Capital humano

Llamamos capital humano a las capacidades de trabajo, conocimiento y habilidades de una persona y, en el caso de las empresas, a los equipos de personas que en ellas trabajan y su potencial productivo.

En este artículo vamos a hablar de capital humano desde tres puntos de vista: para la propia persona, para la empresa y para la sociedad en general.

El capital humano de una persona

Referido a una persona concreta su capital humano es el valor actual de todos los rendimientos que esa persona va a obtener con su trabajo a lo largo del resto de su vida.

Para calcularlo debemos tener en cuenta, por tanto, varios factores: el tiempo que le queda a esa persona de vida productiva (hasta su jubilación o fallecimiento), su capacidad de trabajo y, también, su preparación profesional y capacidades y experiencia que va adquiriendo.

En lo relativo al tiempo que le queda de vida profesional, como es lógico, el capital humano será mayor cuanto más joven sea esa persona y más años de vida productiva le queden, así que si sólo existiera este factor el capital humano iría disminuyendo con el paso de los años.

Sin embargo hay, como ya hemos dicho, otros factores que pueden hacer aumentar ese capital humano y hacer que, aunque le quede menos tiempo de vida activa aumente; hablamos de la experiencia y la formación.

Si la persona adquiere nuevas competencias y/o habilidades su capital humano va a aumentar y, en determinados casos, puede ser exponencialmente: alguien que trabaja de mensajero o repartidor de pizza, si consigue terminar unos estudios superiores puede cambiar de profesión y obtener unos rendimientos muy superiores aunque sea más mayor.

Lo mismo sucede con la experiencia profesional, en el ejercicio de su trabajo una persona puede ir adquiriendo nuevas competencias y aprendiendo nuevas cosas que le hagan un profesional más cualificado y solo esa experiencia también puede aumentar el valor de su capital humano aunque le quede menos periodo de vida productiva.

El capital humano de una empresa

Desde el punto de vista de un negocio productivo el capital humano es la capacidad de producir (o productividad) de las personas que trabajan el mismo.

Por definición, una empresa es un conjunto de medios económicos y humanos para realizar una actividad de producción o distribución de bienes o servicios.

Por tanto, todas las personas que trabajan en él son una parte integrante del mismo (forman parte esencial del negocio) y vienen a ser su capital humano.

Para que la organización cumpla sus objetivos será necesario que tenga, por un lado, los trabajadores más adecuados y mejor capacitados cada uno en su ámbito y, por otro, que sepa organizar y aprovechar esas competencias y capacidades de su personal.

Esta es la labor que desarrolla el departamento de recursos humanos de la empresa que es el responsable desde el principio, desde la selección de nuevo personal buscando a la persona más indicada para cada tipo de labor a realizar, y luego sigue siendo responsable a lo largo de la vida activa de esos trabajadores de todo lo relativo a sus condiciones de trabajo, incluso la organización del mismo en la que tendrá algo que decir a los directivos competentes en cada caso.

En este contexto la capacidad de producción (tanto en su medida cuantitativa como en la de su calidad de más aspectos cualitativos) es un activo económico de la empresa y el desarrollo de la carrera profesional y la formación de sus trabajadores es algo que conviene tanto a los propios trabajadores como a al empresa que va a desarrollar, con ello, este activo, además de ser un derecho reconocido por el Estatuto de los Trabajadores.

La diferencia entre capital humano y mano de obra es que en el primero se contrata capacidades y conocimientos mientras que en caso de la mano de obra hablamos sólo de fuerza física. Hoy día la mano de obra puede ser sustituida en gran medida por otros medios económicos (como los robots) pero el capital humano es insustituible y una parte esencial del valor de la organización.

El capital humano desde el punto de vista macroeconómico

Hoy en día tanto las economías de los países emergentes como las de los desarrollados están viviendo una transición de la economía industrial a la economía del conocimiento, en éste nuevo ámbito el desarrollo se produce a partir de las capacidades, conocimientos, preparación y habilidades de sus trabajadores.

Esta economía del conocimiento se funda en las habilidades mentales y profesionales más que en las físicas que eran las que primaban en la anterior economía industrial, siendo ahora el conocimiento (junto con el flujo de información) el factor fundamental en el crecimiento económico, el empleo y la competitividad.

Para un país, igual que para una empresa, invertir y realizar esfuerzos para conseguir capital humano es la mejor opción para conseguir o mantener el desarrollo económico, los países más desarrollados económicamente son los que más cuidan e invierten en este capital humano.

La inversión se realizará a través de la educación (en todos sus niveles, incluida la formación profesional), y la regulación del mercado de trabajo adoptando las medidas legales y de todo tipo que fomenten el desarrollo profesional, la experiencia y la continuación de la formación y preparación de los trabajadores.

Además del capital humano existe también el llamado capital intelectual que son los conocimientos que las personas tienen, más allá de los meramente técnicos o profesionales, su cultura general que, al final, también es un activo que aporta tanto a las empresas como a la propia nación.

Existen diversos criterios para la medición del capital humano y del intelectual, creados por diversas instituciones, principalmente la OCDE.

Estas mediciones y análisis de capital humano e intelectual deben utilizarse como un instrumento para conocer la situación del país (o de la empresa) y plantearse lo que se está invirtiendo y lo que se tiene que invertir en conseguir ese capital humano.