Apalancamiento operativo
La ratio de apalancamiento financiero es un dato utilizado en la contabilidad analítica que nos informa sobre la relación entre costes fijos y variables en la producción de la empresa.
Como veremos en este artículo, la existencia de un porcentaje mayor o menor de este apalancamiento financiero va a depender, muchas veces, de decisiones estratégicas de la dirección del negocio.
El punto muerto
El primer concepto que debemos tener claro para entender lo que es el apalancamiento financiero es el de umbral de rentabilidad: en la producción de un artículo el negocio invierte una serie de costes fijos y es necesario producir (y vender, ojo) un número mínimo de unidades para que la inversión en costes fijos se amortice y podamos sacar un beneficio, si vendemos por debajo de este umbral ese producto nos dará pérdidas porque no hemos cubierto la inversión.
El coste final del artículo producido (de cada unidad) será la suma de la parte proporcional de los costes fijos más los costes variables, lo que se consume directamente en la producción de cada unidad.
A partir del umbral de rentabilidad los costes directos de producción de cada unidad solo suben por esos costes variables por lo que el margen de beneficio será mayor.
El porcentaje de apalancamiento operativo
Esta proporción entre costes fijos y variables cambia según diseñemos y planteemos la actividad de la producción.
Por explicarlo con un ejemplo: si necesitamos fabricar silbatos de plástico lo podemos hacer de varias maneras:
- Comprar una máquina inyectora de plástico (o una impresora 3D) en cuyo caso aumentamos los costes fijos porque tenemos que realizar una inversión en su compra.
- Alquilar esa misma máquina inyectora de plástico para utilizarla durante el tiempo que dure la necesidad de producir los silbatos. Es más barato (como coste fijo) que comprarla pero sube los costes variables porque deberemos pagar el alquiler periódicamente.
- Subcontratar la fabricación de esos silbatos a otra empresa que tenga la infraestructura (la máquina en cuestión), esto sube aún más los costos variables ya que tendremos que pagarle cada unidad.
A estas posibilidades se pueden añadir otras, como el Leasing o el Factoring de la máquina, pero pueden encuadrarse en las tres enumeradas.
Si asumimos mayores costes fijos, es decir si compramos la máquina, vamos a reducir los costes variables ya que no tendremos que pagar alquiler ni a la otra empresa a la que subcontratamos, pero asumimos un riesgo.
Para amortizar la inversión en ese mayor coste fijo, para que nos salga rentable la compra de la máquina, es necesario que fabriquemos y vendamos un número suficiente de unidades de silbato para alcanzar el umbral de rentabilidad, si la producción y venta es menor que la que esperábamos y no alcanzamos este punto muerto nos podemos encontrar con beneficios muchos menores o, incluso, con pérdidas.
Si, por el contrario, subcontratamos la fabricación de los silbatos no tendremos el problema de amortizar la compra de la máquina (asumimos un riesgo mucho menor) pero los costes variables serán mucho más altos por lo que nuestro margen de beneficio será mucho menor.
La conclusión está muy clara: cuanto mayor sea nuestra producción o mayor sea la previsión de producción (y ventas) mayor grado de apalancamiento operativo nos podremos permitir.
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