¿Qué es la Flexiseguridad laboral?
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En una sociedad evolucionada como la nuestra, donde ya nadie sale diariamente a cazar para alimentar a su prole, la vida profesional ostenta un lugar primordial. Y es que, actualmente, el empleo es la principal fuente de ingresos de las familias, por lo que, se podría decir, es nuestra principal herramienta de supervivencia. Por este motivo, es uno de los temas más debatidos, polémicos, sensibles y de mayor preocupación para la sociedad, que continuamente demanda un escenario de mayor seguridad laboral. En este sentido, existe una corriente teórica que considera que, para acercarse al mercado laboral que realmente daría respuesta a las necesidades de los ciudadanos, es necesario aplicar la estrategia de la flexiseguridad.
Como de su nombre puede inferirse, la flexiseguridad del mercado laboral pretende combinar la flexibilidad con la seguridad. Se trata de un modelo con origen en Holanda y Dinamarca que se ha extendido por el resto de países escandinavos y que apuesta por la no imposición de restricciones a la hora de contratar o despedir, pero que, sin embargo, cuenta con un alto grado de seguridad en cuanto a los ingresos, tanto desde el punto de vista de ofrecer subsidios a los desempleados, como de contar con una alta tasa de empleabilidad.
Durante las últimas décadas, desde la UE se ha empezado no solo a hablar de este modelo, sino también a plantear a los estados miembros la necesidad de implantarlo, dados los resultados de algunos estudios que lo relacionan directamente con una tasa de empleo elevada.
Concepto de flexiseguridad laboral
Se trata de una estrategia política destinada a regular el mercado laboral, que pretende dotar de flexibilidad a las empresas, para que, así, tanto estas como los trabajadores, puedan adaptarse a los constantes cambios del mercado, pero que, a su vez, proporciona una mayor seguridad laboral, al aumentar la probabilidad de encontrar empleo estable y ofreciendo una adecuada protección social a los trabajadores. Es decir, gira entorno a la idea de compensar la ausencia de control del mercado con medidas orientadas a las ventajas laborales y a la seguridad.
Pretende, de esta forma, encontrar un equilibrio adecuado entre la regulación del mercado de trabajo y la seguridad laboral, es decir, estaríamos ante una vía intermedia entre los excesos de la seguridad y la flexibilidad.
¿Cómo funciona la flexiseguridad laboral?
La flexiseguridad se basa en tres pilares fundamentales, denominados por la OCDE como “triángulo de oro”, que son una alta flexibilidad, fuerte protección social de los desempleados y una robusta política de formación y reinserción laboral.
Así, como vemos, se permite un alto grado de flexibilidad a las empresas para que puedan adaptarse a los constantes cambios, variando su número de empleados de acuerdo con sus necesidades o renovando la plantilla cuando así lo requieran. Esta flexibilidad, susceptible de ser altamente útil para las empresas, puede ser muy perjudicial para los trabajadores, que podrían verse utilizados, despedidos, con bajas posibilidades de reinserción… es decir, bajo una situación de gran inseguridad. Por ello, este modelo laboral incorpora una especie de contraprestación, a cambio de esta flexibilidad en la contratación y los despidos, el gobierno orquesta todo un paquete de medidas de protección individual del trabajador.
Desde la perspectiva del trabajador se ofrecen niveles elevados de seguridad. Para ello, en primer lugar, existe un plan de ingresos directos para aquellos trabajadores en desempleo, quienes de esta manera, podrán afrontar el período de transición de un empleo a otro. No obstante, esta medida no sería suficiente si no viniese acompañada de unas políticas de empleo basadas en la formación continua y la capacitación profesional.
En cuanto a Dinamarca, cuna de la flexiseguridad laboral, se garantiza a los trabajadores dos semanas de formación continua pagada cada año. Se trata de invertir en la formación del recurso más importante de todo país: el capital humano. De esta forma, por un lado, se tiende la mano al trabajador para ayudarlo a encontrar trabajo, pero también se fortalece el tejido empresarial nacional, al dotarlo de mano de obra cualificada y actualizada.
Inconvenientes de la flexiseguridad
Aunque en un primer momento el sistema parece perfecto e incluso los resultados en los países en que se emplea son positivos, también existen ciertos puntos que complican su utilización.
Así, en primer lugar sucede que este modelo podría no ser aplicable a un mercado laboral de grandes dimensiones. Su éxito solo ha sido probado hasta el momento en mercados laborales reducidos y con tradición de fuertes inversiones en protección social.
El otro inconveniente es la gran inversión necesaria para afrontar tales políticas. Es un modelo que precisa un respaldo económico público muy grande, capaz de llevarse por delante cualquier economía si no es bien aplicado y resulta fallido. Así, el alto coste presupuestario es un importante hándicap.
Como hemos visto, resulta muy atractivo encontrar un equilibrio entre términos tan opuestos como son flexibilidad empresarial y seguridad laboral y, desde luego, la flexiseguridad presenta un modelo muy prometedor en este sentido. Falta comprobar si esta estrategia sería aplicable al mercado laboral de nuestro país y, en cualquier caso, si podría llegar a resultar tan positivo como en los países en los que ya ha sido testado.