Arrendatario
Dentro de todo contrato de alquiler existen dos figuras importantes que lo conforman; arrendador y arrendatario. A continuación, desarrollaremos la segunda: su definición, derechos, obligaciones y sus diferencias con el arrendador, permitiendo conocer todo sobre el arrendatario.
Definición de arrendatario
En los contratos de alquiler, definimos al arrendatario como aquella persona física o jurídica que goza del derecho de disfrutar de un activo durante un periodo de tiempo determinado, para el cual tendrá que pagar una cantidad estipulada en el mismo contrato.
El contrato de alquiler o arrendamiento más común es el de alquiler de inmuebles, en el que los inquilinos pagan una cuantía mensual para tener el derecho a vivir en ellos. Pese a esto, existen muchos más tipos de arrendamientos (que veremos más adelante), y en todos ellos las condiciones deben ser negociadas previamente y figurar en el contrato para evitar inconvenientes.
Diferencia entre arrendador y arrendatario
La diferencia entre ambos conceptos es bastante clara, pero es cierto que se pueden confundir dado el parecido entre las dos palabras. En un contrato de alquiler o arrendamiento, el arrendador es el propietario del activo arrendado, mientras que el arrendatario es aquel que lo utilizará y disfrutará durante el tiempo estipulado.
Ambos formalizan el arrendamiento mediante un contrato en el que se establecen todas las condiciones, cuotas y derechos de ambos, los cuales pueden ser tanto personas físicas como jurídicas. El arrendador tiene la intención de obtener rentabilidad económica alquilando el bien, mientras que el arrendatario busca satisfacer alguna necesidad con el mismo.
Obligaciones y derechos de un arrendatario
Todo arrendatario, independientemente del activo que esté utilizando, tiene ciertas obligaciones que cumplir durante el tiempo en el que se encuentre disfrutándolo, al igual que goza de varios derechos importantes. Entre sus obligaciones, encontramos las siguientes:
- El activo arrendado debe mantenerse, en todo momento, en buenas condiciones. Estamos hablando de un bien que no es propiedad del arrendatario, lo que significa que este debe cuidarlo y, en caso de producirse algún incidente en relación con su estado, responder personalmente ante el mismo.
- Para los inmuebles, lo común es que el arrendatario se encargue de pagar los servicios de gas, luz, agua, teléfono e internet. Además, en caso de que este tenga la intención de abandonar la vivienda, tendrá que comunicárselo al propietario en un plazo de 30 días.
- El arrendamiento se basa en un contrato, teniendo el arrendatario que, en todo momento, limitarse a usar el bien en cuestión para lo que se ha marcado en el mismo. Es decir, el uso del activo por parte del arrendatario está estrictamente limitado a lo que recoja el contrato (por ejemplo, si alquilas un local comercial o una oficina no la podrás utilizar como vivienda temporal).
- Por último, pero no menos importante, el arrendatario está obligado a pagar por utilizar el activo arrendado. Dependiendo del caso, el pago puede ser único o a plazos, pero lo normal es que se establezca una cuota mensual (alquiler o renta). Además, también es posible que ambas partes lleguen a un acuerdo en el que el arrendatario transfiere un bien al arrendador, cuyo valor es suficiente como para saldar toda o parte de la deuda del contrato.
A continuación, te mostramos los derechos que posee un arrendatario a la hora de disfrutar del bien o servicio en cuestión:
- Cuando el arrendatario firma el contrato, tiene el derecho de recibir un bien o servicio digno para el uso, el cual cumpla perfectamente la función para la cual se ha alquilado. Este es un factor muy importante, ya que el arrendatario está pagando para disfrutar de un activo que cumpla una función determinada. Por ejemplo, si alquilas una casa, esta tiene que gozar de todo lo necesario para poder descansar y tener buena calidad de vida, o si alquilas un local industrial este tiene que tener buena ventilación y temperatura, además de seguridad para poder realizar la actividad con el menor riesgo.
- En casos extremos, el arrendatario puede dejar de pagar este alquiler si el activo en cuestión no cumple con la función por la que se ha firmado el contrato. Por ejemplo, si alquilas maquinaria industrial y esta tiene fallos en su funcionamiento, los cuales no pueden ser solventados en el corto plazo, el arrendatario tendrá el derecho a dejar de pagar por ese tiempo en el que no utiliza la máquina.
Tipos de arrendamiento
Normalmente, cuando pensamos en un arrendamiento se nos viene a la cabeza el alquiler de una vivienda. Sin embargo, existe una gran cantidad de tipos de arrendamiento, desde locales para realizar actividades comerciales hasta arrendamientos de servicios financieros:
- Viviendas habituales.
- Industrias.
- Almacenes, plazas de garaje y trasteros.
- Viviendas e inmuebles de temporada.
- Vehículos a motor (coches, barcos, camiones).
- Servicios (financieros, obra, leasing).
- Locales para negocios.
- Fincas y maquinaria.
Sea cual sea el tipo de arrendamiento que se vaya a realizar, tanto arrendatario como arrendador deben asegurarse de plasmar a la perfección su acuerdo en el contrato, ya que será el documento a revisar en caso de que ocurra algún inconveniente o desavenencia entre ambos.
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