Capital invertido
Podemos definir como capital invertido el dinero que dedica una empresa cualquiera para poder establecerse (también conocido como coste inicial) y para su funcionamiento tanto a corto como a largo plazo. De forma puramente contable podemos decir que el capital invertido es el conjunto de bienes constituyentes del activo de una empresa. Este dinero se destina a realizar determinadas operaciones que tienen relación con la empresa y puede proceder de diversas fuentes (accionistas, socios, bancos u otras partes interesadas).
Cálculo del capital invertido
Para poder calcular adecuadamente el capital invertido debemos saber a dónde referirnos. El capital invertido puede ser encontrado en el balance de situación de una empresa, que es la imagen fija de la misma en un momento del tiempo determinado. El balance de situación (también conocido como balance general) resume todas y cada una de las posesiones de la empresa (también conocidas como activos), además de todas las deudas (pasivos) y el capital en un momento determinado. Este, junto con la cuenta de pérdidas y ganancias, forma la parte esencial de las cuentas anuales empresariales. Para realizar el cálculo del capital invertido necesitamos sumar todos los activos de la empresa, tanto aquellos que estén registrados a largo plazo (activo fijo) como los que lo estén a corto plazo (también conocidos como activo circulante).
Retorno del capital invertido (ROI)
El retorno del capital invertido, también famoso por sus siglas en inglés, ROI (Return on Investment), es un ratio matemático que nos ayudará a analizar si una inversión concreta ha resultado beneficiosa o si, de lo contrario, nos ha traído pérdidas. Para realizar esta valoración necesitaremos conocer las variables del beneficio neto y del capital invertido. Entonces, dividiendo el valor del beneficio neto entre el capital invertido, obtendremos el resultado en porcentaje. Si el valor que obtenemos está por debajo de 100 % habremos obtenido una pérdida (el beneficio será menor a la inversión realizada), mientras que si el porcentaje resultante es superior a 100 %, la inversión habrá sido beneficiosa.
Por tanto, podemos afirmar que para que una empresa sea viable a largo plazo necesitará ganar más dinero de lo que le cuesta financiar su capital invertido, con el fin de obtener así un beneficio económico, pues de lo contrario la empresa no podría subsistir y se vería condenada al cierre.
Rentabilidad sobre el capital empleado (ROCE)
La rentabilidad sobre el capital empleado, también conocido como ROCE por sus siglas en inglés (Return On Capital Employed) es otro indicador interesante a tener en cuenta a la hora de valorar la rentabilidad de una empresa en cuanto a los recursos que emplea para obtener un beneficio. Este indicador es uno de los más utilizados para analizar diferentes empresas y ver cuál es la que ostenta una mayor calidad sobre su negocio. La inversión en bolsa es un indicador que se usa para poder establecer y calcular el precio objetivo de una acción.
Para calcular el ROCE solo tenemos que dividir el EBIT (Beneficio de la empresa antes de impuestos e intereses) por el capital empleado (cantidad total de capital invertido), multiplicando por 100 el resultado final. Los resultados del ROCE variarán según las diferentes empresas y sus industrias, pues obtendremos valores muy distintos en empresas intensivas en capital (como una fábrica automovilística) o una empresa totalmente basada en redes (una red social, por ejemplo). Es por ello esencial comparar ROCE solamente entre empresas de un mismo sector, para que tenga sentido el análisis.
Valor Económico Agregado (EVA)
Cuando queremos conocer el verdadero beneficio económico de una empresa cualquiera podremos recurrir al EVA (Economic Value Added), que es el importe al que llegamos en una empresa una vez se han cubierto todos los gastos y la rentabilidad mínima proyectada. Este indicador tiene en cuenta la productividad de todos los factores usados para llevar a cabo la actividad empresarial. Los beneficios de utilizar este indicador y no otros yacen en que el EVA nos permite identificar qué elementos son los generadores de valor en la empresa, nos da una medición para la creación de riqueza que alinea las metas de los gestores con las de la compañía, nos deja ver si las inversiones de capital generan un beneficio mayor a su coste y mezcla el desempeño operativo con el financiero para facilitar la toma de decisiones. Se calcula restando al UAIDI (definido a continuación) el valor contable del activo multiplicado por el coste promedio del capital (coste promedio de toda la financiación obtenida por la empresa). Si el resultado del cálculo del EVA es positivo, se genera valor, mientras que si es negativo, se destruye.
UAIDI = Utilidad Neta + Gastos Financieros – Utilidades extraordinarias + Pérdidas extraordinarias
Como vemos, el capital invertido es un valor clave a la hora de analizar cómo está funcionando una empresa y es una pieza esencial en los cálculos de diversos indicadores matemáticos que nos permitirán valorar si nuestra empresa está funcionando bien o no, además de compararnos con otras empresas del mismo sector para saber si estamos en el buen camino.
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