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Dinero FIAT

por Software DELSOL

Podemos definir el dinero FIAT como dinero por imperativo legal o dinero por decreto porque es dinero que utilizamos porque la Ley lo impone como tal.

Como explicaremos en este artículo, desde 1971 es el único dinero que existe en el mundo, habiendo ya desaparecido sus antepasados el dinero mercancía y el dinero representativo. En este artículo vamos a ver cómo ha evolucionado hasta convertirse en lo que es hoy.

Para qué sirve el dinero

Las cuatro funciones que cumple el dinero son:

  • Es una medida de valor, gracias a él podemos expresar lo que vale cualquier cosa (material o inmaterial) con un simple número.
  • Es instrumento de intercambio sirve para que puedan negociar y comerciar diferentes partes.
  • Desde luego, es un medio de pago, con el dinero podemos liquidar obligaciones con otros.
  • Por último es reserva de riqueza, los ahorros y la inversión de todos se expresan y materializan con él.

Desde que el hombre dejó de ser cazador-recolector y se asentó en poblaciones estables existe el dinero, de una forma u otra, cumpliendo todas estas funciones por lo que podemos decir que el dinero es inherente a la sociedad humana.

El dinero mercancía

El dinero mercancía es el único que se utilizaba en la antigüedad y ha seguido utilizándose, en mayor o menor grado, hasta finales del Siglo XIX.

En la antigüedad más remota se comenzó a hacer intercambios a través del trueque (realizando un contrato que hoy llamamos permuta); según las teorías de Adam Smith, el trueque se produce de manera natural en el ser humano para intercambiar excedentes de bienes y servicios. De todas formas, no todo el mundo está de acuerdo en ver al trueque como antecedente del dinero.

Entre los siglos VII y V antes de Cristo aparecen las primeras acuñaciones de moneda, con lo que existe ya el dinero como tal, algo que tiene valor aceptado por todo el mundo y sirve para realizar transacciones e intercambios.

A este dinero de la antigüedad lo llamamos dinero mercancía porque tiene valor por sí mismo, es decir, las monedas acuñadas eran aceptadas por el valor que tenía el material con el que estaban hechas (generalmente oro o plata) y su valor era el de ese oro o plata según su peso y el valor que ese metal tenía.

También existía, desde la Grecia del Siglo V, el dinero de vellón que eran monedas de metales no preciosos (bronce o cobre) que tenían un muy pequeño porcentaje de plata y que servían para intercambios locales de pequeño monto pero no eran aceptados universalmente. Este dinero de vellón podemos decir que era algo similar a lo que hoy es el dinero FIAT, de alguna manera (en lo que son hoy las divisas no convertibles de las que hablamos más abajo).

Las monedas acuñadas de oro y plata han seguido utilizándose durante toda la historia humana hasta hace poco más de un siglo, durante la Edad Media las ciudades y los grandes señores acuñaban su propia moneda y en la Edad Moderna los estados lo hacían, apareciendo monedas que eran universalmente aceptadas como el Real de a Ocho de Castilla (el antepasado del duro que hemos utilizado los que no somos millennials) que fue aceptado durante más de tres siglos desde China hasta toda Europa y que es, también, el origen del Dólar estadounidense.

El dinero fiduciario

El problema que tenía el dinero de metales preciosos es que era algo bastante incómodo y poco práctico; llevarlo encima podía llegar a ser tremendamente molesto si estamos hablando de cantidades importantes porque el valor dependía del peso y esas monedas eran, por tanto, pesadas y de cierto volumen.

Para solucionar ésto, durante la Edad Media, los comerciantes (comenzando por los Templarios, que tenían mucho dinero y lo que podemos llamar agencias o sucursales en todas partes) comenzaron a representar el dinero en trozos de papel que eran promesas de pago (cartas de crédito, letras de cambio y pagarés); de esta manera si alguien viajaba (y, en la Edad Media, se viajaba mucho) no tenía que acarrear grandes pesos y volúmenes sino que con un simple papel tenía el dinero que necesitaba. El comerciante de un lugar le pedía a otro que atendiera el valor de ese papel y luego hacían cuentas entre ellos.

A principios del Siglo XVII en Holanda el dinero más utilizado eran placas de cobre; eran muy incómodas porque, para que tuvieran valor, debían ser grandes y pesados trozos de cobre; los holandeses comenzaron a depositar esas placas de cobre en bancos que, a cambio, les daban documentos que equivalían a ese dinero y comenzó a utilizarse el papel como dinero para intercambios.

El dinero fiduciario no tiene valor por sí mismo (a diferencia de su antepasado el dinero mercancía), consiste en trozos de papel (billetes) o de metal (monedas) que tienen valor porque están respaldadas por un banco que los ha emitido y que tiene, en su poder, oro o plata (o, más modernamente divisas) que respaldan ese valor.

El poseedor de un billete de banco de dinero fiduciario tiene derecho a acudir al banco emisor y retirar de él el oro que respalda a ese dinero.

El dinero FIAT

Pero, el dinero fiduciario también tenía un inconveniente: su valor depende del valor de las reservas que tenga el banco que lo ha emitido.

Si el respaldo es en oro, el oro tiene un valor que puede cambiar, que cotiza en los mercados. Esta evolución del valor tiene poco que ver con la evolución de la economía del país.

Por otro lado, si un Estado emite moneda respaldada en oro, es posible que desde el extranjero se exija la entrega de ese oro empobreciendo las reservas de su banco emisor.

El dinero FIAT (que ya fue utilizado en la China del Siglo XI con la Dinastía Ming) es dinero que no tiene valor por sí mismo y que tampoco está respaldado por reservas de metales preciosos de su emisor, su valor existe porque la Ley dice que tiene ese valor.

Con la aparición del dinero FIAT se solucionan esos problemas que hemos expuesto del dinero fiduciario: el banco emisor ya no tiene que entregar oro a cambio de sus billetes y la cotización de la moneda no depende del valor de ese oro (aunque sigue siendo posible, en cierto modo, seguir utilizando el oro de manera parecida a como se utiliza el dinero).

Por ello, la mayoría de los países fueron adoptando este sistema a lo largo del Siglo XX, convirtiéndose en universal cuando el Dólar estadounidense abandonó el patrón oro en 1971.

Actualmente ya no existe dinero fiduciario, todo el dinero es FIAT.

Pero que el dinero FIAT no esté respaldado por unas reservas no significa que no esté respaldado por nada. Aunque oficialmente tiene valor porque la Ley dice que lo tiene, su valor sigue dependiendo de que la gente lo acepte como medio de pago.

Podemos decir que el respaldo de una moneda moderna está en la economía del país que la emite.

Un país rico y próspero con una economía saneada tendrá una moneda fuerte y que sea bien aceptada por el mercado y, en caso contrario, no.

Hoy en día existen, en todo el mundo, 165 monedas diferentes. De ellas solo once son divisas convertibles, que son aceptadas universalmente y que cotizan en el mercado de divisas según ese difuso respaldo de qué hablamos, la economía de su país.

El resto de divisas, las no convertibles, tiene valor como medio de pago solo en su propio territorio pero para utilizarlas fuera de él, para cambiarlas por una divisa convertible, es todo mucho más complicado.

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