Arbitraje
En términos económicos hablamos de arbitraje para designar la actividad de comprar y vender un mismo activo en mercados diferentes para obtener un beneficio en la diferencia de precio.
Por lo tanto, el arbitraje es una operación sin prácticamente riesgo y que produce unos beneficios conocidos antes de realizarla.
Para ello la compra y la venta deben realizarse de manera simultánea, para evitar riesgos de variación de precios en los mercados; por este motivo el arbitraje está favorecido (por no decir que es sólo posible) gracias al comercio electrónico en el que es posible realizar distintas operaciones en distintos mercados de manera instantánea.
No es fácil detectar cuando existe la posibilidad de realizar esta operación, el que realiza el arbitraje (al que denominamos arbitrajista) debe tener conocimiento de los diferentes mercados y capacidad para operar en ellos.
Cuando hablamos de comprar en un sitio y vender en otro podemos referirnos tanto a diferentes mercados como a diferentes lugares.
Si hablamos de diferentes lugares y nos abstraemos de factores que inciden en el resultado como la necesidad de transporte o las diferencias en los impuestos aplicables, está claro que un producto es más barato donde se produce y es abundante que donde no, así que si compramos, por ejemplo, tomates en lugares donde se producen (por ejemplo en España) y los vendemos en lugares donde no pueden producirlos por sus condiciones climatológicas pero que también les gustan los tomates (por ejemplo en Dinamarca) el precio será más barato donde compramos y mayor donde vendemos consiguiendo, en teoría, un beneficio.
En realidad, que exista la posibilidad del arbitraje es una ineficiencia de los mercados, se supone que un mismo activo debe tener el mismo precio en todas partes y, el hecho de que esto no sea así, es un desequilibrio preocupante. Cuando no es posible el arbitraje porque los precios están en las mismas magnitudes hablamos de equilibrio de arbitraje.
El arbitraje produce un efecto estabilizador de los mercados porque al comprar donde es más barato y vender donde es mas caro lo que hacemos, si la operación es lo suficientemente importante en términos de dinero, es aumentar la demanda donde es más barato y la oferta donde es más caro.
La consecuencia de esto es que donde compramos, porque es más barato, los precios suban y donde vendemos bajen. Por ello las operaciones de arbitraje producen el efecto de acabar igualando los precios en los distintos mercados y conseguir ese equilibrio del que hablábamos.
La velocidad con que se produzca esta convergencia de precios en los distintos mercados nos indica cual es la eficiencia del sistema económico.
Por lo tanto el arbitraje es todo lo contrario de la especulación; mientras en el arbitraje el arbitrajista tiene en su poder el activo sólo unos segundos mientras realiza las dos operaciones y corre pocos riesgos en la operación, en la especulación el especulador mantiene en su poder, durante mucho tiempo, el activo porque espera que los precios cambien a su favor, asumiendo un riesgo considerable ya que, en este último caso, si sus expectativas no se cumplen puede acabar con pérdidas.
Sin embargo, el arbitraje no está totalmente exento de riesgos por pequeños que sean; en primer lugar es posible que en los pocos segundos entre la compra y la venta surja un cambio en los precios. También podría ocurrir que la parte a la que compramos o vendemos no cumpla su parte del trato.
Estos riesgos son poco probables pero, dado que las operaciones de arbitraje suelen realizarse con cantidades muy importantes de dinero, si se dan podrían producir grandes pérdidas.
Arbitraje de riesgo
También llamado arbitraje de fusión.
Consiste en comprar acciones de una empresa que va a ser comprada por otra mientras se venden las acciones de la empresa que va a comprar a la otra.
Lo habitual cuando una compañía compra a otra es que las acciones de la comprada tengan un valor menor en los mercados que las de la que compra, dependiendo de las formas y plazos en los que se llegue a producir esa compra.
También es habitual que el precio de las acciones de la compañía que compra baje, tendiendo a converger con el precio de la compañía comprada. Por tanto, obtendríamos un beneficio si esto ocurre y se equiparan los precios de las dos.
El riesgo que corremos es que la operación de compra principal no se lleve a cabo o no se produzca como era esperable, en cuyo caso podemos llegar a tener pérdidas con la operación.
Arbitraje de dos y de tres puntos
Hasta ahora hemos hablado del arbitraje de dos puntos, es decir, de comprar donde es más barato y vender donde es más caro.
Sin embargo también es posible el arbitraje de tres puntos operación en la que intervenimos en tres lugares o mercados diferentes para conseguir una rentabilidad; por ejemplo en el cambio de divisas, las diferencias de cambio entre Dólar, Euro y Libra pueden no dar lugar a arbitraje de manera sencilla, pero si comenzamos comprando uno y, desde él, otro si podemos conseguir una rentabilidad.
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