Clasificación de empresas

Una empresa es una organización compuesta por elementos humanos y materiales que persigue la obtención de un beneficio económico a través de actividades fabriles, comerciales y/o de servicios.

Por lo tanto, tenemos tres elementos esenciales para que podamos hablar de una entidad como empresa:

• Debe existir para conseguir beneficios económicos.
• Debe estar compuesta por las personas y los medios materiales e inmateriales necesarios y organizados para desarrollar su actividad.
• Debe realizar alguna actividad de fabricación, transformación, comercialización o distribución de bienes y/o servicios.

Realizar clasificaciones de cómo puede ser una empresa es muy útil en muchos aspectos: en primer lugar nos permite agruparlas de manera que se pueda comparar su actividad y resultados, su modo de gestión y, también, sirve para crear normas reguladoras adecuadas que se adapten a cada caso.

En este artículo vamos a ver las clasificaciones que se pueden hacer de las empresas.

Por su forma jurídica

La titularidad de la empresa, sus contratos, relaciones y actividad están a cargo de un titular de la empresa que es, indefectiblemente, una persona (o varias).

Por lo tanto, la primera clasificación será según el tipo de persona que sea su titular; puede ser:

• Una persona física que es lo que hoy en día llamamos un emprendedor o un autónomo; normalmente cotiza sus recibos mensuales en el Régimen de Autónomos de la Seguridad Social y es el responsable, con todo su patrimonio, de las obligaciones de la empresa y es también quién va a obtener sus beneficios.
• Varias personas, unas físicas y otras jurídicas, que se juntan para desarrollar el negocio de la empresa; si son personas físicas pueden constituir una Comunidad de Bienes que no es una persona jurídica, es un invento de la Administración Tributaria; los titulares son los responsables del negocio. Aquí también incluiremos las cooperativas en las que distintos empresarios unen esfuerzos para sacar un beneficio común.
• Unión Temporal de Empresas es una variante de la anterior en la que dos o más empresas se reúnen para realizar, de manera temporal, una actividad productiva conjunta.
• Una persona jurídica o, lo que es lo mismo, una sociedad mercantil; lo más habitual es que sea una Sociedad Limitada aunque, para negocios mayores, puede ser una Sociedad Anónima u otro tipo de sociedad. Lo importante es que es la sociedad la que responde de las deudas y obligaciones del negocio, limitando la responsabilidad patrimonial de los que en ella participan.

Por su tamaño

El Reglamento (UE) nº 651/2014 de la Comisión fija una clasificación de empresas según su tamaño, podemos hablar de:

• Grandes empresas: las que están por encima de los límites de las que vienen a continuación.
• Medianas empresas: con menos de doscientos cincuenta trabajadores y volumen de negocio inferior a 50 millones de Euros o, alternativamente, que su balance general no supere los 43 millones de Euros.
• Pequeñas empresas: con menos de cincuenta trabajadores y volumen de negocio inferior a diez millones de Euros.
• Microempresas: con menos de diez trabajadores y volumen de negocios inferior a dos millones de Euros.

Por el sector económico

El sector primario es el que obtiene productos de la naturaleza, en el encontramos el sector ganadero, pesquero, minero y forestal.

El sector secundario transforma materias primas en productos terminados o semiterminados: es el sector industrial, el energético, el de la construcción y el minero (en la parte que produce productos elaborados).

El sector terciario son los servicios de todo tipo: transportes, comunicaciones, comercio, turismo, administrativo, educativo, financiero y sanitario.

El sector cuaternario en servicios de información y creación: las actividades de investigación, desarrollo e innovación.

Algunos economistas hablan de un sector quinario, que incluiría servicios sanitarios, de seguridad, de emergencias, de educación y cultura y de investigación, también incluyen aquí actividades no medibles directamente en dinero pero que contribuyen a la economía.

Por el tipo de actividad que desarrollan

Las empresas industriales son las que se producen bienes o servicios a partir de su elaboración o de su extracción.

Esta producción o extracción de productos, sean materias primas, productos semiterminados o productos terminados, puede ser realizada en una única empresa o bien que se realice entre varias empresas que completen, entre todas, el proceso productivo.

Aunque la agricultura y la industria, que son las que integran este grupo de empresas, han dependido tradicionalmente mucho de la mano de obra humana, cada vez dependen menos de ella dada la mecanización y la utilización de medios y técnicas de producción que se han realizado para aumentar la eficacia de la producción.

En este grupo encontramos tanto empresas que se dedican a la producción o extracción de materias primas (agricultura, ganadería) como las que realizan manufacturas para producir productos semiterminados o terminados, que pueden estar destinados a otras empresas para su actividad productiva o a los consumidores.

Otro tipo de empresas son las empresas de servicios que no producen bienes materiales, sino que prestan servicios que son necesarios para otras empresas o para los consumidores.

Para la prestación de estos servicios estas empresas cuentan con capital humano y con medios materiales adecuados.

Por ejemplo, el transporte, la asesoría fiscal, laboral, administrativa y contable, la enseñanza, los servicios sanitarios, etc.

Un último tipo serán las empresas comerciales que no producen bienes ni servicios sino que se ocupan de su venta y de hacerlos llegar a su destino (habitualmente el consumidor final); aquí hablamos de los intermediarios que pueden ser mayoristas o minoristas.

Los servicios que prestan son de marketing pero van más allá, ocupándose también de la logística, transporte y distribución.

Empresas públicas y privadas

En un principio cuando hablamos de empresas solemos pensar en empresas privadas, en las que el capital es de personas privadas y funcionan de manera autónoma y privada.

Estas empresas privadas lo son por de dónde viene su capital y cómo se gestionan, puede ser (y ocurre con frecuencia) que una empresa privada tenga a su cargo un servicio público a través de un contrato administrativo (por poner un ejemplo, los hospitales de titularidad privada que prestan los servicios sanitarios de la Seguridad Social).

Pero también existen empresas públicas que no se constituyen como las sociedades mercantiles, sino que son entes de naturaleza administrativa, normalmente creados por una norma jurídica, que gestionan servicios públicos; por ejemplo, el Consorcio de Transportes de Madrid.

Por último, existen también empresas semipúblicas que tienen forma de sociedades mercantiles pero la participación en su capital es total o mayoritariamente perteneciente al Estado u otros entes públicos.