Bien sustitutivo

Un bien económico se dice que es sustitutivo de otro cuando el consumidor puede utilizarlo para satisfacer la misma necesidad o deseo en su lugar y son bienes de naturaleza diferente.

Se suele poner el ejemplo de la mantequilla y la margarina como bienes sustitutivos la una de la otra, pero hay innumerables ejemplos más, como el ponerle gasolina al coche o utilizar el transporte público o, simplemente, tomar un café en un bar fuera de casa o comprar café y hacerlo en nuestro propio domicilio.

Lo que sucede cuando dos bienes son sustitutivos el uno del otro es que su demanda es conjunta, es decir, las variaciones en el precio de uno de ellos afectarán a la demanda del otro. Así en el ejemplo que hemos puesto antes si sube la gasolina es probable que aumente la gente que utiliza el transporte público. A esto lo llamamos elasticidad cruzada de la demanda.

Podemos clasificar los bienes sustitutivos en dos tipos:

• Bienes sustitutivos perfectos cuando la utilización de uno u otro bien es exactamente igual y el consumidor no tiene un motivo especial para elegir uno u otro. No es lo habitual.
• Bienes sustitutivos imperfectos es lo normal, el grado en que son sustitutivos dos bienes puede ser mayor o menor.

Así en el ejemplo de la gasolina o el transporte público, en ambos casos el gasto nos sirve para desplazarnos geográficamente de un punto a otro, pero son dos cosas que, aunque sirven para lo mismo, son muy diferentes: si compramos gasolina para el coche será más caro pero mucho más cómodo ya que el coche nos lleva y nos trae cuando, como y donde queramos; por contra si utilizamos el transporte público deberemos adaptarnos a sus horarios y a los lugares donde podemos acceder a él, siendo más barato pero mucho más incómodo.

También podemos hablar de bienes sustitutivos brutos o netos, según que la consecuencia de la subida de precio de uno afecte al otro por igual. Es decir, si uno de los productos sube de precio aumentará el consumo del otro, pero habrá que ver si, también, sucederá al revés, si sube del precio el otro aumenta el consumo del primero.  En este último caso la demanda conjunta de ambos bienes será siempre la misma.