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Cómo hacer un estudio de mercado

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12 de febrero de 2018

Si somos emprendedores y vamos a comenzar un nuevo negocio en el que pretendemos vender determinados bienes o servicios es fundamental que dichos bienes o servicios sean adecuados para el mercado porque tengan una demanda de potenciales adquirentes suficiente para que nuestro negocio pueda sobrevivir.

Para tener una certeza razonable de que son adecuados existe el estudio de mercado por el que vamos a comprobarlo.

Es un error muy común creer que lo que nosotros pensamos sobre las necesidades y los deseos de los posibles compradores coincide con la realidad de dichas necesidades o deseos, y no tiene por qué ser así.

De hecho, la estadística nos dice que sólo uno de cada cinco productos que se someten a un estudio de mercado salen a su venta (un 20%), esto demuestra que sacar a la venta un producto o servicio sin haber hecho un estudio de mercado es un error, puesto que una de cada cinco veces nos vamos a equivocar y vamos a fracasar.

Por tanto necesitamos hacer un estudio de mercado para conocer los deseos y necesidades de nuestro público potencial no sólo para orientar nuestro negocio sino, también, para diseñar nuestros productos.

Puesto a hacer el estudio es mejor ir a cosas muy concretas para conseguir resultados útiles, no debemos dirigir nuestro estudio a información demasiado amplia si queremos obtener resultados de cierta confianza.

Parte primera: saber lo que queremos hacer:

Definir nuestros objetivos: Lo primero que necesitamos es saber lo que queremos, si es (o no) averiguar, por ejemplo

  • Cómo va a recibir el mercado un producto nuevo.
  • Qué tipo de personas se pueden interesar por lo que vendemos (trabajo, sexo, nivel económico, etc).
  • Si el público potencial ya nos conoce o conoce nuestra marca.
  • Si nuestro marketing está funcionando bien.
  • Cual es el mejor medio de llegar a nuestro público.

Delimitar la porción de mercado a que nos queremos dirigir en todos sus aspectos, área geográfica, características personales de los destinatarios del producto, para averiguar cuántos posibles compradores tenemos.

Fijar qué aspectos del mercado nos interesan dependiendo de nuestros objetivos pueden ser cosas como saber cómo ve el público nuestros productos, cómo puede acoger un producto nuevo, costumbres de consumo (lugares, momentos, cantidades), etc.

Llegar a conocer los mejores canales y momentos para publicitar y distribuir el producto en tiendas, en internet, en la calle, por teléfono, etc. así como los mejores horarios y fechas.

Elegir qué tipo de estudio nos interesa utilizando cuestionarios (donde es el partícipe quién anota sus respuestas) o entrevistas (donde las anotaciones las hace el entrevistador); además hay otras decisiones como si se hace por internet, por teléfono o en persona, si se hace de manera individual o en grupo, etc.

Acudir a internet donde tenemos varios sitios web que nos ofrecen plataformas online para realizar este estudio de manera más eficaz, sencilla y barata. Deberíamos ver todas las que podamos encontrar y elegir la que mejor que adapte a nuestras necesidades.

Con ellas conseguiremos, normalmente, realizar un estudio mucho más completo a un precio mucho más asequible.

Parte segunda: configurar y diseñar nuestro estudio

Lo primero que haremos será escoger el tamaño y características  de nuestro estudio; cuanto más grande sea la muestra más fiable será el estudio y menor el margen de error y, además, debemos definir a quién nos interesa dirigirnos por edad, sexo, actividad profesional, localización geográfica, etc.

Debemos poder discriminar las respuestas de determinado tipo de público que puede afectar (de manera positiva o negativa) a nuestro estudio por tener una implicación especial con el producto.

A continuación debemos confeccionar un cuestionario de preguntas que deberán ser claras y breves. Debemos intentar hacerlo de manera que sus respuestas nos den la información que necesitamos. Debemos revisar este formulario con mucha atención teniendo en cuenta que no debe llevar más de cinco minutos el hacerlo.

Todo lo anterior hay que diseñarlo de manera que sea fácil trabajar con las respuestas que deberán ser, al final, agrupadas y clasificadas por lo que utilizaremos rangos numéricos u otro tipo de orden que nos permita realizar el trabajo.

Parte tercera: hacer el estudio

Decidir dónde y cuándo vamos a hacer el estudio buscando lo más adecuado según los criterios anteriores.

Podemos utilizar varios lugares y momentos diferentes pero debemos analizar los resultados teniendo en cuenta estos datos con información como el tipo de público que nos vamos a encontrar en cada ocasión.

De todas maneras es importante que los métodos y criterios no varien en las diferentes sesiones porque los resultados deben tener homogeneidad.

Pase lo que pase los criterios con los que hacemos el estudio deben mantenerse invariables a lo largo del mismo (aunque nos demos cuenta que seria mejor realizar algún cambio) ya que necesitamos resultados homogéneos y comparables.

Por fín, una vez terminadas las entrevistas o los formularios, procederemos a realizar un análisis de resultados que deberemos hacer por escrito, con un informe lo más completo posible.

Estos resultados no sólo nos van a dar información sobre la mayor o menor aceptación del producto o servicio por determinado público sino que también nos ayudaran a decidir otro tipo de estrategias referidas a la elaboración o presentación de lo que vendemos e, incluso, forma de la promoción publicitaria pudiendo hasta facilitarnos eslóganes para ésta.