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Estado benefactor

por Software DELSOL

El Estado Benefactor o Estado de Bienestar se refiere a aquel conjunto de decisiones y acciones llevadas a cabo por un Estado, tomadas con el fin de satisfacer las necesidades básicas de la población a través de la redistribución de la riqueza y la inversión del gasto público en la mejora de aspectos sociales y económicos.

Una forma de gobierno centrada en el Estado de Bienestar trata de reducir todas las posibles diferencias dentro de la población, enfocándose en garantizar los derechos de los sectores más necesitados y luchar contra la explotación laboral a la clase obrera.

¿De qué forma puede un Gobierno implantar el Estado Benefactor?

Generalmente, la vía más efectiva para conseguir el bienestar social es a través de ayudas económicas (subsidios) y la redistribución de la riqueza. Aplicando políticas fiscales enfocadas en la recaudación de impuestos, un Estado puede destinar ese capital a la ayuda de las clases más vulnerables, reforzando también servicios básicos como la sanidad, la seguridad o la educación.

Otro de los factores muy importantes a tener en cuenta para los Estados es el derecho a una vivienda digna y la posibilidad de que todos los ciudadanos accedan a un puesto de trabajo. Esto hace que la distribución de la riqueza y las políticas fiscales y económicas cobren una vital importancia en el desarrollo de las sociedades, hasta el punto de llegar a ser determinantes en el bienestar de la población.

Historia y orígenes del Estado de Bienestar

En sus inicios se conocía como Estado de Providencia, término expandido en el Segundo Imperio Francés para anteponerse a las normativas e ideologías individualistas de la época. A medida que pasaron los años, fueron más y más los países que acuñaron la idea del Estado de Bienestar, hasta que en el año 1940 surgió el término inglés “welfare state”, cuya traducción literal es Estado de Bienestar. Tras la Segunda Guerra Mundial, este concepto se extendió por los países desarrollados europeos, los cuales dotaron a sus poblaciones de numerosos beneficios, gracias a sus sistemas democráticos y economías mixtas.

Keynes y el Estado Benefactor

John Maynard Keynes, uno de los economistas más influyentes y reconocidos de la historia, guarda una estrecha relación con el concepto de Estado Benefactor. Esta relación es tan sólida que, en muchas ocasiones, se nombra al Estado Benefactor como Estado de Bienestar keynesiano.

Las teorías clásicas afirmaban que la economía se ajusta por sí sola, llegando al equilibrio entre oferta y demanda y consiguiéndose el pleno uso de los factores de producción. Keynes, por su parte, pensaba que este equilibrio solo se alcanza en casos excepcionales y que en la realidad hay que tener en cuenta variables como el nivel de empleo y la renta de la población para estudiar los movimientos en la demanda agregada.

La política keynesianista defiende la intervención del Estado para controlar las situaciones de recesión, a través de políticas fiscales y la adecuada gestión y empleo del gasto público. Según su pensamiento, aumentar el gasto público implica una estimulación positiva de la demanda agregada, lo cual consigue elevar la inversión, el empleo y la producción. Estos ideales están directamente relacionados con el concepto de Estado Benefactor, donde el gasto público presenta una elevada importancia a la hora de redistribuir la riqueza y lograr el bienestar social.

Críticas y opiniones sobre el modelo keynesiano de bienestar

Como toda teoría económica, existen muchas personas que están en contra de sus ideales y propuestas, por lo que hay diferentes críticas y opiniones sobre las fallas que presenta este modelo. La más habitual se centra en un supuesto concreto: cuando el Estado gasta más de lo que tiene y se produce una grave inflación en el país. Una notable subida de precios en una nación implica menor capacidad adquisitiva por parte de empresas y particulares por lo que, si no se controla la situación, puede acarrear graves consecuencias a largo plazo.

En situaciones de grave recesión económica, como la crisis de 1929, desarrollar un Gobierno que siga las directrices del Estado Benefactor es de vital importancia para contener la pobreza y el hambre, ya que son muchos los colectivos afectados por estos fenómenos. Ahora bien, si miramos la situación actual, los gastos que supondría llevar este tipo de filosofía serían muy elevados. Hoy en día, los Estados optan por regular sus economías a través de un sistema mixto, en el cual se puedan encontrar servicios públicos junto a una importante intervención del sector privado.

Sobretodo en etapas de recesión económica, donde los ciudadanos tienen mayores problemas económicos y se incrementan las situaciones de pobreza, el concepto de Estado Benefactor ha sido de gran importancia, ya que ha permitido a los Gobiernos aplicar políticas fiscales con el objetivo de redistribuir la riqueza y garantizar los derechos y las necesidades básicas de las personas. Pese a ser un modelo criticado, es indudable su relevancia e impacto en épocas como la crisis del 29 o las etapas de caos y hambruna posteriores a la Segunda Guerra Mundial.

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