ContactoZona PrivadaPrecios

Empresas zombis ¿Qué son?

cenefa
cenefa
Black Friday -70%
Le damos la vuelta a los precios

Descuento durante 6 meses en contratos anuales.

 

HASTA EL 29 DE NOVIEMBRE.

¡Lo quiero!
Avatar de Software DELSOLSoftware DELSOL
12 de julio de 2021

El término empresa zombi hace referencia a aquellas empresas cuyo rendimiento económico no es suficiente para cubrir sus costos financieros. Esto quiere decir que son empresas cuya solvencia se dedica casi exclusivamente a pagar deudas e intereses, y que deben refinanciar los préstamos una y otra vez para mantenerse solventes.

Origen del término

El término nace en Japón entre 1990 y 2003, durante el periodo conocido como la década perdida; una caída estrepitosa en los precios de los activos que ocurrió a principios de la década y que diezmó la riqueza acumulada durante los años previos. Esto llevó a una fuerte recesión que obligó al país y a sus empresas a recurrir cada vez más al capital financiero para solventar sus operaciones diarias. Dichas empresas comenzaron a ser llamadas zombis, puesto que su existencia era precaria y prácticamente no podían vivir sin la asistencia financiera de algún otro organismo.

En el año 2008 sucede otro gran desplome, esta vez a nivel global: la caída del mercado inmobiliario estadounidense que, al poco tiempo, arrasó también con el mercado financiero. Las secuelas de esta crisis llegan hasta el día de hoy en países como Grecia, España o Italia, los cuales se llevaron la peor parte. Entonces, la solución fue la misma que en el caso de Japón; recurrir al capital financiero.

Sin embargo, en el caso de Japón se trató de un paquete integral de medidas económicas, en concomitancia con las necesidades del sector productivo, mientras que para la Europa post-2008 no hubo incentivos de la misma envergadura. El único gran motor de este proceso fue la aplicación de los tipos de interés negativos, los cuales tienen el objetivo de fomentar la circulación del dinero en vez de su préstamo o ahorro.

La crisis económica iniciada en 2008 ha dejado muchas secuelas, y la crisis del covid-19 las ha pronunciado aún más; repentinamente, la interrupción masiva en el consumo trajo consigo un escenario de sobreproducción que dejó los almacenes llenos y las fábricas paradas. Sin un flujo de ingresos constante y con una fuerza laboral ociosa, muchas empresas debieron contraer deuda para poder mantenerse en actividad. Los efectos de esta crisis aún siguen notándose.

Características de una empresa zombi

La definición del término es siempre la misma, puesto que nació en una coyuntura entre la cultura popular y el ámbito económico. La manera estándar de referirse a estas empresas es como empresas vulnerables. Sin embargo, la idea detrás del concepto es la misma; la empresa que sobrevive apenas, debido a la gran carga que sus costes financieros suponen sobre los rendimientos económicos. Este es el aspecto fundamental que diferencia a estas empresas de otras que puedan encontrarse en estado “vulnerable”: no es lo mismo no percibir ganancias, por ejemplo, que dedicar las ganancias que sí se perciben a pagar intereses y préstamos.

Dado el suficiente tiempo, la situación de estas empresas empeora y no se trata ya solo de pagar sus préstamos, sino que apenas alcanza para cubrir los intereses producto de la refinanciación de la deuda. Las empresas que se encuentran en esta situación crítica supone un riesgo muy alto para la economía en general, puesto que si muchas de ellas van a la quiebra —lo que inevitablemente terminará pasando en un momento u otro— muchos de los acreedores de sus deudas se verán afectados al mismo tiempo.

Esto ocurrió en 2008: la quiebra de muchos compromisos de pago convirtió a la crisis inmobiliaria estadounidense en una crisis financiera global. La existencia de un porcentaje alto de estas empresas suele producirse en escenarios de sobreproducción y de nulidad respecto a la capacidad de rentabilizar la inversión.

Consecuencias de su actividad

Si bien las empresas pueden sostener su solvencia acudiendo regularmente a préstamos y refinanciación, su actividad repercute en la economía en su conjunto. Si bien las consecuencias de esto son muchas y muy variadas, podemos mencionar las tres más importantes:

  1. En primer lugar, las empresas zombis trabajan “a coste”, y operan en sus respectivos mercados bajando los precios al mínimo. De esta manera, obligan a sus competidores a hacer lo mismo y esto reduce notablemente el ingreso del sector en su conjunto.
  2. En relación con lo anterior, desalientan a otras empresas que quieran incursionar en los mercados en los que las empresas zombis participan.
  3. Acumulan capital financiero que podría ser inyectado en otras actividades y, eventualmente, prueban ser solventes y van a la quiebra, lo que termina por acabar con ese capital.

Las empresas zombis o vulnerables se sostienen en mayor o menor medida gracias al capital financiero. Estas dedican la mayor parte de sus ingresos a cubrir los costos de financiación y los préstamos contraídos. Dado el suficiente tiempo, estas compañías se ven cada vez más endeudadas y finalmente insolventes, lo que provoca que sus acreedores pierdan una significativa cantidad de dinero.