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Cómo montar una tienda de ropa

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¡Lo quiero!
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7 de octubre de 2019

Si vamos a abrir y montar una tienda de ropa es importante cuidar todos los aspectos necesarios para que prospere y de beneficios, vamos a verlo.

Lo primero: conocer el negocio

Como en todo negocio es imprescindible saber qué es y cómo debe gestionarse.

Es posible que hayamos trabajado ya en una (o varias) tiendas de ropa y que hayamos visto cómo se hacen las cosas, también puede ser que entendamos de ropa y de moda; todo eso está muy bien pero es posible que no sea suficiente.

Para que la tienda prospere y de beneficios debemos adaptarnos a lo que la gente va a demandar: no es sólo saber del género y del tipo de negocio sino saber tratar al público, estar en el lugar adecuado, de la forma adecuada.

Dependiendo del tipo de ropa que vendamos el trato, las formas y las instalaciones deben ser diferentes, no es lo mismo una tienda de trajes de caballero que una tienda de moda femenina o una tienda de saldos y ropa de trapillo.

Ir por libre o tener una marca exclusiva o una franquicia

También debemos elegir esto.

Si vendemos todo tipo de marcas diferentes debemos gestionar las compras para tener el género adecuado en cada momento y, normalmente, los excedentes de temporada se deberán liquidar como saldos de fin de temporada o rebajas.

Si conseguimos un convenio con una marca para vender su género de forma exclusiva o, aunque no sea exclusiva, preferente; en este caso deberemos intentar conseguir las mejores condiciones posibles de nuestro proveedor exclusivo (o casi exclusivo) en todo lo relativo a pedidos, pagos e intentar que se haga cargo del género excedente de temporada.

Una tercera opción sería una franquicia: aunque aquí tendremos que pagar los gastos que tiene el contrato de franquicia, también tiene sus ventajas ya que todo lo que son diseño de instalaciones, publicidad, marketing y gestión de suministros y excedentes nos lo van a dar resuelto.

Hay que hacer una inversión económica

En cualquiera de los casos para montar una tienda de ropa es inevitable destinar determinadas cantidades de dinero que van a quedar allí inmovilizadas por un tiempo.

El primer gasto es que tendremos que tener un local y acondicionarlo adecuadamente, como veremos en puntos siguientes.

También tendremos que atender a todo tipo de gastos generales, haya o no ingresos: si tenemos personal (dependientes) deberemos pagar sus nóminas y su seguridad social, los suministros normales (luz, agua), los gastos de gestoría y gestión, las licencias, los impuestos.

Todo lo dicho hasta ahora son los gastos normales de cualquier tienda, pero en una tienda de ropa hay que prever un gasto mucho más importante que todos ellos: debemos tener género para vender, tanto expuesto en la tienda como en el almacén.

Normalmente se suelen hacer, a los proveedores, entre dos y cuatro grandes compras de género al año (para las temporadas de otoño invierno y primavera verano); esas compras habrá que pagarlas y, mientras no nos conozcan si acabamos de empezar, es probable que haya que pagarlas al contado y ese género se va a quedar en la tienda o almacén hasta que se venda, esto es un inmovilizado de dinero muy importante que hay que tener previsto.

Las instalaciones

La tienda debe ser un lugar bonito y agradable, donde los posibles compradores se sientan a gusto; hay que cuidar todo, el mobiliario, la pintura y decoración y hasta poner música de fondo suave y agradable.

Pero, cuidado, hemos dicho un lugar bonito y agradable no un lugar espectacular, la misión de nuestra tienda no es que el público diga lo bonita y bien puesta que está sino vender ropa, si hacemos unas instalaciones y decoración y ambiente demasiado espectaculares y originales es posible que tengamos muy buenas críticas pero eso no sirve para vender ropa. Es importante no perder de vista el objetivo de tener una tienda.

A partir de ahí no está demás cuidar los detalles, los expositores, el vestuario de los dependientes, los logotipos y nombres comerciales, el trato con el cliente, etc.

Mención aparte merecen los escaparates: el escaparate es importante porque en él pueden ver lo que vendemos personas que pasan por la calle y que no han entrado en nuestra tienda (y que, a lo mejor, ni siquiera tenían intención de entrar); una buena gestión de los escaparates puede ser un medio de ventas muy eficaz.

También necesitaremos unas instalaciones auxiliares adecuadas, me refiero a un almacén para tener disponible en él el género que no está expuesto en la tienda (diferentes tallas o más género del que podemos poner expuesto).

En cuanto al lugar geográfico, está claro que no es lo mismo tener un local en la Milla de Oro de Madrid que en un barrio periférico y que la ropa y tipo de público y precios no van a ser lo mismo. Debemos adaptarnos a ello.

La gestión de compras

A diferencia de otros negocios, donde se puede ir reponiendo género según se va vendiendo, en una tienda de ropa se suelen hacer, como ya hemos dicho, pocas compras al año (de dos a cuatro) adaptándonos a las temporadas de ventas y liquidando los excedentes al final de cada temporada.

Como esto supone un gasto de dinero y la necesidad de unas instalaciones adecuadas para almacenarlo, deberemos intentar hacerlo de la manera mejor posible.

Se trataría, dentro de nuestras posibilidades, de negociar con los proveedores: negociar las formas de pago, negociar la posible devolución de excedentes, que nos hagan ofertas si hacemos compras importantes o, incluso, que nos incluyan en sus campañas de marketing y ventas.