Encontrar buenos productos para vender
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Encontrar un buen producto para vender es algo fundamental en un negocio comercial; si pretendemos ganar dinero con el negocio es exactamente eso lo que necesitamos.
Las condiciones para considerar algo un buen producto serán las lógicas: que se pueda vender y que se pueda conseguir en su venta un precio por el que nos valga la pena, es decir, que sea rentable.
Para conseguir esto e intentar no equivocarnos deberemos analizar todos los factores que intervienen.
Conócete a ti mismo
Lo primero que tenemos que hacer es cumplir la máxima que estaba escrita en el Templo de Apolo en Delfos: γνωθι σεαυτόν (conócete a ti mismo) ya que si vamos a vender algo debemos saber qué posibilidades tenemos, con qué medios contamos, a qué tipo de compradores podemos acceder; no es lo mismo si tenemos una tienda de determinado tipo abierta al público o si tenemos un puesto en el Rastro o en un mercado tradicional o, simplemente, sólo contamos con un sitio web más o menos bien diseñado y posicionado para realizar nuestras ventas, igual que tampoco será lo mismo el lugar donde realicemos nuestra actividad.
El análisis del tipo de producto que debemos comprar para revender debe empezar por aquí.
La rentabilidad
El producto que compremos y vendamos debe ser rentable, esto significa que el precio a que lo consigamos debe ser más bajo que el que apliquemos cuando lo vendamos.
Esto se puede conseguir de varias maneras: podemos buscar y contratar un productor de esos bienes que nos haga buen precio (si vendemos, por ejemplo, jerseys de lana y contamos con costureras o talleres de costura que nos los hagan), o una tienda mayorista con precios interesantes.
Hay que buscar y estar detrás de la oportunidad y saber aprovecharla; por poner un ejemplo, el precio de la plata en Turquía es y ha sido desde hace muchos años considerablemente más barato que el que hay en España y en los países de nuestro entorno; hay muchas personas que lo han adoptado como negocio y viajan con regularidad al Gran Bazar de Estambul a comprar plata (collares, anillos, pulseras) que traen a España y ganan dinero con la diferencia de precio.
Esto, como hemos dicho, es solo un ejemplo pero muy significativo de lo que deberíamos buscar, una fuente de mercancías que, por su precio o condiciones, nos valga la pena. El criterio ideal debería ser intentar venderlo por el doble de lo que pagamos por ello (un margen de beneficio del 100%).
Luego hay que dar salida a los productos comprados
Tenemos que tomar en consideración que la finalidad del negocio es vender esas mercancías, por mucho que tengamos la oportunidad de comprar cosas buenas y baratas, esa compra no deja de ser una inversión de dinero (porque, aunque estén muy bien de precio, tendremos que pagarlas) así que si luego no les damos salida hemos hecho un negocio horroroso.
En el ejemplo de la plata turca que hemos puesto en el punto anterior, no solo hay que entender un mínimo sobre la plata que hay que comprar, también hay que tener los medios y canales de distribución en el país de origen que será otras personas que nos compren la plata o una red de tiendas donde colocarla.
Así que lo primero que tenemos que tener previsto no es qué productos comprar o no, sino cómo y por qué canales los vamos a vender y distribuir; esto ya estará más o menos resuelto si tenemos una tienda abierta en la calle; si no es así debemos contar con canales de distribución que puede ser unas cuantas tiendas donde lo podamos vender o dejar en depósito para su venta, o una página web de ventas que esté suficientemente bien hecha y posicionada SEO, o un convenio con plataformas de teletienda o similar (ventas por televisión o por catálogo), lo que sea, pero tenemos que ser capaces de vender.
Otros factores a tener en cuenta
Además de todo lo ya dicho, debemos mirar muy mucho lo que hacemos y en qué invertimos nuestro dinero (mucho o poco) para hacer todo lo posible para que el negocio salga bien, en tal sentido pensaremos en:
Características físicas de la mercancía, debemos tener en cuenta su peso, forma, tamaño, manejabilidad, envoltorio; hay que pensar que tendremos que transportarla a donde la guardemos, almacenarla y, cuando la vendamos, distribuirla. Si es muy grande, pesada o voluminosa todo este proceso puede ser más complicado y caro.
Rango de precios en el que nos podamos mover: normalmente con mercancías muy caras (por ejemplo de más de 300€) vamos a tener que competir con negocios que ya las comercializan y que tienen más medios que nosotros. Hay que mirar cada tipo de negocio pero lo ideal sería estar por debajo de esa cantidad.
Estudiar la competencia porque hay productos que ya se ofrecen abundantemente y tendríamos que competir como muchas otras empresas, además estudiar los precios a que se están vendiendo las mercancías. Por un lado es bueno que un producto ya se venda bien porque tenga mucha demanda pero, por otro, eso significa que tenemos que convivir con una competencia mayor.
Intentar no vender productos muy complicados en su envío o para un servicio post venta demasiado comprometido; debemos tener en cuenta que si vendemos al público consumidor estamos sometidos a las garantías y servicios post venta previstos en la legislación de protección de los consumidores y tendremos que responder.