La teoría Z
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La teoría Z es un método empresarial desarrollado por el profesor norteamericano William G. Ouchi durante los años 70 del pasado Siglo XX, en plena crisis del petróleo y cuando ocurrió el boom de las empresas japonesas.
Los estudios de Ouchi tienen de punto de partida estos bajos rendimientos de las empresas norteamericanas en crisis frente al alta productividad y progreso de las japonesas.
Se pretende encontrar factores universales, independientes de los condicionantes locales, en el éxito de las empresas japonesas para poder implementarlos en otros lugares.
El resultado, la teoría Z o método japonés es un nuevo método de administración y gestión de empresas cuya base consiste en considerar que el trabajador no puede separar su vida personal de la profesional, es la misma persona y encara ambos ámbitos de su actuación de la misma manera y con los mismos condicionantes.
El trabajo es algo natural en las personas y, por tanto, debe ser una experiencia positiva y satisfactoria.
La teoría tiene en cuenta las relaciones interpersonales y pretende incentivar psicológicamente a los trabajadores.
Al centrarse en los trabajadores, en su satisfacción personal, la aplicación de la teoría Z persigue el éxito de la empresa: se parte de la idea de que son los propios trabajadores los que realizan la labor productiva y, además, los que mejor conocen esa producción, sus necesidades y características. Implicarles en la marcha de la empresa produce beneficios al colaborar todos para conseguir los objetivos.
Tipos de empresas
Ouchi distingue tres tipos de empresas:
- Tipo A: las empresas norteamericanas: individualistas (en sus decisiones, responsabilidades e intereses), empleos a corto plazo, rápidas evaluaciones y promociones, especialización, mecanismos de control
- Tipo J: las japonesas: con un enfoque más colectivo (en decisiones, responsabilidades e intereses), empleos de por vida, evaluaciones y promociones más lentas y poca especialización.
- Tipo Z: que asumen esta nueva teoría: tiene muchísimo en común con las empresas Tipo J; Ouchi nos habla de productividad y confianza como dos realidades que no sólo no son contrapuestos, sino que van de la mano.
Existían empresas norteamericanas que habían asumido la cultura de las japonesas logrando muy buenos resultados. Ouchi se fija, en especial, en la General Motors.
Desde entonces miles de empresas, norteamericanas y occidentales, han aplicado esta forma de enfocar el negocio con un éxito considerable.
Productividad y confianza
Para comprender correctamente la Teoría Z debemos aproximarnos desde un punto de vista teórico e histórico.
Tras la Segunda Guerra Mundial el Japón se encontró en una situación desastrosa y humillante, la única manera de sobrevivir decorosamente era la colaboración y participación de todos.
Hablamos de algo que surge de la idiosincrasia y mentalidad japonesas y no importado de otras culturas.
La confianza se produce con los que están en el entorno de la persona, sus vecinos, sus compañeros de estudios y de trabajo.
La cosa va mucho más allá de una relación contractual y del compañerismo: el trabajador se siente una parte de la compañía, pertenece a ella, es como su familia y está plenamente integrado.
La empresa o el empresario considera el factor humano, a sus trabajadores, como el activo más importante del negocio y les cuida aportándoles servicios y otros beneficios además del salario: buscarles alojamiento si tienen que desplazarse para trabajar, productos y servicios que da la empresa a sus trabajadores, etc.
Para un trabajador ser contratado en la empresa no es algo fácil, no se valora especialmente la experiencia o preparación, lo importante es la antigüedad en la propia empresa.
El trabajador va rotando en diferentes puestos de la empresa y en diferentes centros geográficos, a partir de dos años de trabajo en la empresa comienzan las rotaciones. Cuando ya lleva diez años de trabajo continuo en la empresa comenzarán las promociones internas.
El trabajador que consigue entrar a trabajar forma parte de la empresa como algo de su familia y va a participar en las decisiones empresariales y a tener esos beneficios y promociones de los que hablábamos.
Despedir a un trabajador en Japón no es nada fácil, se considera un desperdicio del esfuerzo y de los activos importantes de la empresa que son sus trabajadores.
La calidad
Todo lo que acabamos de exponer tiene un único objetivo: la calidad.
En Japón el concepto de calidad no se refiere sólo a la producción y actividad de las empresas, es algo que se valora mucho en todos los aspectos de la vida: la educación, los servicios públicos, etc.
Esta importancia de la calidad está en la conciencia de los japoneses desde muy niños y el hacer cualquier cosa de manera deficiente o defectuosa se considera vergonzoso.
Desde luego, en la actividad empresarial se antepone siempre la calidad a la cantidad.
En la Teoría Z este fin de la calidad se consigue con la participación de todos, la gestión de la empresa no es sólo problema de sus directivos sino que el conocimiento y las capacidades de todas las personas que participan se aprovecha y utiliza.
Los círculos de calidad son reuniones periódicas que realiza un grupo de personas (entre tres y siete) que tienen experiencia y preparación en determinados ámbitos de la producción y analizan cómo se está realizando dicha producción y que acciones se pueden implementar para mejorarla. La participación en estos círculos es una actividad importante del trabajador japonés.
Además de sus propios fines, un círculo de calidad fomenta la comunicación entre trabajadores de distintos departamentos de manera que se conozca lo que hacen los demás en la empresa.
Además facilitan el aceptar consejos y sugerencias en un ambiente de confianza y relación personal que, si se produjera de manera individual entre dos personas sería mucho más difícil.