¿Cómo montar una casa rural?
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Las casas rurales son un reclamo tanto para turistas nacionales como extranjeros. Si tienes la posibilidad y las ganas y quieres saber cómo montar una casa rural, aquí te ofrecemos la información necesaria para que hagas de tu sueño la materialización de tu negocio.
Qué necesito para montar mi propia casa rural
A la hora de montar tu propia casa rural, debes tener en cuenta que hay varios factores que influyen en su procedimiento, tanto a nivel formal como de cara a la demanda y visibilidad.
Dependiendo de tus circunstancias, puedes optar por comprar una casa en una zona rural para reformarla o apostar directamente por un alojamiento rural desde cero. En esta última opción, será necesario proceder a un contrato de compraventa o alquiler del inmueble o un traspaso, pero implica la ya existencia de una edificación (anterior, según la legislación, a 1940). Piensa que hablamos de una inversión total que puede variar de 50 000 a 300 000 euros, en función de si se trata de una casa que necesita de rehabilitación o en la que haya que realizar obras mayores.
Si te embarcas en un proyecto de rehabilitación, este debe ser revisado por el organismo turístico competente, que garantice el cumplimiento de todas sus características.
Si optas por construir, tienes que encargar un estudio de viabilidad técnico y económico, para lo que te será más que útil contar con los servicios de un profesional.
Requisitos técnicos para montar una casa rural
Una vez que sabes que es posible materializar tu sueño y en qué forma, es recomendable conocer los requisitos que debe cumplir el alojamiento en sí. Serán las comunidades autónomas las que marquen las directrices concretas, por lo que deberás acudir a la Consejería de Turismo de tu Comunidad para conocer las características tanto técnicas como estéticas que debe cumplir tu casa, así como las posibles ayudas y subvenciones a las que puedas optar.
No obstante, estos son algunos de los requisitos comunes a la hora de montar una casa rural:
- Las habitaciones deben tener baño o aseo propios.
- Las habitaciones individuales tendrán una superficie de seis metros cuadrados, como mínimo. Las dobles, de doce.
- Todas las zonas deben contar con espacios comunes, cocina y comedor.
- Las zonas deben tener botiquines y extintores.
- La altura mínima de todas las estancias debe ser de dos metros y medio.
- Tiene que permanecer abierto al público durante ocho meses al año (siempre los meses de verano y en septiembre).
- Se podrá alquilar entera o por habitaciones.
- Debe cumplir con la legislación vigente relativa a incendios, accesibilidad, agua, luz (fría y caliente) y saneamiento.
- Debe ofrecer servicios de ocio, cocina, calefacción, teléfono e higiene diaria.
Los factores externos: la promoción y los huéspedes
Tener en cuenta a las personas que se alojarán en tu casa rural es un punto que no debes pasar por alto. De hecho, es casi una de las primeras decisiones que debes tomar y que marcará la diferencia y la esencia de tu casa. La buena comunicación, su cercanía con lugares de patrimonio histórico y cultural, te ayudarán a captar a clientes interesantes y, sobre todo, fieles a tu negocio.
Intenta que tu casa sea tranquila y peculiar, y dirige tus ideas a quién va a quedarse en ella. Piensa en viajeros nacionales e internacionales: para ello, te resultará muy útil consultar bases de datos on line o repasar los datos de pernoctaciones que realiza el INE. No es lo mismo una casa rural en zona de montaña, sierra o invernales (Asturias, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cantabria) o en zonas de costa.
Promociona tu casa para captar la atención de los viajeros. Sírvete de webs, blogs, redes sociales, con un buen y funcional diseño.
Plantéate la oferta de packs que incluyan senderismo, rutas multiaventura o experiencias gastronómicas. Puedes buscar socios o cooperar con negocios anejos a tu casa rural y colaborar entre todos para favorecer el turismo de la zona.
La documentación, en regla
El proceso de dar de alta un negocio rural se puede extender en el tiempo entre uno y dos años, en función de lo ambicioso de tu proyecto.
Para edificaciones menores, necesitarás una licencia de obra. En caso de tratarse de obras mayores, será necesario contar, además, con un proyecto revisado por el Colegio de Arquitectos.
Una vez terminadas las obras, debes solicitar la licencia de apertura, concedida por el Ayuntamiento local que, tras el pago de las tasas correspondientes y comprobar que se cumplen los requisitos, procederá a concederla.
Debes dar de alta el establecimiento en la categoría de Alojamiento Rural, como persona jurídica (sociedad) o autónomo. Conseguida esta nomenclatura, se inscribirá como tal en el Registro Provincial de Alojamientos Turísticos.
Seguro que, tras leer este artículo, imaginas la casa de tus sueños. Ahora solo tienes que poner en práctica estas herramientas y, con la ayuda de un buen asesoramiento, montar tu casa rural y convertirte en el mejor anfitrión. ¡Prepárate para aparecer en las guías turísticas más prestigiosas!