Bono
A la hora de conseguir financiación y materializar las deudas, tanto empresas como Administraciones Públicas tienen la posibilidad de utilizar diferentes instrumentos financieros. Uno de ellos es el bono, que representa los valores de deuda más utilizados por las compañías y por el Estado, y tiene la finalidad de obtener fondos para invertirlos en distintos proyectos.
Qué es un bono; funcionamiento, valoración y riesgo
Un bono es un instrumento de deuda de renta fija, utilizado por grandes compañías y por las Administraciones Públicas para materializar su deuda a través de activos financieros. En él, el emisor vende el bono al público, prometiendo devolver el importe prestado, al que se le sumarán unos intereses llamados cupón (que se conocen de manera anticipada). Para emitirlos, la empresa o Administración Pública divide su deuda (generalmente muy elevada) en porciones muy pequeñas, las cuales se materializan en los bonos, y pueden utilizarlas para transferirlas a otras personas interesadas en invertir en este instrumento.
Básicamente, el funcionamiento es el de un préstamo, ya que el propietario del bono estará entregando una cantidad de dinero determinada (capital del bono) al emisor, siendo este último responsable de devolverlo en su fecha de vencimiento, junto al interés correspondiente y determinado previamente. Estos tipos de interés pueden ser variables, pero es un activo de renta fija, ya que el propietario siempre recibirá lo que le corresponde al llegar el vencimiento.
Para conocer el valor actual de un bono, tendremos que calcular su VAN o Valor Actual Neto, es decir, descontarlo al momento actual en función de la tasa de interés correspondiente. Los bonos son una inversión bastante segura, pero siempre hay que atender a tres tipos de riesgo que se pueden presentar con ellos:
- Riesgo de inflación. Si se ha producido inflación, es posible que esta termine afectando a lo que termine recibiendo el tenedor del bono.
- Riesgo de mercado. El precio del bono también puede variar si los tipos de interés del mercado cambian.
- Riesgo de crédito. También es posible que el emisor llegue a una situación en la que no pueda hacerse cargo del pago de la deuda que emitió a través de los bonos.
Tipos de bonos
Existen muchos tipos de bonos diferentes, según sus características y naturaleza:
- Bonos convertibles. Se pueden canjear por acciones, cuando estas se emitan a un precio prefijado. El cupón de este tipo de bono es inferior al de un bono normal, dada esta condición de convertibilidad.
- Bonos canjeables. Son como los bonos convertibles, pero se pueden convertir en acciones que ya existen y se encuentran en el mercado.
- Bonos de deuda perpetua. En ellos no se devuelve el capital principal, sino que se pagan los intereses o cupones de manera indefinida. Son un tipo de cupón extremadamente sensible a las variaciones en el tipo de interés.
- Strips. Los bonos “strippables” tienen una característica importante, y es que se pueden dividir los pagos de los cupones para negociarlos por separado.
- Bonos con opciones. Poseen opciones incorporadas, y estas pueden ser tanto call (bonos callables, donde el emisor puede recomprar el bono) o put (bonos putables, donde el comprador posee una opción de venta sobre el bono).
- Bonos sin opciones o bonos bullet. Suelen ser los tipos de bono más habituales, ya que no llevan ningún tipo de opción incorporada.
- Las empresas que emiten bonos con un elevado capital puede incorporar warrants al título, con la finalidad de reducir el tipo de interés y conseguir que los tenedores puedan obtener amortizaciones anticipadas con su inversión, o bien convertir los bonos en acciones.
- Bonos del Estado. Los emite el Tesoro de un país para financiar los presupuestos del Estado.
- Bonos corporativos. Estos bonos los emiten las propias empresas, siendo así bonos con carácter privado, con la finalidad de financiar sus actividades y proyectos.
- Bonos cupón cero. Los intereses de estos bonos se pagan el día de la fecha de vencimiento. Como contraprestación, tienen un precio menor a su valor nominal, emitiéndose con descuento y ofreciendo mayor rentabilidad.
- Bonos cupón fijo. En ellos se conoce de antemano el cupón que se va a repartir (por ejemplo, si se reparte un 10 % anual de un bono con 1000 euros de nominal, cada año se repartirán 100 euros en intereses).
- Bonos cupón flotante. Los intereses de este tipo de bono dependen de la evolución de un tipo de interés del mercado monetario, sumándose un diferencial determinado (por ejemplo, Libor + un 3 %).
- Bonos de alto rendimiento. Su calidad crediticia es baja (debido a su alta calificación crediticia), y el riesgo de impago es elevado.
- Bonos con grado de inversión. Su calidad crediticia es elevada, teniendo una alta calificación crediticia, por lo que el riesgo de impago es bajo.
En definitiva, los bonos son instrumentos financieros de naturaleza muy variada, y que permiten reorganizar la deuda y obtener financiación a empresas y Administraciones públicas.
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