¿Cómo ahorrar en la factura de la luz?
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La factura de la luz es uno de los elementos cotidianos que más desconocimiento aglutina por parte de los consumidores, y que más controversia genera dado el complejo sistema del mercado eléctrico: todo esto añade cierta dificultad para quien desea dar los pasos necesarios para ahorrar en la factura de la luz y no pagar más de la cuenta por un bien de primera necesidad.
¿Qué puntos de la factura de la luz determinan su coste?
La cuantía final de la factura de la luz está relacionada linealmente con dos grandes variables: la potencia contratada y el consumo efectivo, amén de ciertos recargos, impuestos y tasas, cuya elusión no está al alcance del consumidor puesto que vienen determinados por el Estado y las distribuidoras.
Por un lado, la potencia contratada en la vivienda o el local es la cantidad de energía consumida por unidad de tiempo o, lo que es lo mismo, la velocidad a la que se consume la energía eléctrica: supone un coste fijo al mes, y viene determinada en kilovatios por hora (kWh).
Por otro lado, el consumo efectivo es la cantidad de kWh que se ha suministrado a la instalación eléctrica del usuario: es un coste variable, y su precio lo determina libremente la compañía comercializadora.
¿Qué puede hacer un usuario para reducir el coste de su factura de luz?
Cambiarse de tarifa
Puede que la tarifa que te estén aplicando no se adecúe a tus hábitos de consumo: debes saber que existen tarifas de discriminación horaria, en la que pagarás menos por el uso de la electricidad en una franja concreta (normalmente, por las noches) y pagarás bastante más en la otra franja, y otras en las que el precio es fijo durante las 24 horas, y cuya elección será interesante cuando no puedas pronosticar tu consumo en un horario determinado.
Este cambio no tiene coste, salvo que la tarifa anterior estuviese asociada a un periodo de permanencia que estuvieses incumpliendo al solicitar el cambio.
Cambiarse de compañía comercializadora
El cambio de compañía también debería ser un proceso gratuito, siempre y cuando la vinculación con la compañía anterior no estuviera sujeta a ninguna cláusula de permanencia.
En este caso, se trata de comparar los precios del kWh de las distintas entidades comercializadoras, así como sus condiciones de tramos horarios: pueden existir saltos de algunas horas entre tarifas que marquen la diferencia en tus hábitos de uso.
Reducir la potencia contratada
Dado que la relación entre la potencia contratada y la cuantía de la factura es directa, otra opción es solicitar a la entidad comercializadora que disminuya la potencia que hemos contratado. No obstante, las distribuidoras solo permiten a los usuarios modificar su potencia contratada una vez al año.
Este trámite no es gratuito: el usuario tendrá que sufragar los derechos de enganche de la distribuidora, que oscilan los 9 euros antes de impuestos. Se pagan también cuando se da de alta la luz, cuando se aumenta la potencia contratada o cuando se cambia de una tarifa fija a una de discriminación horaria (y viceversa).
Hay otro pequeño inconveniente: al reducir la potencia contratada, la nueva potencia podría ser insuficiente para mantener el suministro eléctrico de la vivienda o el local, con los consiguientes cortes de corriente, y la obligación de estar alerta para no accionar demasiados aparatos eléctricos simultáneamente.
Tips para ahorrar en la factura de la luz
Hábitos inteligentes de uso de la electricidad
- Iluminación: emplea preferentemente bombillas LED, de bajo consumo y alta eficiencia. Intenta mantener la máxima iluminación natural posible en tus estancias.
- Cocina: aprovecha el calor residual del horno o de los fuegos cuando cocines.
- Lavadora y lavavajillas: emplea agua fría y programas preferentemente cortos.
- Frigorífico: mantén una temperatura entre 3 y 7 grados en la nevera, lo suficiente como para preservar en buen estado los alimentos.
- Climatización: regula el termostato para evitar saltos bruscos de temperatura, porque se consume más energía cuanto mayor sea la amplitud térmica que se desee salvar.
- Aparatos electrónicos: no mantengas enchufados a la corriente los aparatos que no estés usando.
- Programadores: puedes valerte de programadores inteligentes a los que incorpores una programación de encendido y apagado de tus dispositivos, para no tener que estar pendiente de accionarlos tú mismo.
Análisis de la curva de carga
También puedes aprender sobre el histórico de tu uso mediante el estudio de la curva de carga, una representación gráfica que traza la energía consumida en un periodo de tiempo.
Tanto la compañía distribuidora como la comercializadora ponen a disposición de los usuarios sus curvas de carga, y éstas les permiten analizar los picos y los valles de consumo, para ver en qué momentos del tiempo se ha consumido más electricidad, y utilizar esta información para reorientar los hábitos de uso (en la medida de lo posible).
No es necesario profundizar en los pormenores del mercado eléctrico para ahorrar en la factura de la luz: con cierta inteligencia en tus hábitos, un buen proceso de elección de la compañía comercializadora y una tarifa adecuada a tus necesidades, podrás pagar un precio más razonable por la electricidad que consumas.