Coste de transacción
Denominamos coste de transacción a aquellos costes derivados de llevar a cabo una transacción en el mercado. Este término se popularizó y difundió gracias al economista británico Ronald Coase, que los definía como aquellos costes que sufrían las empresas al salir al mercado para encontrar los productos y servicios que les permitiesen llevar a cabo su actividad.
Origen del término coste de transacción
En sus estudios del mercado, Coase llegó a la conclusión de que, en su época (años 30), la teoría económica dejaba de lado muchos costes implicados en el mecanismo de precio. Exponía que cada una de las transacciones que se llevasen a cabo en el proceso productivo tenían que tenerse en cuenta, por lo que los procesos no se podían descomponer y tratar de forma independiente. En este sentido, diferenció tres tipos de coste que, en conjunto, conforman el concepto de coste de transacción:
- Coste de búsqueda. También conocidos como costes de localización, hacen referencia a los costes que sufre una empresa durante el proceso de búsqueda de los proveedores para sus materias primas. Este tipo de coste incluye la confianza, la comprobación de que los bienes son de calidad e incluso un estudio de los precios que estos ofrecen.
- Coste de contratación. A la hora de redactar los contratos que estipulen las condiciones de las negociaciones, también se generan costes. De igual manera, la comprobación de que estos contratos están siendo debidamente cumplidos también puede generar un coste.
- Coste de coordinación. Para poner en conjunto los productos y servicios adquiridos y poder llevar a cabo el proceso productivo, todas las empresas tienen que incurrir en unos costes de coordinación, es decir, aquellos que se generan al unir todas las piezas del proceso. Aquí podemos incluir los costes de comunicación con otras empresas, además de la gestión de talento, distribución, producción y marketing.
Poniendo en conjunto esta información, Coase pensó que lo lógico sería que la propia empresa desempeñase la mayor cantidad de tareas por sí misma, con el fin de aligerar los costes de transacción.
Ejemplo de costes de transacción
Vamos a ver un ejemplo de cada uno de los tipos de costes de transacción: de búsqueda, de contratación y de coordinación.
- Una joyería low-cost que quiera comenzar a fabricar relojes de alta gama tendrá que afrontar elevados costes de búsqueda para garantizar productos de calidad. Esta empresa se verá obligada a hacer un extenso estudio de precios, analizando cada uno de los proveedores y seleccionando a los que puedan ofrecerle buena materia prima a un precio asequible.
- Cualquier empresa que tenga relaciones directas y continuas con numerosos proveedores o clientes va a tener unos altos costes de contratación. Les llevará mucho tiempo redactar los contratos correspondientes a cada una de las transacciones y tendrán que vigilar que estos se cumplan como lo acordado para seguir con el proceso productivo, generando costes materializados en tiempo y dinero.
- Las industrias manufactureras son un buen ejemplo de un sector con elevados costes de coordinación. La producción se divide en diferentes procesos que tendrán que ser puestos en común para obtener el bien deseado. Desde la recepción de la materia prima, pasando por la manufactura, el empaquetado y embalaje hasta el posterior transporte, se generan pequeños costes de coordinación.
Ley de Coase y su relación con el crecimiento de las empresas
Ronald Coase hacía una distinción muy clara entre empresa y mercado, en función de cómo gestiona las transacciones cada uno de ellos. En el caso de la empresa, las transacciones que se van a llevar a cabo se determinan de manera interna a través de una organización jerárquica, mientras que el mercado funciona de manera descentralizada y se realizan transacciones libres de bienes y servicios.
Según la Ley de Coase, el sentido de crear empresas se encuentra en gestionar los costes de realizar transacciones en los mercados de forma eficiente, gracias a una óptima organización y distribución de los recursos disponibles.
Siguiendo este hilo, uno de los argumentos más característicos de Coase dice que las empresas seguirán creciendo hasta el momento en el que los costes de realizar una transacción de forma interna sean iguales a los que se enfrentarían si la realizasen en un mercado abierto. Dicho en otras palabras, a medida que una organización va aumentando en tamaño, genera cada vez más costes de transacción dada la amplitud que va teniendo. Por este motivo, llega un momento en el que sale más rentable utilizar el mercado que realizar esas transacciones de forma interna, y ahí es donde las empresas paran su crecimiento.
El concepto de coste de transacción es muy amplio, ya que engloba a todos aquellos costes que sufren las empresas al conseguir la materia prima necesaria para elaborar sus productos o dar sus servicios. La teoría del economista Ronald Coase reforzó el concepto, dándole una visión más profunda y relacionándolo directamente con la razón de ser y las causas de crecimiento de las empresas.
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