¿Qué es el lucro cesante?
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El lucro cesante se define como toda aquella ganancia que una persona deja de obtener por consecuencia de los daños y perjuicios causados por un tercero. Podemos considerar que es la diferencia entre todo los beneficios económicos que podría haber recibido el afectado, en caso de no haber ocurrido el daño, y lo que realmente recibió tras ocurrir.
Tipos de daños y perjuicios relacionados con la indemnización que recibirá el afectado
El artículo 1106 del Código Civil especifica que la indemnización de daños y perjuicios comprende tanto el valor de la pérdida sufrida como el de la ganancia que deje de obtener dadas las circunstancias. Básicamente, quiere decir que la indemnización que recibirá el afectado no se va a basar exclusivamente en el valor económico del bien que haya perdido, sino que también tendrá en cuenta las ganancias que deje de percibir durante el periodo de tiempo en el que no disponga de este bien.
Por tanto y teniendo en cuenta esta especificación, podemos distinguir dos tipos de daños y perjuicios:
- Todos los daños inmediatos causados por el tercero, conocidos como daños emergentes.
- El daño futuro, generalmente traducido en una pérdida de ingresos debido a la inactividad, generado por las consecuencias derivadas del daño inmediato, las cuales imposibilitan al afectado utilizar los bienes en cuestión durante un periodo de tiempo determinado.
Ejemplo de un caso de lucro cesante
Vamos a utilizar un ejemplo para explicar de manera clara y sencilla un posible caso donde exista lucro cesante. Imaginemos que un conductor, por un error propio, colisiona contra un camión de reparto y le causa daños materiales graves. Debido al fuerte accidente, el camión debe pasar un mes en el taller para repararse por completo y volver a la actividad rutinaria. En este caso concreto, tendríamos presentes los dos tipos de daños y perjuicios explicados con anterioridad. En primer lugar, debe ser indemnizado el valor correspondiente a todos los gastos que cubran la reparación del vehículo para dejarlo exactamente como estaba antes, cubriendo así los daños inmediatos causados por el tercero. Después, se tendría en cuenta el daño futuro que se le causa a la víctima, ya que durante esos 30 días no dispone de su herramienta para realizar su trabajo, por lo que se indemnizaría la pérdida de ganancias correspondiente a este periodo de tiempo, también llamada indemnización por lucro cesante.
¿Es complicado probar el lucro cesante?
Uno de los grandes problemas que trae el lucro cesante es la dificultad que conlleva probarlo ante un tribunal. El afectado tendrá que acreditarlo, es decir, convencer al juez de que el suceso ha provocado el no generar una ganancia que, en condiciones normales, sí habría percibido. Para ello, tendrá que presentar pruebas para confirmar que el beneficio económico se hubiese producido en caso de no ocurrir el perjuicio, aportando información fiable y utilizando diferentes parámetros que permitan corroborarlo.
El mayor inconveniente se presenta a la hora de cuantificar económicamente el lucro cesante, es decir, estimar las ganancias que hubiese tenido la víctima durante ese periodo de tiempo, en caso de que no hubiesen ocurrido los daños. Esta cuantía depende de múltiples variables, las cuales pueden tener diferentes interpretaciones según la situación, por lo que se hace bastante complicado estimar de manera exacta una cantidad que represente las pérdidas ocasionadas por el perjuicio. Para intentarlo, el afectado tendrá que recurrir a datos como el informe de un perito o pruebas contables y fiscales, aunque la decisión final será valorada y tomada por el juez.
Los criterios analizados para estudiar el lucro cesante deben ser, en todo caso, verosímiles y consistentes, ya que se está analizando la hipótesis de lo que se supone que tendría que haber ocurrido, sin tener la certeza de que, en condiciones normales, hubiese sido así.
Cobertura del lucro cesante a través de un seguro de responsabilidad civil
Si realmente existe un daño físico o material, la gran mayoría de los casos van a resultar en una indemnización hacia la víctima. Es conveniente saber que, para casos en los que exista el lucro cesante, contar con un seguro de responsabilidad civil hará que la indemnización recaiga sobre la compañía aseguradora, y no sobre el causante del perjuicio. Es cierto que la póliza que cubre estos casos implica un coste añadido, que suele representar una parte de la indemnización, pero puede salvar al asegurado de pagar considerables cantidades de dinero en caso de no estar asegurado.
Pese a la dificultad que supone estimar los beneficios perdidos en una situación de lucro cesante, la parte perjudicada debe solicitar la indemnización y presentar toda la documentación e información que esté en sus manos, intentando demostrar sus pérdidas económicas. Los daños tratados anteriormente pueden traer graves consecuencias a las empresas, sobre todo si estas son pequeñas, por lo que tienen que aprovechar el derecho a reclamar por lucro cesante, siempre que puedan probar que han perdido dinero por culpa del accidente.