Coste de oportunidad
El coste de oportunidad es la diferencia entre la opción que elegimos para utilizar nuestros recursos económicos y otras opciones que nos hubieran producido más beneficio .
Los recursos económicos de que disponemos son, por definición, limitados (no sólo el dinero sino otros como el tiempo o el trabajo) y, por lo tanto, cuando los empleamos en algo estamos, también por definición, renunciando a emplearlos en otra cosa.
La teoría económica dice que los agentes económicos , ante esta escasez de recursos, van a optar siempre por la decisión más eficiente que sería la que tendría un coste de oportunidad igual a 0.
Sin embargo , los motivos para invertir recursos en adquirir algo no siempre son obtener un lucro económico.
Por ejemplo, se puede comprar un piso para invertir, alquilarlo, revenderlo y obtener con él un beneficio económico pero, también, se puede comprar un piso para disponer de una vivienda y, en este caso, el criterio para su adquisición tendrá en cuenta su precio pero no sólo su precio y, posiblemente, ni siquiera sea el factor más importante existiendo otros como que nos guste el entorno, que esté cerca de los colegios de los niños, de nuestro trabajo, de familiares, etc.
El análisis del coste de oportunidad tiene en cuenta siempre el beneficio que nos hubiera reportado la mejor alternativa posible de entre las que no hemos escogido y, sobre todo, cuando ese beneficio es superior al que nos ha dado la alternativa escogida.
Otro ejemplo: si tenemos ahorrados 1.000€ y vemos que podemos comprar deuda pública (una letra del Tesoro) que nos dará un interés del 2%, es una inversión totalmente segura. Sin embargo no nos apetece comprar esa letra porque pensamos que el dinero está mucho más seguro debajo de nuestro colchón y lo guardamos allí. Al transcurrir un año tendremos esos mismos 1.000€ en el colchón y si hubiéramos comprado la letra tendríamos 1.000€+su 2%=1.020€, es decir, tendríamos 20€ más que serían el coste de oportunidad de la decisión de guardar el dinero en casa. Puede que existieran otras inversiones más rentables, en cuyo caso serían ellas el coste de oportunidad pero pueden, en ellas, influir otros factores como el riesgo.
El coste de oportunidad para las empresas
Las empresas funcionan en un mundo competitivo en el que concurren en el mercado y deben tener la finalidad de obtener el mayor beneficio posible.
Estos negocios tienen que competir con otros que, normalmente, tomarán las decisiones más eficientes por lo que si nuestra empresa no lo hace obtendrá menores beneficios (o mayores pérdidas) de las que habría podido tener si hubiera acertado en sus decisiones y tendrá, por tanto, una desventaja competitiva.
Pero las decisiones financieras que adopta la dirección de la empresa solo sabremos si son acertadas o no lo son al final del ciclo ya que existe, además, el factor riesgo.
Por ejemplo: la compañía tiene para invertir 100.000€ y puede decidir entre comprar nuevos equipos para mejorar su proceso productivo o comprar acciones en el mercado secundario de otra empresa (la empresa A); se decide por comprar nuevos equipos y, transcurrido el año, las acciones de la empresa A que no compró se han revalorizado en un 20%; si se calcula que el beneficio que ha reportado la inversión en nuevos equipos ha sido, por ejemplo, de 5.000€ esa decisión económica ha tenido un coste de oportunidad de la diferencia, 15.000€ que se habrían obtenido de más si se hubieran comprado las acciones.
Sin embargo , la dirección de la empresa no tenía un modo claro de saber cuál iba a ser la evolución de las acciones y podría haber sido otro resultado menos favorable. Es cuestión de acertar.
Estos menores beneficios de los que se habrían podido obtener no es sólo que hagan más gravosa la producción de bienes y servicios, es que afectan a los dueños del negocio (los accionistas) que van a obtener menores rendimientos, sea en forma de dividendos o sea en forma de revalorización de sus activos. El responsable de la decisión deberá explicar las razones por las que se actuó así.
El coste de oportunidad y el apalancamiento
Integrado en todo lo que acabamos de exponer, el apalancamiento de la empresa supone, siempre, un coste de oportunidad .
Apalancar es, según el Diccionario de la RAE, “elevar el grado de endeudamiento de una empresa ”.
Cuando la empresa necesita realizar una inversión productiva (como en el último ejemplo la de comprar equipos nuevos o equipos para comenzar una nueva actividad o producción o invertir en formación de sus trabajadores), los recursos económicos para esa inversión puede conseguirlos de su propio patrimonio , de su neto patrimonial, en cuyo caso no tendrán un coste financiero directo sino que son los dueños o accionistas los que han puesto ese capital .
También puede conseguir esos recursos pidiéndolos prestados, por ejemplo pidiendo un préstamo bancario, en este caso tendrá unos costes financieros (los intereses y comisiones de ese préstamo) con lo que los beneficios que de esa inversión serán, en números totales, menores y los accionistas tendrán menores entradas en su patrimonio .
En este caso el coste de oportunidad del apalancamiento serán esos intereses y gastos financieros, porque los rendimientos de la inversión (buenos o malos) no cambiarán.
Todo es cuestión de hacer números: es posible (e incluso frecuente) que merezca la pena endeudarse para hacer la inversión si no se dispone de patrimonio neto suficiente para ella, también se puede pedir a los socios que aporten más capital o buscar nuevos inversores, pero esto también va a tener un posible coste de oportunidad para el inversor o accionista, que destinará sus propios recursos patrimoniales para aportarlos y no a otros fines. Como decimos todo es cuestión de hacer números.
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