Empresario

Aunque es muy común oír hablar del término empresario, lo cierto es que muchas veces no se tiene del todo claro qué implica ejercer como tal y cuál es la diferencia entre este término y otros similares como el de autónomo o emprendedor.

¿Qué es un empresario?

El empresario es la persona encargada de la gestión y dirección de una empresa o negocio. Toma las decisiones estratégicas, fijando los objetivos y determinando los medios que se van a usar para alcanzarlos.

Se suele equiparar el término de empresario con el de emprendedor, pero no siempre es así. Un emprendedor es alguien que pone en marcha su propio negocio, así que siempre será un empresario. Sin embargo, el empresario no tiene que ser necesariamente el dueño de la empresa que gestiona ni ser propietario de parte de su capital, así que nos podemos encontrar con un empresario que no sea emprendedor.

Por otro lado, también es común la confusión con el término autónomo. Un autónomo es un profesional que trabaja por cuenta propia. Pero, como acabamos de señalar, el empresario puede ser alguien ajeno a la propiedad de la empresa, por lo que no tiene que estar necesariamente dado de alta en el Régimen de Trabajadores Autónomos (RETA), puede estar vinculado a la organización a través de un contrato laboral.

En definitiva, el empresario es aquel que está al frente de la dirección y gestión de un negocio, y luego puede ser o no un emprendedor o un autónomo.

La evolución del empresario a lo largo de la historia

Con frecuencia se entiende este término como algo propio de la era actual, pero lo cierto es que ya en la época medieval había empresarios. En Francia se denominaba “entrepreneur” a aquellos individuos que estaban encargados de la gestión de los elementos de producción y que asumían el riesgo de la fabricación de productos o la construcción de edificios.

Luego el concepto ha ido variando. Durante la Revolución Industrial se equiparaban los conceptos de empresario y emprendedor, entendiendo que el empresario era el fundador de la organización y quien asumía todos los riesgos.

Con el desarrollo del Derecho Mercantil y la aparición de las sociedades mercantiles surgió la posibilidad de que fueran varios los propietarios de un negocio e incluso de que esos propietarios se encargaran de contratar a una tercera persona para que gestionara y administrara el negocio.

En la actualidad, lo más común es que cuando se trata de grandes negocios el empresario encargado de la gestión sea alguien ajeno a los dueños de la empresa. Por otro lado tenemos a los emprendedores y autónomos, que también son empresarios, porque asumen ellos directamente todo lo relacionado con la dirección y organización del negocio.

¿Cuál es la labor del empresario?

Quien ostenta este cargo es una personificación de la empresa, representándola en sus relaciones con terceros.

Por lo que se refiere al funcionamiento interno de la corporación, el empresario lleva a cabo la organización administrativa. Determina cuáles son los objetivos a alcanzar y los medios a través de los que se va a intentar conseguirlos. Para ello define también la administración tanto de los recursos humanos como de los medios productivos.

En cuanto al funcionamiento externo, al empresario le corresponde representar a la organización en sus relaciones con otras empresas, con instituciones y con la sociedad.

Características que definen al empresario

Espíritu emprendedor

Aunque el empresario no sea el dueño de la empresa, es importante que tenga un espíritu emprendedor, en el sentido de estar siempre orientado a la búsqueda de nuevas oportunidades que puedan transformarse en más beneficios para la organización.

Capacidad de liderazgo

La gestión empresarial ha cambiado mucho. El rol de jefe ha quedado relegado y ahora lo que buscan las organizaciones son líderes. Personas capaces de guiar a los equipos de trabajo y convertirse en un ejemplo a seguir.

Orientación a la innovación

En un mercado cada vez más competitivo es esencial que las personas que están al frente de negocios tengan una mentalidad innovadora y sean capaces de marcar las directrices para que sus equipos de trabajo sean capaces de ofrecer productos o servicios renovados y diferentes.

Capacidad para asumir el riesgo

El trabajo del empresario no está exento de estrés, ya que implica tomar decisiones importantes y asumir un alto grado de riesgo. Por eso, es importante que el empresario sea una persona fuerte a nivel psicológico, capaz de soportar el estrés y asumir los riesgos inherentes a su cargo.

Orientación social

El empresario no puede tener como único objetivo ganar dinero. Hoy en día las empresas asumen valores mucho más sociales y quieren contribuir a mejorar el mundo, y dichos valores deben ser también asimilados por el gestor del negocio.

La figura del empresario ha cambiado de forma notable con el paso de los años. En la actualidad para ejercer como tal no basta solo con poseer habilidades de gestión, también hace falta tener habilidades algo más sociales y de innovación. Una buena combinación de ellas es lo que realmente conduce a los negocios al éxito.