Asegurado

Algo asegurado es, en términos generales, una cosa objeto de un seguro. No obstante, también puede referirse a una persona que se sitúa al lado contrario en una relación jurídica frente al asegurador, que le dota de la protección pactada. En este sentido, entendiendo al asegurado como una persona, podemos matizar que:

• Se puede ser o estar asegurado directamente: una persona contrata un seguro de la índole que sea (seguro de hogar, de tráfico, de vida…). Es sobre el que se materializa el interés real de evitar el riesgo, es decir, quien tiene “la cosa” asegurable y en cuyo beneficio y garantía de respaldo se contrata la póliza por parte de la compañía aseguradora elegida.
• Se puede ser o estar asegurado indirectamente: es el caso en el que una persona o los bienes de esta pasen a ser asegurados sin haber sido el que haya contratado efectivamente el seguro, pero que haya resultado estar protegido por la póliza. Técnicamente, hablaríamos de "beneficiario" o "protegido", pero se suele usar el concepto de asegurado, sobre todo en las comunidades de propietarios. 

Derechos del asegurado

Son muchos los derechos que un asegurado tiene por serlo. Dentro de cada seguro concreto, se especificarán las debidas protecciones que le garantizarán la correcta cobertura de sus necesidades. Pero en términos generales, un asegurado tiene derecho a:

• Elegir y contratar la cobertura de seguro que le sea siempre más conveniente a sus necesidades e intereses, de manera de poder obtener la debida protección que requiera mediante las cláusulas determinadas.
• Hacerlo con plena libertad y voluntad: la compañía no puede imponer cláusulas abusivas ni otras medidas en su perjuicio. Además, puede optar por un servicio de intermediario o corredor de seguros que lo asesore al tomar el seguro y durante su vigencia, cuyos gastos pueden estar cubiertos por la compañía. No dude en informarse antes de contratar su póliza.
• Que le sean explicadas de forma veraz, transparente y completa cada una de las condiciones que rigen el seguro que está contratando. Cualquier duda sobre letras pequeñas o párrafos farragosos debe ser aclarada y profundizada hasta su total comprensión.
• Solicitar copia de su póliza.
• Formular quejas o sugerencias por escrito para reclamar actuaciones que entienda que le hayan perjudicado o sobre las que no esté de acuerdo. Se dirigirán a la oficina concreta, que queda obligada a tramitar y contestar por escrito en un plazo 20 días hábiles desde que las reciban.
• En caso de que haya lugar a siniestro que cubra su póliza contratada, tiene derecho:
• A su pago.
• Al pago de su indemnización, si así está dispuesto.
• Al pago de la indemnización a terceros.
• A consultar y/o reclamar en lo que se refiere a cuantías en caso de no estar conforme.
• A acudir a la vía arbitral.
• A acudir a la vía judicial.  

¿Es necesario estar asegurado?

Estar asegurado te supone numerosas ventajas: implica apostar por la prevención en lugar de la actuación posterior al daño ya materializado. Mediante un seguro te puedes adelantar a cualquier desastre, incidente o imprevisto que pueda afectar de manera perjudicial en tu rutina. Ello sin contar el ahorro que supone: pagar una cuota base mensual nos provee de un colchón en el que descansar, lo que es preferible a realizar un desembolso puntual que puede ser inabarcable ante un inesperado y que nos obligue a desprendernos de los ahorros o del efectivo con el que contamos para nuestro día a día e implique desestabilizar nuestra organización económica cotidiana.

Es fácil pensar que “no me va a pasar nada”, pero en cada simple actividad cotidiana estamos expuestos a riesgos constantes. También hay situaciones que se escapan a nuestro control, como las relacionadas con el clima o desastres naturales, incluso la economía o los cambios en el mercado y la bolsa, cosas que pueden parecernos lejanas, pero que afectan a la estabilidad de nuestra seguridad y para las que contar con un seguro nos respaldaría económicamente y supondría poder afrontar esta serie de imprevistos.

Imagina también el caso de robos o hurtos en casa: estar asegurado no te hará olvidar la mala experiencia, pero tendrás la tranquilidad de tasar tus objetos robados y saber que, si no puedes recuperarlos, al menos podrás obtener una cuantía económica por ellos o los. Hasta salir a pasear, cerrar la puerta sabiendo que estás asegurado te hará disfrutar mucho más del tiempo que estés fuera, porque todo irá bien.

No se trata de vivir pensando que nos van a suceder cosas malas, pero sí de vivir sabiendo que estás prevenido por si estas acontecen.

Recuerda, una buena compañía de seguros te dará:

• Tranquilidad.
• Confianza.
• Buen servicio en relación calidad-precio.

Estar asegurado es vivir tranquilo, pero no ser descuidado. Cuida tus bienes, no actúes con riesgo y toma siempre las decisiones más beneficiosas para ti, tu familia y tu aseguradora. Así, tu bienestar y tu responsabilidad se unirán como la mejor arma para enfrentar cualquier siniestro con la ayuda del mejor seguro que se adapte a las necesidades de tu bolsillo y te haga apostar por un futuro sano lleno de garantías.