Diferencia entre propósito, misión y visión
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Fenómenos como la retención del talento y la expansión hacia nuevos clientes e inversores forman parte del día a día de la agenda de muchos CEO. Entender la diferencia entre propósito, misión y visión es el empuje que las empresas necesitan para llevar a cabo sus planes con más eficacia.
Definición de propósito
El propósito es la razón de la existencia de la empresa, es decir, el porqué que se encuentra en la raíz de toda su estrategia, constitución y proyección de futuro.
Bien es cierto que todas las empresas se constituyen para ganar dinero, es decir, existe un propósito primario de índole lucrativa; sin embargo, se asume que ganar dinero no es el propósito en sí mismo, sino más bien una consecuencia lógica de haberse posicionado en el mercado y haber contribuido a mejorar algún aspecto de la vida o el trabajo de sus clientes gracias a sus productos, servicios o soluciones.
Podría decirse que el propósito de una empresa es servir a sus clientes, esto es, establecer con ellos una relación bidireccional, en la que el cliente compensa económicamente a la empresa por lo que esta hace por él.
Este punto de vista contrasta con visiones capitalistas a corto plazo, propias de empresas que, no sin cierta legitimidad o justificación, solo pretender convertirse en máquinas de hacer dinero a casi cualquier precio.
Por lo tanto, para que una empresa defina su propósito, el cliente debe estar en el centro de la estrategia: no es solo es un pagador o un sostenedor económico, sino un miembro de la sociedad que tiene unas necesidades o problemas que resolver, y que acude a la empresa para adquirir algo que le ayudará en su resolución.
De este modo, entre la empresa y el cliente la relación no finaliza cuando el cliente paga, sino que se extiende más allá de las ventas para alcanzar una simbiosis a largo plazo.
Definición de misión
La misión es lo que hace la empresa para llevar a cabo su propósito: normalmente, está supeditada a ejecutarse en un periodo concreto del tiempo.
Si el propósito responde al "por qué", la misión responde al "qué": esta respuesta es la más común que dan las empresas cuando tienen que hablar de sí mismas y promocionarse frente a clientes, colaboradores o inversores.
Las características de la misión de la empresa casi siempre son las mismas, e incluyen una descripción objetiva del núcleo del negocio (por ejemplo, una empresa de consultoría informática), un cliente objetivo (como pequeñas y medianas empresas), un ratio que medirá el éxito de la misión (por ejemplo, índice de satisfacción de los clientes) y una componente temporal (podría ser 2021).
Un ejemplo práctico de misión empresarial
Utilizando los datos de ejemplo, se podría enunciar la misión de esta empresa ficticia de la siguiente forma:
“Nuestra misión en 2021 es convertirnos en la consultora informática mejor valorada por las pymes”.
No obstante, aunque esta declaración de intenciones suene convincente, al leer la misión de la empresa no se responde ni a la pregunta del propósito (por qué), ni a la pregunta del "cómo".
En otras palabras, no se puede saber si la esta consultora va a incrementar la satisfacción de sus clientes a base de darles precios muy bajos, o a contestarles a sus consultas en tiempo récord. Quizá la contrapartida sea exprimir al personal con multitud de horas extras no remuneradas, con unos sueldos muy bajos y asumiendo una alta rotación del personal.
Tampoco dice nada sobre por qué desea convertirse en la consultora informática mejor valorada de las pymes durante 2021: no sabemos si responde a una motivación lucrativa (porque desean ganar en popularidad y ser absorbidos por su competencia a largo plazo), o si realmente se preocupan por las necesidades reales de las pymes y pretenden ponerse a su servicio para ayudarles a solventar la brecha digital.
Definición de visión
La visión es un escenario hipotético, proyectado hacia el futuro, de cómo querría la empresa que fuesen las cosas: la sociedad, sus clientes y ella misma.
El contenido de la visión de una empresa puede estar plagado de buenas intenciones, dibujar un entorno casi utópico con tintes románticos o esperanzadores, pero en sí mismo solo es eso: buenas intenciones.
Ahora bien, si la visión de la empresa cuenta con la coherencia de la misión y el respaldo del propósito, esta declaración de buenas intenciones adquirirá unos tintes verosímiles que atraerán miradas llenas de interés.
En consecuencia, la empresa verá cómo sube su reputación al ganarse la confianza de clientes, futuros talentos, entidades colaboradoras o socios inversores.
Al analizar la diferencia entre propósito, misión y visión, es fácil inferir que estos tres términos comprenden un conjunto: son las tres patas sobre las que se asientan la reputación de la empresa, la generación de confianza y la atracción de talento profesional.