidores al cumplir con una serie de estándares de calidad.
- Cuando se cumplen con los estándares, las empresas son mucho más competitivas en el mercado, lo que les puede llegar a abrir las puertas de la exportación.
Resulta fundamental a la hora de invertir o a la hora de poner en marcha un negocio tener muy en cuenta los estándares, ya que estos nos indicarán cuándo nuestra empresa es verdaderamente competitiva y nos ayudará a que sea realmente rentable. Constituirá, sin duda, el parámetro que fije la hoja de ruta a seguir con nuestro negocio.
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