Eficacia
En el ámbito económico y empresarial es muy común oír hablar de la eficacia. Un término que no por ser habitual siempre se entiende bien. De ahí la importancia de hacer una aproximación al mismo para entender qué quiere decir realmente y cómo se puede alcanzar el objetivo de tener una organización más eficaz.
¿Qué es la eficacia?
Este término deriva del latín y etimológicamente hace referencia a la capacidad para alcanzar el efecto deseado a través de una acción. Es decir, que la eficacia se puede definir como la capacidad de una empresa para alcanzar los objetivos o metas que se ha marcado. Cuanto más capaz sea una organización de cumplir los objetivos económicos predefinidos, más eficaz será.
Un aspecto importante a tener en cuenta es que al hablar de eficacia no se tienen en cuenta los medios que se van a emplear para alcanzar las metas, ya que este término solo se centra en los resultados. Esto no significa que los medios no sean importantes, porque necesariamente van a venir recogidos en el plan de negocio y son los que se utilizarán para alcanzar los objetivos.
Aunque se suele hablar de eficacia respecto a las empresas, también es fundamental que sus empleados sean eficaces. Para ello es necesario que estén bien capacitados y motivados para hacer sus tareas, así como que tengan la autonomía suficiente para afrontar los retos, compromiso y un alto sentido de la responsabilidad.
Eficacia vs. eficiencia
En el ámbito productivo es bastante frecuente confundir los términos de eficacia y eficiencia, pero esto es un grave error, porque no son lo mismo.
Eficacia es la capacidad de alcanzar los objetivos sin importar cómo se han usado los recursos, mientras que la eficiencia implica aprovechar los medios o recursos de la mejor manera posible para alcanzar los objetivos de la forma más óptima posible.
Por ejemplo, la eficacia de una empresa podría ser producir 1000 piezas de X producto al día. Pero la eficiencia podría ser fabricar esas 1000 piezas por día, pero reduciendo los recursos utilizados en un 20 %.
La importancia de la eficacia en el ámbito empresarial
En un entorno tan competitivo, las empresas necesitan sobresalir con respecto al resto, de ahí que se planteen objetivos cada vez más complejos que no siempre son sencillos de conseguir. Es aquí cuando entran en juego tanto la eficacia como la eficiencia. Porque no solo importa alcanzar las metas marcadas en términos económicos, también hacerlo con el mejor aprovechamiento posible de los recursos.
La mejora de la eficacia es algo de lo que se viene hablando desde la Revolución Industrial, habiendo surgido diferentes métodos destinados a mejorar eficacia y eficiencia. Algunos ejemplos son el modelo de gestión de Covey o el Sistema Kanban.
En los últimos años se ha ido un poco más allá y la neurociencia ha destacado la importancia el factor humano en el “corazón” del negocio. Entendiendo que la mejor forma que tienen las empresas de aumentar tanto su eficacia como su eficiencia es contar con un buen equipo de trabajo.
Son precisamente las capacidades de reflexión, anticipación, planificación y resolución de problemas del ser humano las únicas capaces de conseguir que una empresa se plantee unos objetivos viables y pueda alcanzarlos.
Para muchos expertos, invertir en desarrollo personal es la verdadera clave para avanzar hacia empresas más competitivas.
¿Cómo mejorar la eficacia?
Más flexibilidad
Las empresas están en un entorno que cambia de forma continua, incluso las necesidades de los clientes pueden variar de un momento para otro. Esto implica que las organizaciones tienen que tener un cierto grado de flexibilidad en cuanto a su forma de trabajar y hasta en sus objetivos. Si son demasiado rígidas y burocráticas pueden perder mucha cuota de mercado ante el más mínimo cambio.
Aumentando la agilidad
La agilidad, entendida como la capacidad para dar respuesta a los cambios en el menor tiempo posible, solo es posible si la organización es flexible. Una empresa ágil es aquella que está en condiciones de adoptar cambios de forma continua.
Avance continuo hacia la excelencia
La mejora continua hacia la excelencia debe ser el late motiv que guíe a todos los departamentos de una empresa en su actividad. Cada área tiene unos objetivos concretos que conseguir, pero es importante que se perciba la organización como un todo y se aúnen esfuerzos para conseguir tanto los objetivos de cada departamento como las metas globales.
Uso de la tecnología
En plena era de la transformación digital, las empresas no deben dejar pasar la oportunidad de utilizar los medios a su disposición para conseguir más fácilmente sus objetivos. Tecnología como el ERP y similares son básicos para alcanzar eficacia y también eficiencia.
Alcanzar la eficacia, entendida como la capacidad para lograr las metas, debe ser una de las principales aspiraciones de las empresas y de los profesionales que trabajan por su cuenta. Pero sin perder de vista que alcanzar este logro implica adoptar medidas a todos los niveles.
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